Etapa 2: Amandi - Miyares

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GR108 - Travesía Andariega - Estapa 2

Mapa
Etapa 2: Amandi - Miyares
GPS: 43.53307, -5.635665

Amandi - Miyares

Amandi - Miyares 19,6

A partir de este punto y durante un trecho se comparte camino con el PR-AS137, Molinos del Profundu. Se abandona la carretera cogiendo el camino de la izquierda que se introduce en una zona arbolada, pasando junto a la muralla de entrada a la finca de La Vega, pronto nos encontramos una zona embarrada que podemos sortear pasando por la pumarada de la izquierda. Pronto llegamos a unas casas en la vega, donde se coge un camino asfaltado que discurre durante un corto trecho pegado al río, e ignoramos la pista hormigonada de la izquierd. Desde aquí se puede ver en lo alto a la derecha la iglesia de Santa María de Lugás (en el año 745 el Papa Zacarías hizo donación del templo al rey asturiano, Alfonso I El Católico). Poco después pasamos junto a la Casa rural de Villaverde de Fuentes, llegamos a un cruce donde el PR-AS137 se desvía a la derecha, debiendo seguir de frente para cruzar sobre el arroyo de Fondovil y caminar bajo una lujuriante cobertura arbórea de castaños, algún que otro roble y un bonito bosque de ribera. Pronto el camino empieza a ascender encontrando una pintada en la carretera que nos dice "A Covadonga", justo en una curva donde sale a la izquierda un camino de tierra.

Se continúa por la pista de tierra a través de un paisaje totalmente rural, poco después el camino finaliza en una casa que encima junto a una explotación de invernaderos, que no vemos. Un poco antes, en una curva, sale un camino a la izquierda, que se vuelve intransitable para los vehículos, ascendiendo a través de una pequeña mancha boscosa. A la salida de la misma vamos a dar a una pista asfaltada junto a una casa con una palmera y con una barandilla de hormigón. Aquí seguimos de frente hacia la casa blanca que vemos al fondo.

Continuar por la carretera hacia la derecha. En Coru podemos visitar la ermita románica de Los Mártires de Coro, San Cosme y San Damián, llamados cariñosamente "los Martirinos". La ruta continúa por la carretera general en dirección hacia Breceña. Tras pasar junto al pueblo por la carretera general, a la izquierda de la misma vemos unos grandes toneles con tejadillos y puertas. Continuaremos durante un trecho hasta encontrar el desvío al pueblo de Buslaz. Se coge la pista de la derecha que se dirige hacia Buslaz.

Al llegar a Buslaz se da un giro de 180º a la izquierda, justo a la entrada del pueblo debiendo dirigirnos a la capilla de San Juan, donde se coge un camino que la deja a la derecha. Este camino es intransitable para vehículos teniendo gran cantidad de vegetación, que algunas veces dificulta el tránsito. Ascendemos ligeramente en busca de la zona alta del cordal, desde donde tenemos una bonita vista de todo el alrededor. Pronto pasamos junto al pico Tandión, punto más alto de este recorrido. Poco después nos recibe una edificación con una enorme pintada de Sietes.

Sietes es un pueblo que se hizo famoso porque Microsoft presentó su programa Windows Siete, aunque merece la pena visitar el conjunto de hórreos que tiene en el barrio del Campón, así como la iglesia de San Emeterio, una de las joyas artísticas del siglo XVI asturiano.

La iglesia de San Emeterio de Sietes, hijuela de San Martín de Vallés, está a 10 kilómetros de Villaviciosa caminando al este. Fue construida en el año 1555 y ofrece un hermoso modelo de arquitectura del renacimiento, poco generalizada en los monumentos de la Provincia.

Es de una nave alta y espaciosa apoyada por robustos estribos y con elegante campanario.

Su portada, en el lienzo de la epístola, tiene siete escalones de ingreso; sobre alto basamento la flanquean columnas estriadas con sus capiteles; y adornando el friso de la cornisa cabezas de ángeles. El frontón, que descuella entre dos remates delegantes, tiene esculpido en bajo relieve, el Nacimiento del Hijo de Dios colocado en el pesebre y a los lados la Virgen y San José; viéndose en el fondo los dos animales característicos. Encima resalta la figura del busto del Padre Eterno, con el mundo en la mano, circundado de cabezas de ángeles; y más elevado aun, bajo la cornisa, la cruz simbólica de la redención.

Es también notable, por su talla y formas elegantes, el retablo del altar mayor, que parece coetáneo a la erección de la Iglesia, cuyo cuadro principal representa la escena del Calvario, después del Descendimiento, con el Salvador en el regazo de su Santísima Madre, a la cual acompañan San Juan y la Magdalena; a los lados el bueno y el mal ladrón, atados de pies y manos a la Cruz; y en el fondo Nicodemus y otro personaje con sábanas en las manos. En el cuadro más elevado aparece la Crucifixión del Señor, y por los costados corren otros recuadros de dimensiones menores, representando asuntos bíblicos.

Antaño era una villa pujante con casino, siendo el primer pueblo del concejo de Villaviciosa que tuvo corriente y luz eléctrica en todas las casas.

Pasamos junto a la Iglesia de San Emeterio, donde nos desviamos en la calle hacia la derecha para llegar poco después a la carretera general, que atravesamos pasando junto al casino para dirigimos hacia Perviyao, y volver poco después a la carretera general. Continuamos por ella contemplando a la izquierda praderías y bosques de las parroquias de Lliberdón, Colunga y Cabranes. Se continúa hasta Anayo (32,460 km), donde podemos tomar un refrigerio en el bar del pueblo que esta junto a la carretera. Anayo es el pueblo más alto de toda la travesía, desde donde se contemplan unas bellas panorámicas del valle del Piloña, los Picos y el Sueve. La iglesia de Santa María de Anayo data del S.XI, pero la traza actual es de los siglos XVII y XVIII.
Se continúa por la carretera hasta llegar a la carretera de Colunga a L' Infiestu.

