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5 momentazos para sentirte como una manzana asturiana
Hoy te contamos 5 momentazos que te puedes perder para sentirte como una manzana asturiana en su viaje para convertirse en sidra.
¿Te gustaría ser una manzana asturiana por un día? ¿O por una buena temporada? Pues la verdad es que ser una manzana asturiana no está nada mal, entre otras razones por lo guapas y sabrosas que son, y porque los viajes que realizan son realmente interesantes y muy moviditos. Las manzanas asturianas van del árbol al paladar, pasando por el llagar. ¡Una auténtica odisea vital que tú también puedes tener!
Las manzanas asturianas no tienen tiempo para el aburrimiento. Desde que el manzano está en flor, con esas flores de espectaculares colores y la pomarada – conjunto de manzanos – luce como un impresionante jardín, hasta que paladeamos con fruición la sidra de Asturias, el viaje de las manzanas es intenso, húmedo, colorido y nos llena de inusitadas sensaciones.
Desde el árbol hasta la degustación en boca de la sidra, muchas vueltas a la manzana y una transformación que no olvida sus orígenes sino todo lo contrario, los refuerza. Una fruta profundamente sensorial y sensitiva que se hace bebida, una bebida única, de matices vinculados a las propiedades de la tierra y sabor afrutado, fresco, limpio.
De ahí que el tradicional dicho “les neñes y les manzanes tienen que ser asturianes” sea más que oportuno…, y que tu viaje sea un verdadero itinerario de sensorialidad.
Viajar a Asturias es mucho más que una vuelta a la manzana, y si hablamos de sidra ni te cuento.
¡Así que aquí tienes cinco momentazos para viajar como una manzana asturiana!
Momento pomarada: Disfrutando de una paleta multicolor
A primera vista, y en un barrido panorámico lo que primero te llamará la atención de la pomarada es su efecto multicolor, especialmente en aquellas pomaradas en las que se cultivan distintas variedades de manzana. Y es que en Asturias hay cientos de tipos de manzana, aunque tan solo son veintidós las variedades empleadas para la elaboración de Sidra con DOP (Denominación de Origen Protegida)
Cada variedad de manzana es un mundo. Adquieren formas, colores, olores, sabores, y texturas muy diferentes. Las hay ácidas, amargas, dulces… Todas y cada una componen toda la paleta de sabores que el paladar humano es capaz de degustar.
Es realmente agradable pasear en medio de las “calles” de la pomarada, dejándote embriagar primero por el color de las manzanas que brillan con el sol y con las gotas del rocío como auténticas joyas, y después por el olor, por el tacto, y un poco más tarde por el sabor. No hay una variedad que sepa igual a otra… ¡Es impresionante!
Además sus nombres son tan auténticos: Raxao, Durona de Tresali, Xuanina, Regona, Verdialona. ¡Qué nombres tan asturianos! ¡Saben a tierra sidrera!
Poco a poco aprenderás que con las variedades amargas se elabora la sidra natural de escanciar, y con las ácidas, la espumosa. ¡Todo un mundo!
Momento especialmente emotivo es el del vuelo de las manzanas, al ximielgar (menear) el árbol para que caiga la fruta. De pronto, todas comienzan a caer al suelo, y en su repentino vuelo dibujan una estela de colores y brillos que parecen de ensueño. Y luego en el suelo, sus colores y formas sigan llamando poderosamente la atención. Te invitan a cogerlas. Es así como se "paña" la manzana, y todavía hoy, en pleno siglo XXI, continúa siendo una labor manual.
¡Y será así como surgirán espontáneas catas en medio de los árboles y la hierba húmeda del otoño, antes de que estas sensoriales manzanas inicien su viaje definitivo para pasar a la dimensión de la sidra!
Las manzanas están ahora en su punto, maduras y sanas. ¡Listas para su destino!
Desearás que el paseo en la pomarada no tenga fin, y comprobarás como entre los manzanos crecen espontáneamente las setas, o el falso azafrán, que nos indican que el otoño y con él la fase de la recolección ha llegado, y están en su plenitud. Verás de vez en cuando que al jabalí también le gusta el efecto multicolor de la pomarada, o que la raíz de un viejo roble aparece como una gran escultura natural entre los manzanos…
Un magnífico ejemplo de todo lo que aquí te relatamos es la inmensa pomarada que Sidra El gobernador tiene en el pueblo de San Justo en Villaviciosa. Es llana, enorme, bien orientada y muy cerca del mar… ¡Un sueño que combina a las mil maravillas manzanas y sidra!
Todo a punto para el momento llagar: ¡Cuánto tendrás que bregar!
Para que te mimetices totalmente con la piel de una manzana asturiana, y con su vida cotidiana, saldrás de la pomarada con las pilas bien cargadas, y al mismo tiempo que el camión lleno de kilos y kilos de manzanas, que por cierto ya van camino del llagar, aunque antes tendrán que pasar por el ritual del lavado.
El lavado de la manzana es uno de los momentos de mayor plasticidad, brillo y colorido de este viaje. Y por supuesto es crucial para la elaboración de una sidra excelente, única. Te quedarás embobado viendo las manzanas en su canal de lavado, flotando, en un estallido de luz, o trazando movimientos gráciles con la presión de los puntos de agua, como si fuesen una serpentina multicolor.
