Blog turístico de Asturias
12 rincones, 12 razones para quedarte en Asturias
18 sep 2015

¿Nunca te has planteado que el rincón de tu vida puede estar en Asturias? Así, tal cual, como te lo cuento. El lugar de tus sueños, ese sitio que añoras, al que siempre quieres volver o del que te cuesta un montón marcharte, ese refugio secreto en el que recargas las pilas, o al que no te cansas de ir una y otra vez. Ese lugar que enseñas a los tuyos con orgullo, o aquel del que guardas los mejores recuerdos…

A veces un rincón puede ser una razón para quedarte. Por eso hoy te sugerimos doce rincones que tal vez serán doce razones para quedarte en Asturias. La verdad es que nos encanta Asturias y nos gusta que vengas y te quedes.

 

 

A la sombra de un roble - o carbayu en asturiano -, en un mirador que no te esperas, donde un faro que acabas de descubrir, en alguna esquina de una villa marinera, contemplando una playa y las montañas que la rodean, en un paseo bajo tierra, recorriendo una senda, al abrigo de un hórreo o panera, haciendo el Camino de Santiago, o a la vera de una cascada que se aparece ante tus ojos como si fuera una Xana o un Trasgu que se quiere divertir contigo… Tantas y tantas situaciones que te harán coleccionar emociones y momentos de película.

Por eso te pedimos que mires con cariño y atención estos doce rincones que de repente y como por arte de magia se convierten en 12 razones para quedarte aquí.

Una sombra más antigua que Cristóbal Colón

 

Cuentan las crónicas que el famoso Carbayón (roble) del pueblo de Valentín, en Tineo, ya era conocido antes del Descubrimiento de América. Y ahí sigue, tan guapo, viendo pasar el tiempo. El lugar es uno de esos rincones que te cautivan a primera vista, con su capilla al lado. Con un banco ubicado estratégicamente para disfrutar de la visión del imponente árbol, al mismo tiempo que de la benéfica sombra que proyecta.

El carbayón es imponente por sus dimensiones, y por la paz que transmite su presencia. Es cálido y amoroso. No te cansarás de contemplarlo, incluso de abrazarlo, aunque te resultará inabarcable… Te sentirás como un niño, o como un gnomo, en un escenario de cuento.

¡Y te darás cuenta que estás bajo una sombra más antigua que el mismísimo Cristóbal Colón!

Carbayón de Valentín en Tineo
 

Dólmenes e historias de romanos en un solo vistazo panorámico

 

¿Sabías que Asturias es un territorio de abundante cultura dolménica? Pues así es. Y uno de los dólmenes (monumentos funerarios de carácter prehistórico) más alucinantes que puedes encontrarte está en el pueblo de Merillés, en el inmenso concejo de Tineo, o sea en el corazón del occidente asturiano.

¿Y sabías que gran parte del oro del Imperio Romano se extrajo de las entrañas auríferas de este occidente astur? Pues en efecto. Así que te encontrarás a menudo restos de antiguas minas, ríos que aún llevan oro, puentes romanos que fueron construidos para transportar este mineral, vital para la vida romana… Y precisamente el pueblo de Tuña conserva uno de los puentes de origen romano más importantes de la historia antigua, el Ponte de Carral.

¿Por qué te cuento todo esto? Porque desde el mirador de Santa Marta, en Tineo, en un solo “barrido” panorámico verás Merillés y Tuña, y tus ojos volaran sobre la inmensidad del occidente asturiano.

Mirador de Santa Marta en Tineo
 

¡Será por falta de luces!

 

En Asturias te sentirás siempre bien iluminado, y entre las muchas luces que llamarán tu atención, las de la noche y las de algunos momentos del día - sobre todo en los atardeceres y amaneceres -,  de lo más llamativo serán los haces luminosos de los faros de la costa.

No solo ayudan y acompañan a los navegantes, también nos atraen a nosotros desde tierra, que encontramos en los faros rincones de increíble belleza para contemplar la costa de forma panorámica, para hacer unas buenas fotos o para pasar un rato tranquilos escuchando el rumor de las olas y las mareas.

Los faros tienen magia, sin duda. Y algunas por demás. Por ejemplo el Faro de Luces, al lado de Lastres, en Colunga. No en vano ha sido protagonista televisivo, y estrella en cientos de reportajes. ¡Y es que es como un verdadero top model, por su esbeltez y belleza! ¡Y con un entorno, nunca mejor dicho, de auténtica película!
Ya sabes, en Asturias… ¡Será por falta de luces!

Faro de Luces en Colunga

Casonas palaciegas que miran al mar

 

¿Te imaginas una casona palaciega de ésas con escudo en la fachada? Una casona antigua, de paredes contundentes como muros medievales, de puertas y ventanas de madera tallada como auténticas obras de arte, ubicada en un rincón perdido y siempre bien hallado de una villa marinera.

Algunas villas marineras de Asturias están como colgadas sobre el mar, con distintos niveles, que les dan un aire escalonado, casi como si fueran las gradas de un anfiteatro que se une al mar.

Y uno de estos anfiteatros oceánicos es Lastres, donde encontrarás más de un ejemplo de casonas palaciegas que desde inesperados rincones se asoman al Cantábrico como lo haría un capitán desde el puente de su barco…

¡Son un verdadero espectáculo de arquitectura y naturaleza!

Casona palaciega en Lastres (Colunga)

Un banco de madera para navegar

 

¿Nunca soñaste estar sentado en un banco de madera, y sentirte flotando sobre las aguas? En Asturias casi puedes abrazar tu sueño. Mira, hay un banco enorme, como para hacer una espicha al aire libre, tan bien colocado a pie de acantilado, que te permite gozar con la vista de la Playa de la Isla, con su enorme castro incluido, y al fondo el Monte Sueve, y echando la mirada hacia el litoral, atisbar unas cuantas millas de la costa oriental de Asturias.