Se coge la carretera hacia la izquierda en dirección a Colunga. Se abandona la carretera para coger el camino que sale a la derecha, este se introduce en una zona boscosa dando pronto un giro a la izquierda transformándose el camino en un sendero lleno de maleza, que asoma por encima de las ruinas del Caserío de la Retuerta, hoy abandonado. Una vez pasado llegamos a una pista que debemos seguir hacia la izquierda iniciando un fuerte descenso a través de un firme de hormigón algunas veces.

Al llegar al pequeño oratorio se gira a la derecha y pronto salimos a un claro desde donde tenemos una espléndida vista de los montes por donde discurre el camino, que desde Oviedo/Uviéu se dirige a Covadonga. Se desciende hacia el barrio de la Cuesta de Borines, donde se abandona la carretera que llevamos, en dirección al río Viyao.

Al llegar a la carretera se gira a la izquierda, encontrando a los pocos metros la carretera de Borines / Boriñes a Colunga. Al llegar a esta se continúa por ella hacia la derecha, dirección Vallobal, cuya iglesia parroquial conserva la devoción a San Lázaro, patrono de los leprosos; pues entre los siglos XII-XVII había una comunidad de leprosos/malatos, que eran atendidos en un hospital de esta localidad. Este pequeño lugar debe su importancia a la Malatería u Hospital de leprosos de San Lázaro que durante cinco siglos acogió a los enfermos de esta peste a los que la sociedad de otras épocas rechazaba y recluía en estos edificios.

La iglesia parroquial de San Lázaro de Vallobal es, de entre las que pertenecieron a leproserías, una de las pocas que conservan la advocación a dicho santo, pues en la mayoría de los casos dicha advocación ha sido transferida a la Magdalena. En 1850 Madoz se refiere a ella como Santa María de Balloval. Hay copiosa documentación de esta malatería: desde "mandas testamentarias", en el XVI, Pedro de Antayo testa a su favor dos fanegas de escanda y trigo, una vaca y una cántara de vino. En 1599 Juan de Cutre dona entre Lloraza y Vallobal diez hanegas de pan y dos tocinos; hasta unas "constituciones" que para su mejor gobierno dictó Felipe V en 1740.

En los ciento catorce años que van desde 1661 hasta 1775 ingresaron en el referido hospital unos sesenta enfermos. El número de enfermos era escaso, en La Paranza solía haber de seis a doce, en Cabruñana un promedio de tres, en Vallobal cinco y en Villafría siete. El ingreso se hacía mediante certificado médico y también en virtud de despacho del ordinario eclesiástico. Era excepcional que en esta malatería tuviesen los enfermos que salir a mendigar, esto solo ocurría cuando los malatos eran tantos que las rentas no alcanzaban para su manutención, en cuyo caso, como tampoco era suficiente la casa que tienen destinada para su habitación, eran recogidos en las casas de los vecinos, quienes les socorrían con lo que tenían: castañas, nueces, leña y avellanas; solo para que no pereciesen, con lo que la caridad quedaba muy por encima de la higiene. La malatería estuvo regida y administrada por la familia de la Villa Estrada hasta el año 1739, cuando la Real Audiencia designa para tal cargo al párroco de Ques. En el CATASTRO DEL MARQUÉS DE LA ENSENADA-1756 leemos: "malatería para recoger cuatro pobres malatos naturales del país, su administrador es D. Sebastián Posada y Castello, cura de la parroquia de Santa Eulalia de Ques, que debe de dar anualmente 5 fanegas de pan de escanda en grano a cada malato, 5 al cura de San Lázaro, 5 al recaudador de rentas y 8 para si mismo; si hay sobrante se aplica al culto y decencia de la citada iglesia de San Lázaro de Vallobal".

En 1843 se sacan a subasta sus bienes. El último enfermo de esta malatería no fue dado de alta hasta 1776 y como en 1267 ya había aquí leprosos "Leprosis de Vallobal I modium de segundo", San Lázaro de Vallobal acredita más de quinientos años de actividad.

En Vallobal está la cueva del Sidrón, un interesante yacimiento con restos del hombre de Neanderthal que actualmente sirven de base a un proyecto de descubrimiento de su genoma. Una vez cruzado Vallobal se continúa por la carretera hasta llegar al pueblo de Miyares. Al llegar a Miyares abandonamos la carretera cogiendo una que sale a la izquierda y que pasa junto a la iglesia de Santa María de la O.

A la entrada, a mano derecha, se encuentra el Palacio de los Villa (S. XVI-XVIII), con la Torre de Miyares (S. XIV). En este pueblo se localizan Casas de Indianos del S. XIX y principios del XX. Pasado el templo de Nuestra Señora de la O (S. XIX) está la casa de Elías Torre, situada en un pequeño alto a la salida de Miyares, en dirección a Borines. Se construyó en 1925 para Elías Torre Noriega, y para salvar el desnivel entre la carreta y la casa hay varios tramos de escaleras que llegan a un amplio porche cubierto, en el que destacan unos arcos de medio punto.

Cogemos la estrecha carretera que se dirige hacia el pueblo de La Estrada, una vez en él atravesamos la carretera hacia la derecha siguiendo por el primer desvío a la izquierda que está casi enfrente nuestro, dejando una casa azul a la derecha. Seguimos por la estrecha pista en busca del pueblo de La Goleta, dejando a la izquierda y un poco por encima el Palacio de Cutre del siglo XVI y hoy transformado en hotel.

Textos: Antonio Alba Moratillas (Editorial Prames)