Atrás Así es Santa María del Puerto, Pueblo Ejemplar de Asturias 2021
Así es Santa María del Puerto, Pueblo Ejemplar de Asturias 2021
Exponente de una cultura ancestral, Santa María del Puerto, Pueblo Ejemplar de Asturias 2021, exhibe un excelente paisaje natural y humano, y representa de manera fidedigna la esencia de Somiedo.
Exponente de una cultura ancestral, Santa María del Puerto, en Somiedo, exhibe en su paisaje natural y humano un espíritu solidario, de sana convivencia, de cuidado del medio y de respeto al pasado para construir el futuro, que hacen de este lugar en el mundo un rincón único y diferente a todo lo que hayas conocido.
Y es que este pueblo somedano, ubicado en la parte más alta del valle del río Somiedo, a casi 1500 metros de altitud, es verdaderamente un poblado de montaña, con toda la belleza y dureza que ello conlleva al mismo tiempo.
Limítrofe con León, Santa María del Puerto ha sido tradicionalmente un lugar de paso, que hoy en día es ideal para quedarse y gozar de sus excelencias pretéritas y actuales.
Una braña de brañas llamada Santa María del Puerto
Por su privilegiada ubicación, su tamaño y sus condiciones paisajísticas, Santa María del Puerto podría ser considerada la braña de brañas. Una tierra rica en pastos, donde el ganado autóctono tuvo en el pasado su mejor residencia estival, y donde en la actualidad vive feliz todo el año, junto a sus dedicados cuidadores humanos.
Precisamente esta braña de brañas, totalmente ligada a la vida y cultura de los vaqueiros de alzada, vivió en plena Edad Media la llamada Revolución de los Cercados, que la consolidó como pueblo, en una zona donde hasta entonces se había practicado la trashumancia.
Una curiosa historia de supervivencia
La de Santa María del Puerto es una curiosa y ejemplar historia de supervivencia. Y es que pasó de ser una braña vaqueira a convertirse en un pueblo habitado todo el año.
La mejora de las comunicaciones y, en general, de las condiciones de vida facilitó la fijación de la población, especialmente a partir de la declaración de Somiedo como Parque Natural en 1988.
A partir de esa década de los años 80 del siglo XX, los arreglos del pueblo fueron continuados, hasta llegar a la actualidad. Pero al mismo tiempo que la trashumancia de la forma tradicional llegó a su fin - hay familias que aún la practican pero bajando en camiones el ganado a Belmonte y a Salas -, los usos y costumbres vaqueiras continuaron y continúan estando muy presentes.
La más pura esencia del pueblo vaqueiro
Efectivamente, Santa María del Puerto muestra en cada rincón y en cada gesto la más pura esencia del pueblo vaqueiro. Un pueblo cuyos habitantes descendían en el invierno a los concejos de Belmonte y Salas, con todos sus animales y cosechas, en una trashumancia de largo recorrido. Ese pueblo que hacía el camino inverso en los meses de febrero o marzo, cuando el tiempo mejoraba y desaparecían las nieves.
Antaño la trashumancia se hacía caminando. Un largo e intenso viaje de unos tres días con todos los animales de la casa: mulas, caballos, cerdos, gallinas, etc.
Una combinación de esfuerzo y nobleza que hizo de la esencia de este pueblo un fenómeno singular. Un pueblo trabajador, que no solo se dedicaba a la agricultura y ganadería, sino también a la arriería y trajinería, comerciando con productos como harinas y vinos, además de transportar viajeros en sus mulas y caballos.
Todo ello imprimió el carácter recio y sobrio que exhibe Santa María del Puerto, donde hoy en día sus habitantes viven del ganado de vaca roxa, siendo uno de los pueblos que cuenta con más cabezas de ganado de todo Somiedo.
Un claro exponente de los usos y costumbres de los vaqueiros
Santa María del Puerto, con sus ferias y fiestas, con sus costumbres, con su gastronomía típica y con esa personalidad y hospitalidad única que caracteriza a los vaqueiros, es un claro exponente del espíritu que animó desde siempre los usos y costumbres del pueblo vaqueiro.
Desde antaño, celebran dos ferias anuales: la de San Pedro, en junio, y la de Nuestra Señora, el 8 de setiembre. Especialmente esta última está habitualmente muy concurrida, y además de feria de ganado, es un gran acontecimiento social y cultural.
Además, y precisamente para no olvidar sus orígenes y valores de convivencia, cada año celebran el Alcuentro Vaqueiro.