Realmente es un banco de madera para navegar, como si fueses parte de la tripulación de un antiguo galeón, o quizás de un barco pirata, como los de las novelas de aventuras.

¡Sin duda, es una nueva forma de disfrutar del mar!

Playa de La Isla en Colunga

¡No hay bocana sin la magia de un faro!

 

Si un día vas navegando por la Ría de Avilés, cuando llegues a su bocana, descubrirás con asombro el faro de San de Juan de Nieva, y los poderosos acantilados sobre los que asienta sus sólidos cimientos. Si llegas por carretera, descubrirás con no menos asombro la belleza inconmensurable de la costa central de Asturias, tanto hacia el este, con el Cabo Peñas y la Isla de la Herbosa como telón de fondo, o hacia el oeste con la poderosa Isla de La Deva alzándose como un gigante sobre una costa que te regala playas para el surf como la de Salinas, minas submarinas como la de Arnao, o que te lleva con la corriente marina hacia puertos como el de Cudillero.

¡El Faro de San Juan de Nieva está en un rincón mágico y adorable!

Faro de San Juan de Nieva en Gozón

La proa del Cabo San Lorenzo

 

¿Sabes dónde queda el Cabo San Lorenzo? En las proximidades de Gijón, en su zona verde digamos. Y el Cabo San Lorenzo es parte del Monte La Providencia. Como te puedes imaginar las vistas sobre Gijón, y sobre el horizonte oceánico son sencillamente espectaculares.

Y por si fuera poco, en el mismo Cabo hay un parque con un mirador que recuerda a la proa de un barco. Si te subes a él la brisa abrazará tus mejillas, el sonido del mar hará eco en tus oídos, y casi sentirás la espuma sobre tu piel. Por supuesto verás los barcos pasar…

¡Navegarás en la proa del Cabo San Lorenzo!

Parque del Cabo San Lorenzo en Gijón

Un paseo bajo tierra

 

Y si Asturias es bella al nivel del mar, en el fondo de un valle o en lo alto de una montaña, no lo es menos en sus ricas entrañas, en las que siempre hay algo que admirar. Por eso, te hemos reservado un rincón bajo tierra para ti. Ya te anticipamos que, si aún no lo has probado, será una experiencia más que fascinante que querrás repetir y que recomendarás.

No lo esperas, seguro. Pero la mina tiene mucho encanto. Mucho que ver. Son todo inventos y artilugios para profundizar en el subsuelo, y es realmente provechoso y entretenido visitarla. Es como el reino de los ingenios y de la lógica, y puede resultar toda una aventura.

En el Ecomuseo Minero Valle de Samuño podrás tener una certera visión de esta actividad humana y de toda la historia que conlleva.

¡Así que un paseo bajo tierra te hará encontrar algún rincón insospechado para añadir a tu lista de favoritos!

Ecomuseo Minero Valle de Samuño

 La senda más verde del mundo

 

¿Te gusta lo frondoso? Pues en la Senda del Oso te sentirás en tu medio. Este camino verde, que aprovecha el trayecto de un antiguo ferrocarril minero te regalará momentos espléndidos no solo por ver osos pardos en un cercado, sino por vivir una naturaleza pródiga donde las haya.

Te sumergirás en la frondosidad, al arrullo del río, en medio de una garganta, con el perfil de las montañas como telón de fondo…

En el mismo inicio de la Senda, en Santo Adriano de Tuñón, la vegetación te invade hasta el alma…, y te regala por sorpresa un rincón diferente.

¡Podrás recorrer la Senda más verde del mundo!

Senda del Oso en Teverga

Om… ¡Momento hórreo!

 

Cientos de hórreos y paneras pueblan todavía hoy la Asturias rural, y por su encanto y singularidad suelen ser rincones más que agradables para un momento de relax en plena comunión con la naturaleza.

Por eso nos inspira esa vibración silábica característica del hinduismo y su esencia: Om…y ¡Zas, momento hórreo! En realidad casa muy bien con la divina naturaleza asturiana, aunque también podría tener la versión más occidental de ¡Ummm… momento hórreo!

Sea como sea, lo cierto es que cuando veas un hórreo o panera que te llame la atención, de una u otra forma, seguro lo adoptarás como uno de tus rincones “de cabecera”.

Panera en Anayo (Piloña)
 

Con el sosiego de un peregrino

 

Si aún no hiciste el Camino de Santiago, seguro te resulta muy agradable conocer algunos tramos de esta ruta y ciertos lugares que son referentes ineludibles en ella. Te sorprenderán rincones como el que te topas en Salvador de Priesca en Villaviciosa, justo al lado de la iglesia, bajo un árbol, una sombra jacobea que te dará el cobijo y el sosiego de un peregrino.

Un momento para reposar y dejar en libertad tus pensamientos… ¡con la tranquilidad de hace más de mil años!

San Salvador de Priesca

¿Tienes ganas de Guanga?

 

Con este nombre podría ser cualquier lugar de América, África, o Asia, pero no es así. Es un rincón de Asturias, muy cuco y recóndito en el entorno de Trubia, y a pocos kilómetros de Oviedo, la capital asturiana.

Por la pinta del lugar, lleno de musgos, líquenes, helechos, y cortinas de agua naturales que convierten la piedra casi en un espejo, las Cascadas de Guanga son el lugar perfecto para alucinar con el paisaje, o para tener alguna sorpresa agradable: el canto de una Xana tal vez, o la travesura de un Trasgu, quien sabe…

Con este panorama, ¿A qué tienes ganas de Guanga?

Cascadas de Guanga en Trubia (Oviedo)

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