Atrás Un fin de semana al calor del otoño en Asturias

2016-10-13 08:04:00.000

En Asturias los cambios de estación siempre enriquecen el paisaje y el paisanaje. Cada estación es una nueva etapa donde vivir experiencias distintas, tener nuevas sensaciones, gozar de las buenas vibraciones de la naturaleza y de las gentes que nos aguardan en Asturias siempre con los brazos abiertos.

En Asturias el otoño es cálido en la más amplia expresión de término, y te ofrece una gran variedad de actividades para disfrutar tus momentos de ocio.

Un fin de semana al calor del otoño en Asturias te dejará el mejor de los recuerdos y será el motivo perfecto para repetir una y otra vez.

El otoño en Asturias es ideal para el senderismo, para disfrutar de las tradiciones artesanas o gastronómicas, para dejarse llevar por el embrujo de los bosques, o sencillamente para gozar con el sosiego del fuego al lado de la chimenea…

Aquí te proponemos siete vivencias otoñales muy asturianas.

 

 

Senderismo en el paraíso

 

El otoño se abre paso en el paisaje asturiano en forma de colores, aromas y sabores. La magia otoñal asturiana late en el aire e invita por naturaleza al paseo.

Pasado el gran bullicio veraniego, el otoño es un momento ideal para explorar esos lugares maravillosos que se te han quedado en la agenda estival.

Cientos de itinerarios y rutas de senderismo te aguardan para que las hagas a pie, y así paso a paladear lenta y sosegadamente lugares y paisajes que de otra manera te pasarían desapercibidos.

Pasear el otoño asturiano es recorrer al detalle la tierra, y grabar en tu memoria anécdotas que de otra manera no te ocurrirían.

Miles de hojas caídas se agolpan en los caminos y en los bosques. A veces están secas y otras brillan con el efecto de la lluvia, y los ríos y arroyos las transportan a modo de lecho vegetal multicolor.

La tierra tiene un olor especial en otoño, sobre todo cuando se moja con el “orballu” (lluvia fina característica del clima atlántico), y los bosques se desgranan en mil colores que van desde los rojizos, anaranjados, amarillos, ocres, verdes, marrones y muchos más, en armónica sinfonía cromática.

Caminar el otoño es encontrarte con mil variedades de setas, o con los frutos y frutas de temporada, como las castañas o avellanas.

Al caminar sentirás el viento en las mejillas o el intenso murmullo del agua, que corre a borbotones en otoño en forma de cascada, arroyo, río o similar, y todo aderezado con decenas de aromas naturales… 

Toda Asturias es un gran sendero. Para meterte en ganas, aquí tienes este bocado de naturaleza otoñal, en el corazón del Parque Natural de Redes.

Ruta del Tabayón de Mongayo en el Parque Natural de Redes

Un viaje al pasado de la mano de los oficios tradicionales

 

Asturias es una gran reserva de tradiciones, es como esa despensa de las abuelas donde te encuentras sorpresas insospechadas de un pasado a veces no tan lejano, pero que no vuelve y al que solo puedes viajar en lugares tan especiales como este paraíso, tan arraigado a su identidad y a sus orígenes.

Una de las mejores formas de viajar al pasado es hacerlo a través de los oficios tradicionales, y Asturias es una tierra donde se mantienen intactos muchos de ellos y donde podrás vivir “in situ” cómo eran la vida y las costumbres de antaño.

Una de las zonas de Asturias donde los oficios tradicionales están más vivos es en el occidente asturiano. Ese occidente que ha sido y es tierra de ferreiros, y donde los ingenios hidráulicos vinculados al hierro fueron y son abundantes.

Así que para ver en directo aquellos oficios que tanto facilitaron la vida rural, nada mejor que acercarte a un conjunto etnográfico como Mazonovo en Santa Eulalia de Oscos, donde incluso podrás ser “ferreiro” (herrero) por unos instantes y modelar tu propio clavo.

Herrería de Mazonovo en Santa Eulalia de Oscos

También tienes otros conjuntos etnográficos como Os Teixois o el Museo de los Molinos, ambos en Taramundi. O mazos tan emblemáticos como el de Besullo en Cangas del Narcea.

En definitiva, un paseo otoñal por el occidente asturiano te trasladará de inmediato al mundo de las tradiciones rurales.

