Voltar Enoturismo en Asturias: bodegas, viñedos y fiestas

Enoturismo en Asturias: un viaje por bodegas, viñedos y fiestas
Asturias también es tierra de vinos. Una tradición arraigada principalmente en el suroccidente de la región desde la Edad Media, y que en las últimas décadas experimenta una revitalización con viñedos, bodegas y animados eventos.
Viñas recónditas, en laderas escarpadas, que requieren gran mimo y cuidados. Una agricultura de la vid que se remonta a la Edad Media y que surgió de la mano de los monjes de Corias, manteniéndose hoy en día como un negocio familiar, que se distingue por un modelo de producción que se conoce como “viticultura heroica”. Así se denominan los vinos de Cangas del Narcea, bendecidos por un microclima amable, con variedades autóctonas recuperadas, y con paisajes y senderos únicos. El vino de Cangas del Narcea, que en realidad engloba Allande, Cangas del Narcea, Degaña, Grandas de Salime, Ibias, Illano, Pesoz y algunas zonas del término municipal de Tineo ha modernizado en las últimas décadas su vino tradicional, incomparable al de cualquier otro sitio, con producciones pequeñas y exquisitas.
Por tanto, ¿Qué mejor plan que conocer esta cultura vinícola tan especial, que visitando alguno de sus viñedos y sus bodegas, o participando en sus fiestas? Así que adentrémonos entre los sarmientos y pámpanos que agrupa una Denominación de Origen fantástica.
Enoturismo en Asturias
Los entusiastas del vino ya no se conforman con degustarlo o adquirirlo: buscan profundizar en su origen. Quieren saber quién lo elabora, cómo se lleva a cabo el proceso y qué tradiciones e innovaciones lo acompañan. Este interés va más allá de la mera acumulación de conocimiento; se trata de un deseo de participar en la cultura que subyace a la producción de cualquier producto. El vino, en este contexto, es una manifestación cultural significativa, un producto que enriquece nuestras celebraciones, alivia la rutina diaria y fomenta la convivencia en diferentes espacios como restaurantes, bares y chigres.
Asturias cuenta con un valioso patrimonio vinícola que perdura a través de las ocho bodegas que integran la DOP, donde participan numerosos viticultores de los valles del Navia y el Narcea.
La viticultura heroica es un tipo de viticultura de montaña exigente, y por tanto certificada, que engloba en el Principado a los concejos de Allande, Cangas del Narcea, Degaña, Grandas de Salime, Ibias, Illano, Pesoz y Tineo. Las variedades de uva autóctonas más frecuentes son, en tintas, albarín negro, carrasquín, verdejo negro y mencía. Y en blancas, albarín blanco, albillo y moscatel de grano menudo.
La segunda particularidad es la disposición de las viñas, laberíntica, con pagos pequeños y sinuosos, que se adaptan como pueden al terreno, a menudo en pendiente, y que ofrecen al enoturista una visita excepcional. Esa dispersión, junto con las particularidades geológicas del suelo, ofrece unos vinos distintos, con un carácter singular, que desde la instauración del Consejo Regulador de la DOP en 2010, han recibido abundantes premios por esa misma excecionalidad, en un mercado a menudo saturado de productos similares.
Veamos las mejores formas de conocer esos vinos de Cangas tan sorprendentes.
Museo del Vino
Ubicado en Cangas del Narcea, en el barrio bodeguero de Santiso, entre muros de piedra y antiguas estructuras de madera, con un sabor genuino. Es la mejor manera de empezar a descubrir los caldos locales, pues cuenta con una prensa de viga romana, paneles informativos, visitas guiadas y explicativas, y actividades infantiles. En el museo del vino puedes comprobar el proceso de elaboración, con las técnicas ancestrales y con las modernas, y constatar la evolución finalizando con una cata.
Visita las bodegas de la DOP
Desde el museo, el siguiente destino son las bodegas asturianas de la D.O.P. (Denominación de Origen Protegidda).
Señorío de Ibias. Con tres hectáreas de viñedo propio en un paisaje espectacular, que la bodega cultiva desde hace unos pocos años. Una de las últimas incorporaciones a la DOP, y de las más pujantes.
Martínez Parrondo. Tres generaciones de viticultores que trabajan en el paraje de Las Barzaniellas, con vinos afrutados, frescos, minerales y elegantes. Organizan visitas a sus campos con catas.
Las Danzas. Suma 3,3 hectáreas de viñedos en un paisaje montañoso y mucha veteranía, que le ha llevado a apostar incluso por vinos blancos de uva autóctona con maduración.
La Verdea. Pequeños viñedos centenarios en Puenticiella, con escasa producción, pero de gran calidad. Cepas que sobrevivieron a la filoxera, y con no más de un kilo de producción por planta.
