Atrás 5 experiencias que no te puedes perder para sentirte asturiano o asturiana

2015-02-04 12:43:00.000

¿Te has preguntado qué experiencias son imprescindibles para sentirte como un verdadero asturiano o asturiana? Haber hay muchas, personales e intransferibles, pero aquí te apuntamos cinco para comenzar a ejercer de asturiano o asturiana, pasándotelo bien y realizando una breve inmersión en el estilo de vida, en las costumbres y tradiciones, y en algunos paisajes que marcan la esencia de lo asturiano.

En esta breve guía de asturianía no podían faltar algunas experiencias. Es verdad que no están todas, y que la guía tendrá continuidad, pero para empezar nuestro tutorial para convertirnos en asturianos hemos hecho una cuidadosa selección de cinco hitos o experiencias que te harán sentirte como pez en el agua en el multiverso de las esencias asturianas.
 


 

Nunca es tarde para escanciar sidra

 

Es cierto. Nunca es tarde, si la sidra es buena. Para aprender a escanciar la sidra natural nunca es tarde, y siempre hay alguna ocasión. Y por supuesto, lo más recomendable es que esa ocasión sea en Asturias, bajo la mirada atenta y los consejos de un o una especialista en la materia, que en el Paraíso Natural abundan.

Escanciar es un lúdico ejercicio que requiere una mezcla de habilidad, equilibrio, entusiasmo y afán de superación, además de conocimiento del producto y del medio. Pero no hay que asustarse. Todo esto se adquiere frecuentando los “chigres” (bares), las sidrerías, los llagares, las terrazas, el Museo de la Sidra, o una casería en alguna aldea de Asturias… Los lugares donde se puede uno empapar de la ciencia y el arte del escanciado se multiplican, casi como las montañas y valles de Asturias, o como las pomaradas y manzanas.

Al final resulta que de la que nos metemos en la piel de un escanciador conocemos Asturias palmo a palmo, y con alegría, con conversaciones, con “cancios” (canciones de chigre, tonada, etc.), en una clima de fiesta - sobre todo de espicha (fiesta típica asociada a la sidra) -.

Nunca es tarde para saber escanciar sidra, y cualquier momento es bueno. ¡Tenéis que probar!

Escanciando sidra natural
 

¡Caminar en madreñas no es tan difícil!

 

En los recuerdos de una infancia asturiana, la memoria se queda prendada con la visión de las personas en las aldeas con sus madreñas, o de los grupos de baile que desfilan o danzan con madreñas, o de las exposiciones de madreñas en los museos etnográficos… Definitivamente, la madreña es un elemento llamativo, destacado, colorista, diferente. La madreña reúne el sentido práctico siempre necesario en el medio rural asturiano, y el afán artístico en sus decoraciones y formas.

¿Quién no ha sentido la tentación de calzarse unas madreñas para caminar por las caleyas de cualquier aldea? Parece algo más difícil de lo que es, si bien el aprendizaje no está exento de pericia y alguna que otra aventurilla. Pero nada arriesgado. Pura diversión que pone a prueba nuestra sensibilidad e instinto rural. Aprender a caminar en madreñas nos asegura un buen rato de ocio y un bautismo de aldea que llevaremos para siempre en nuestra mochila viajera.

Madreñas asturianas

Aprender a hacer navajas o el sentido práctico de la vida

 

Que Asturias, sobre todo en la comarca occidental, es el reino de los ingenios hidráulicos y del hierro es conocido por todos. Taramundi y Los Oscos tienen una ancestral tradición de artesanía de las navajas que los convierte en una zona de especial atractivo turístico y artesanal. Allí los talleres en vivo, donde los artesanos de las navajas muestran todos los secretos de su construcción, son parte de la vida cotidiana de los pueblos de la zona. Con lo cual, no es nada descabellado ir como turista por aquellos lares, y terminar convirtiéndote en un verdadero especialista en el arte de las navajas.

Las navajas artesanas del occidente de Asturias son únicas en el mundo en su elaboración. Llevan los signos del esfuerzo, de la tradición, del arte y del amor por la tierra escritos en su manufactura. Y además conjugan todas estas cualidades con el sentido práctico de la vida - lo mismo que ocurre con las madreñas -, porque son muy socorridas para cualquier actividad en el monte, en el río, en la costa… Desde el momento picnic hasta el momento pesca, bosque o lo que se tercie.

La artesanía de la navaja es típica del occidente asturiano

Ir a Covadonga y los lagos, y sentirte como D. Pelayo

 

Muchas son las canciones, los poemas, o las obras de arte donde Covadonga aparece como lo que es: el origen de la identidad asturiana. De forma novelada o con rigor histórico, Covadonga y su simbología, y su increíble entorno natural son un viaje imprescindible para zambullirse en el alma asturiana. Los recuerdos, los momentos, las anécdotas se cuentan por miles… A todos nos ha ocurrido algo bueno o muy bueno en Covadonga. Sin duda es un lugar con aura, donde la fuerza telúrica se manifiesta en estado puro.

En Covadonga, contemplando el Monte Auseva, la gruta, el río, los bosques, los Picos de Europa la sensación es indescriptible. Para los amantes de la historia es una especie de regresión apasionante al corazón de la Edad Media europea que les permite sentirse como D. Pelayo, el primer rey de la Monarquía asturiana…

Para rematar el excursión más asturiana, tras la parada en Covadonga, hay que subir a Los Lagos, y ponerse en la piel de los pastores de Picos de Europa, o en la de los montañeros y espeleólogos que durante cientos de años han explorado este coloso calizo, en el de los ciclistas que han realizado enormes gestas deportivas, o en el de los viajeros de todas las latitudes que se han fascinado con estos paisajes…

Covadonga, origen de la identidad asturiana

Si la suerte te acompaña, verás un oso pardo

 

El oso pardo es una de las joyas faunísticas que conserva Asturias como auténtico “oro en paño”.  Territorios como Teverga, Somiedo o Cangas del Narcea son importantes reservas oseras en Asturias, y allí es posible -  con suerte, con un buen guía y en la época del año adecuada – avistar esta especie y verla en acción en su vida cotidiana. Toda una gozada.

Por otro lado, tanto si coincidimos con el oso pardo como si no, es una auténtica maravilla disfrutar del paisaje, del ecosistema y seguir su rastro, con la esperanza de que se produzca el anhelado encuentro…

Y tras la jornada naturalista, un buen descanso, disfrutando de la compañía, la buena cocina y la hospitalidad asturiana. ¡No se puede pedir más!

Oso pardo cantábrico

¡Siéntete asturiano o asturiana! ¡No te arrepentirás!

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