Voltar La Fiesta de las Piraguas, que no hay fiesta más alegre, ni esencia más asturiana
La Fiesta de las Piraguas, que no hay fiesta más alegre, ni esencia más asturiana
La Fiesta de las Piraguas es una de las citas lúdicas de Asturias más conocidas internacionalmente.
Era el final de la década de los años 20 del siglo XX, y un joven aventurero, amante del deporte y de Asturias, regresaba cada verano desde Barcelona a su casa familiar en el oriente asturiano, en el pueblo de Coya (Infiesto). Seguramente el joven Dionisio de la Huerta no imaginaba en aquel entonces que su ingenua ocurrencia de una excursión fluvial con unos amigos del alma por el río Piloña, desembocaría poco tiempo después en otra de mayor magnitud por el Sella, con meta en Ribadesella. Seguramente tampoco imaginaba que aquel autobús que los acompañaba por carretera para animarles en su valerosa y arriesgada gesta deportiva se convertiría un día en miles y miles de seguidores, y que el río Sella se llenaría de piragüistas de todo el mundo…
Estaba inventando la Fiesta de las Piraguas o Descenso Internacional del Sella, probablemente una de las pruebas más emblemáticas del mundo cuando hablamos de piragüismo en la modalidad de descenso de ríos, y uno de los mejores escaparates del paisaje y la cultura asturiana.
La Fiesta de las Piraguas y su ambiente lúdico-deportivo
La fiesta ha sorteado no pocas dificultades a lo largo de la historia, pero su espíritu lúdico-deportivo ha sobrevivido a todas ellas. Todo en las piraguas invita al disfrute. Los días previos a la prueba, el río Sella es un “hervidero” de entrenamientos, preparación de los deportistas, de los equipos, puesta a punto de las embarcaciones. El ambiente es de un verdadero cosmopolitismo fluvial, ya que en pocos kilómetros son muchos los idiomas que se hablan.
A medida que se acerca el gran día, tanto Arriondas como Ribadesella, e incluso la cercana Cangas de Onís están a rebosar, y la comarca cuelga el cartel de “lleno completo”. No hay rincón donde no haya una furgoneta con piraguas, una tienda de campaña, un hotel o casa de aldea a tope, una sidrería o restaurante a rebosar de buen llantar y clientes ávidos de degustar los manjares de la tierra, la música de gaita, la sidra, el buen rollo se disparan a raudales, la fiestas de las piraguas se torna indescriptible…
Los prolegómenos del Sella son verdaderamente un ritual que merece la pena vivir: el jueves, el sorteo de puestos de salida en Ribadesella caldea el ambientillo deportivo y las especulaciones sobre los que harán pódium; el viernes, la apertura oficial del Descenso desde el balcón del Ayuntamiento de Parres, el hermanamiento de las aguas en el propio río y el izado de banderas de todos los países participantes anticipan siempre un Sella brillante y emotivo, diferente cada año, lleno de sorpresas, trepidante, y divertido.
El gran día del Descenso del Sella
“Guarde el público silencio y escuche nuestra palabra, de orden de DonPelayo…”. He aquí el inicio de los conocidos versos que resuenan desde hace casi ochenta años en todo el valle, antes de entonar el Asturias Patria Querida. Cada año son leídos por el pregonero o pregonera correspondiente antes de dar la salida a la prueba…, y en ese preciso instante, las doce del mediodía, de un sábado de agosto - nomalmente el primero - comienza la gesta más heroica, el pódium más codiciado, el premio a los elegidos…En ese preciso instante se funden para la eternidad y el recuerdo deporte y fiesta…
Con más de ochenta años, de las Piraguas podemos decir, rememorando a Dionisio de la Huerta, que no hay fiesta más alegre, ni más movida y galana, ni con más bello paisaje, ni esencia más asturiana…
¡Te esperamos en la Fiesta de las Piraguas de Asturias!
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