Y una vez bien escogidas y limpias, las manzanas van camino de la trituradora para el mayado propiamente dicho. Y por fin, de la trituradora a las prensas o llagares, donde enseguida el primer mosto o sidra dulce comienza a depositarse en la base del llagar. ¡Llega el momento de la recogida selectiva de mostos!
La sidra dulce es un manjar de dioses, es la textura pura y dura del sabor más dulce y oloroso del mundo. Sin duda un momento que alojarás siempre en tu memoria es el de la degustación de la sidra dulce.
Otro instante memorable y llamativo es el “cortado del llagar”, proceso que consiste en - una vez lleno el lagar con manzanas mayadas y tras unas horas de reposo de la magaya (pulpa triturada) – hacer un canal a lo largo del perímetro del lagar para facilitar la salida del mosto.
Hecha la recogida selectiva de los mostos, la sidra dulce es bombeada hacia los toneles (de madera o acero inoxidable), y allí inicia el proceso físico-químico de fermentación que la transformará en sidra.
¡Ay! ¡Qué viaje tan sencillo y complejo a la vez! ¡Y sobremanera, fascinante!
¡Y para comprobarlo in situ, aquí tienes la lista de llagares visitables!
Cuando degustes la sidra natural o espumosa, o de cualquier otro tipo, en tu imaginario estarán aquellas riquísimas manzanas que probaste en la pomarada…
Momento espumoso: Para que te sientas como una burbuja asturiana
De pronto, en tu viaje al corazón del llagar, pasarás de probar los mostos dulces a degustar y conocer todo el proceso de elaboración de una sidra espumosa de excelencia como es, por ejemplo, EM. Comprobarás la complejidad del método champenoise, ejecutado con rigor técnico y mimo familiar por los hermanos Fran y Roberto, de Sidra El Gobernador, que han querido bautizar a esta joya de burbujas y carbónico con el nombre de su progenitor, Emilio Martínez.
Esta Sidra DOP, en su versión Magnum, es aún más espectacular, tiene unos cuantos meses más de crianza, más volumen, las botellas son más grandes y llamativas. Y por supuesto, momento culminante de su puesta en escena, es el degüelle o degüello, operación final en esta excepcional sidra espumosa elaborada con el método tradicional o champenoise y que consiste en retirar los posos y lías del cuello de la botella. Si nunca has visto un degüelle, no te lo puedes perder. ¡Es realmente impresionante!
Y después de este viaje, llega el momento de la degustación, de comprobar cómo esta sidra espumosa marida a las mil maravillas con los quesos asturianos, por ejemplo. O como es ideal para combinar con pescados y mariscos.
La sensación de limpieza en boca, la gama de matices naturales en el paladar… ¡Ummm, no querrás dejar de ser una burbuja asturiana!
El momento fabril: un clásico ineludible
En tu sereno deambular pomológico tendrás un momento fabril. Y te resultará inolvidable, porque seguro no conoces muchas fábricas de sidra tan antiguas como ésta y con embarcadero incluido a pie de ría, la de Villaviciosa, que es una maravillosa Reserva Natural.
La Fábrica de Sidra El Gaitero, que data de 1890, es todo un clásico a nivel mundial en la fabricación de sidra.
La solera será tu compañera de viaje en El Gaitero. Simplemente una visión panorámica al entorno de la fábrica es como un resumen mural de Asturias: verdor, ría y mar, anclas de barcos, el esqueleto de una gabarra hundida, palmeras de aire indiano, una chimenea que nos recuerda la industrialización asturiana, y por dentro artilugios de todas las épocas que hacen de la fábrica un verdadero museo activo e interactivo.
Sidras naturales y espumosas para todos los gustos y paladares. Las naturales con la singularidad de que no se escancian pues están filtradas y clarificadas, como la Pomarina natural. Las espumosas, que alcanzan también el rango de excelencia, como la Pomarina Brut, nos llevan a un mundo de burbujas y transparencia, de claros y dorados. Y todas son frescas y florales, y su natural acidez las hace maridables con muchísimos productos, tanto ácidos como grasos.
¡No querrás poner fin a tu momento fabril asturiano!
Momento espicha: El clímax que llega al escanciar la sidra
Como remate de este viaje al sensitivo y sabroso corazón manzanero de Asturias, ¡Qué menos que una fiesta gastronómica!
Pues así será. Llegó tu momento espicha, el perfecto clímax para cerrar el círculo de la vida de una manzana.
Nunca una fiesta fue tan natural, tan vinculada a la tierra y a las tradiciones más ancestrales. La espicha - que recibe el nombre de la estaquilla de madera que tapona el tonel – es más asturiana que el Rey Pelayo y también muy antigua.
Relacionada con los ciclos y el trabajo en la tierra, con la recolección, y con las cuatro estaciones del año, la espicha en Asturias siempre es una celebración entrañable, que se acompaña de “cancios” (canciones populares y tonada), y de gastronomía casera y también muy de la tierra.
En el llagar de Sidra Castañón verás todas las edades de la sidra: desde el llagar de madera de origen medieval hasta el de más moderno diseño y nuevos materiales. Aquí conocerás la sidra natural en su máxima expresión, y la verás volar desde la botella al vaso, como volaban las manzanas desde el árbol al “prau”…
Por hoy ha finalizado tu viaje, pero no te desanimes, porque volverás a ser manzana cuántas veces quieras…
Lo que ya sabes desde hoy es que las manzanas más sabrosas y sanas están en el Paraíso… Natural.
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