Vitheras. Una familia con una tradición vinícola que se remonta nada más y nada menos que a 1556. Han recuperado variedades y viñedos desde hace una década, y trabajan en una orografía escarpada y húmeda.
Monasterio de Corias. Esta bodega ha recuperado el saber benedictino en una de las bodegas señeras de la D.O.P Cangas. Laderas empinadas con pendientes de hasta el 80%. Visitas de dos horas donde recorres todo el proceso de cultivo y elaboración.
Siluvio. Se define como “un proyecto de terruño apegado a la tierra al estilo de un “château francés”. El terroir se ubica sobre lo que fue el cauce de un antiguo río. Cultivan una finca de 7,5 hectáreas.
Bodega Vidas. Elaboran vinos con las marcas 7 Vidas y Cien Montañas. En terrenos con altitudes superiores a los 500 metros sobre el nivel del mar. Todos con personalidad propia, que se pueden catar en las visitas.
Viña Aurea. Una plantación de una hectárea y media de viñedo en San Antolín de Ibias, en la margen derecha del río Ibias, sobre terrenos de derrubio de antiguas minas romanas y donde ya antiguamente los antepasados de la familia propietaria tenían viñas. Caldos elaborados con las variedades de uva: Blanco Verdín (Albarín Blanco), variedad mayoritaria en nuestro viñedo y con las variedades tintas: Verdejo Negro y Mencía.
Festival de la Vendimia en Cangas del Narcea
La vendimia supone un esfuerzo de tal calibre que su conclusión conlleva una celebración colectiva milenaria, con la reunión de pueblos en torno a la cosecha, como agradecimiento, compartiendo. El Festival de la Vendimia es otra cita imprescindible en el calendario lúdico-gastronómico de Asturias, en la primera quincena de octubre, coincidiendo con el Puente del Pilar. Este evento atrae a visitantes de todas partes, quienes buscan vivir la experiencia de los festejos y conocer de cerca los procesos tradicionales de elaboración del vino. Catas, bandas de música, bailes, comidas, menús especiales, visitas guiadas, etc. integran un completo programa que incluye actividades para todos los gustos, destacando la importancia de la cultura vinícola asturiana y su legado. Además, la festividad no solo celebra la cosecha, sino que también promueve el patrimonio de la zona, convirtiéndose en una Fiesta de Interés Turístico que pone de relieve la riqueza cultural y gastronómica de la región.
Fiesta del Trasiego del Vino Nuevo en Cangas
La raigambre vinícola es tan profunda, y el turismo enológico tan genuino, que Cangas de Narcea ha añadido recientemente una segunda cita lúdica, la Fiesta del Trasiego del Vino Nuevo. Se celebra en marzo, coincidiendo con el menguante de dicho mes, cuando se trasvasan los caldos de recipientes para limpiarlos y eliminar cualquier partícula procedente de la última cosecha. Los asistentes pueden catar ese “vino nuevo”, que con los meses se convertirá en un nuevo caldo cangués de calidad propia.
Fiesta del vino de Ibias
Lógicamente, este tipo de encuentros festivos se extienden por todos los concejos donde la vid es historia y sustento. En Ibias, durante el mes de mayo, las bodegas y productores se asocian para organizar degustaciones y catas amenizadas por orquestas, junto con conferencias y otras actividades, como rutas a caballo, concursos y atracciones infantiles.
Fiesta del Vino en Pesoz
Un taller sobre cómo se realiza el pisado tradicional de la uva. Una charla sobre las características que ha de cumplir un vino para portar el orgulloso sello de la Denominación de Origen Protegida de Cangas de Narcea. Un curso introductorio para aprender a distinguir el color, el aroma y el sabor de un blanco o un tinto asturiano, de una uva albarín negro, la verdero negro o de una carrasquín. Pesoz, en octubre, también surte su fiesta de todos los alicientes para el turismo enológico.
Feria del Queso y el Vino de Avilés
¿Qué mejor matrimonio que queso y vino? Avilés cumplió 42 ediciones en 2024 de su particular feria dedicada a estos dos alimentos inseparables, que a tantas generaciones han sostenido y alegrado. Junto a las decenas de queserías y bodegas, también asisten panaderías locales, para cerrar la terna. Un evento que traspasa fronteras desde hace años, pues asisten igualmente negocios de toda España, y que prioriza la sostenibilidad en los negocios que invita.
El vino, en definitiva, es otra forma de conocer Asturias. Porque la comida siempre expresa una forma de ser de la gente que la cultiva, que la cría, que la elabora, que la cocina, que la consume, que la comparte alrededor de una mesa. O que, como es el caso, que brinda con ella, prolongando una tradición, y haciendo de ella una modernidad presente y un futuro para los que vengan.

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