La Ley de Honor de la iglesia de Santa María del Puerto
La actual iglesia de Santa María del Puerto data del siglo XIX, y mantiene la tipología constructiva propia de la arquitectura religiosa del siglo XVIII. Es más que probable que fuera construida sobre una ermita de pequeñas dimensiones de origen medieval.
Ya en el siglo XIX, algunos cronistas hablan de 60 casas de vecinos en el entorno de la iglesia, a la que se accede bajo el pórtico a través de un arco de medio punto, que conserva restos de la policromía con la que fue decorado y que parece decir Ley de Honor, quizá como lema para los vaqueiros para los que se construyó.
La mismo Ley de Honor que los vaqueiros mantienen viva como la llama del verdadero amor…
La satisfacción de un paseo por Santa María del Puerto
Un tranquilo paseo por Santa María del Puerto te mostrará un lugar auténtico, donde se vive con amor y con humor la ganadería de montaña, donde se cuidan las casas y las cuadras, donde se miman los espacios comunes.
Casas preparadas para los rigores del invierno y del verano, y para las tareas ganaderas y agrícolas, con techos de pizarra o de teja.
Así que estarás en un rincón tan singular como atractivo, que dejará huella en tu corazón.
Un lugar de paso ideal para quedarse
A tan solo 12 kilómetros de Pola de Somiedo, Santa María del Puerto ha sido desde tiempo inmemorial un lugar de paso. Un puente entre dos mundos: el de la verde y montañosa Asturias, y el de la montaña de Léon, que anticipa la Meseta.
Su condición de residencia temporal de los vaqueiros y de vía de paso le ha conferido una personalidad singular, como de puerta de entrada o de salida, de amigable frontera y de espectacular paisaje.
Con el pueblo leonés de La Cueta - el más alto de esta provincia - a un paso, y con el pueblo somedano de La Peral a otro, donde se ubica un bello mirador. O con la cercanía de la emblemática braña de Mumián.
En definitiva, hoy más que nunca un lugar de paso ideal para quedarse y conocer paso a paso el maravilloso universo de Somiedo.
Un entorno privilegiado
El de Santa María del Puerto es un entorno verdaderamente privilegiado. Ricos y verdes pastos, una atmósfera limpia, agua en abundancia porque se trata de una zona de gran “irrigación” hidrológica, ya que en las proximidades del pueblo nace el famoso río Sil, muy cerca del pueblo de La Cueta, en León, y también el río Somiedo.
Y así, entre luces claras, ganado feliz y pobladores tranquilos, transcurre la vida en Santa María del Puerto.
Punto de partida de rutas para disfrutar de la naturaleza
De Santa María del Puerto parten algunas rutas de senderismo, perfectas para disfrutar y conocer Somiedo. Una de ellas te llevará al pico El Cornón, con una altitud de 2190 metros, en un recorrido de 17 kilómetros de ida y vuelta, en la que pasarás por la pradería del Puerto, desde donde divisarás la gran mole de la Penouta.
Además, dos rutas unen Santa María del Puerto con Valle de Lago, y ambas se pueden hacer en un sentido o en otro. En una de ellas, pasarás por la braña de Sousas y en otra por la de Murias Ḷḷongas.
Además, existe una ruta de gran recorrido, La Escrita, que recorre el camino que antaño hacían los vaqueiros de alzada, uniendo Santa María del Puerto con Belmonte y Salas.
Un pueblo con leyenda y con ilustres viajeros encandilados
Cuenta una leyenda que salió un obispo de Asturias y otro de León, y que cuando se encontraron fijaron el límite entre ambos territorios…
Sea como fuere, Santa María del Puerto, por su ubicación estratégica y por ser lugar de tránsito es un espacio propio no solo a la leyenda sino al interés de los más variopintos y apasionados viajeros, como es el caso de Aurelio del Llano, ilustre escritor asturiano de la primera mitad del siglo XX que describe con todo detalle su paso por este pueblo mágico.
Y es que los vaqueiros y su cultura han seducido a mentes preclaras como el mismísimo Jovellanos que los define así: “Llámense vaqueiros porque viven comúnmente de la cría de ganado vacuno; y de alzada, porque su asiento no es fijo, sino que alzan su morada y residencia, y emigran anualmente con sus familias y ganados a las montañas altas”.
Así que un viaje a Santa María del Puerto combina tintes legendarios e históricos, con un presente de superación y de vida rural saludable.
Fotos: Mampiris y David Cachón
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