Un paseo por los sabores de antaño

 

El otoño no solo es momento de colores y olores, sino también de sabores. De sabores variados e intensos, de sabores cálidos e inolvidables y por supuesto siempre vinculados a la naturaleza asturiana.

Y por supuesto es momento de fiestas gastronómicas, de fiestas vinculadas a los productos tradicionales, tratados por las savias manos de las personas que conocen bien la riqueza culinaria asturiana.

Fabes con jabalí

Una de estas fiestas - que además es de las más conocidas y esperadas - es la denominada como “amagüestu” o “amagosto”, que consiste en disfrutar una velada al sabor de las castañas asadas a fuego lento combinadas con sidra dulce o del duernu. Dos manjares - castañas y sidra - que se unen para dar lugar a este “fiestón” otoñal.

La sidra dulce es la que sale directamente de exprimir la manzana recién recolectada, y también se la conoce como sidra del “duernu”, por llamarse así el recipiente de madera en el que se recoge tras prensarla.

Pero los sabores de otoño se multiplican más allá de esta celebración y lo más normal que es que encuentres en cualquier mesa y mantel otoñal un buen pote de castañas o de berzas, o cualquier otro guiso delicioso.

El otoño en Asturias será para ti un tranquilo y delicioso paseo por los sabores de antaño.

Un vistazo a bosques encantadores

 

El otoño asturiano te entrará por los ojos y nunca mejor dicho. En un simple vistazo a los paisajes astures, te darás cuenta los cientos de matices cromáticos que adquieren la tierra, los prados, el cielo y sus luces, y especialmente los bosques, cuya paleta de colores se multiplica por mil.

Robles, hayas, castaños, nogales, abedules y un largo etcétera de especies vegetales autóctonas convierten los bosques y su entorno en el mejor espectáculo otoñal.

Tu otoño asturiano tiene que incluir sí o sí un paseo por los bosques, porque un vistazo a estos lugares encantadores te dejará encantado, además de ser una fuente de salud y disfrute.

Los montes de Cangas del Narcea, y por supuesto la Reserva de Munieḷḷos, son un buen ejemplo de cómo se pone de vigoroso el corazón de los bosques asturianos en otoño…

Bosque de Muniellos en Cangas del Narcea

Momentos de recolección

 

Al pensar en los bosques en otoño, muy pronto caerás en la cuenta de que salir al monte en esta estación y de paso encontrarse con los frutos del bosque es una experiencia estupenda, que en Asturias vivirás en paisajes únicos.

Área recreativa de La Pesanca en Cangas del Narcea

Una vez que te adentres en el bosque, te envolverá la magia de los árboles y sus frutos, y de pronto mirarás al suelo y verás tu camino verde inundado de los “erizos” de las castañas, o de la gran variedad de setas que nacen a borbotones en los bosques y prados otoñales.

El bosque y sus aledaños será la gran despensa natural en el otoño, para disfrutarla en su medio y también en la mesa, pues son innumerables los platos y tradiciones gastronómicas que incorporan los frutos de la recolección como parte de los sabores otoñales.

A fuego lento

 

En el otoño asturiano vivirás muchos momentos a fuego lento: en la cocina, en la mesa, o sencillamente al lado de la chimenea, dejándote llevar por el embrujo del fuego, con tu mirada relajada, con un libro entre las manos, o con tu tablet, repasando las mejores imágenes y momentos de tu jornada…

Y es que el turismo rural te proporcionará espacios y momentos que parecen hechos a medida para disfrutar del otoño en su plenitud, con una sabia combinación de tranquilidad y entretenimiento.

El “momento chimenea” se convertirá en uno de los imprescindibles de tus estancias otoñales en Asturias.

Rincón con chimenea en un alojamiento rural de Asturias

El sereno encanto de las playas desiertas

 

¿Y qué me dices de un paseo por una playa desierta? Con la sola compañía de las olas y las espumas, del aroma a salitre, de la arena húmeda, y de la puesta de sol o de un amanecer espléndido, las playas de Asturias son una auténtica delicia en el otoño.

Playa de Mexota en Tapia de Casariego

Lejos de la algarabía veraniega, las playas en otoño se convierten en verdaderos oasis de tranquilidad donde dar un tranquilo paseo, conversar, pasear con tu mascota, tomar fotografías o sencillamente dejarse envolver por la magia del paisaje, con sus luces, sonidos, o aromas.

Una playa asturiana en otoño es un verdadero regalo para los sentidos…

otoño
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