Atrás La senda accesible de Pola de Somiedo, una ruta fácil y bonita
La senda accesible de Pola de Somiedo, una ruta fácil y bonita
La senda accesible de Pola de Somiedo es ideal para hacer con niños pequeños. Un tranquilo y agradable paseo, disfrutando de espectaculares paisajes de montaña.
A los que nos gusta el senderismo y la montaña y, hemos tenido hijos, siempre se nos plantea el reto de buscar rutas adecuadas para ellos. Cuando son muy pequeñitos la tarea es mucho más complicada, sobre todo, en zonas de montaña en las que casi cualquier ruta supone algo de esfuerzo.
Itinerario de la senda accesible de Pola de Somiedo
Por eso, fue una alegría descubrir la senda accesible de Pola de Somiedo, cuando nuestro hijo pequeño tenía 3 años.
Pola de Somiedo se encuentra en el corazón del Parque Natural de Somiedo, en Asturias, y es la capital del concejo de Somiedo. Al ser una zona de montaña, la mayor parte de las rutas presentan cierto desnivel y un grado de dificultad a la que no están acostumbrados muchos niños pequeños.
Por eso la senda accesible de Pola de Somiedo es ideal para los peques, ya que apenas tiene pendientes y las que hay son bastante suaves. Además, durante el camino vas disfrutando de un paisaje de montaña espectacular, pero dando un paseo muy tranquilo y agradable.
Datos prácticos de la ruta
Distancia: la ruta es lineal y son 2 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta.
Desnivel: todas las pendientes son muy suaves y ninguna supera el 8%.
Dificultad: muy fácil, puede hacerla cualquier persona.
Cómo llegar a la senda accesible
Esta senda comienza en el pueblo de Pola de Somiedo y se ha habilitado, principalmente, para personas con movilidad reducida, problemas de visión o personas mayores, por lo que también es adecuada para hacer con sillitas infantiles o para caminar con niños muy pequeños.
La ruta comienza al final de Pola de Somiedo, así que atravesamos el pueblo pasando por su pintoresco puente de piedra, en el que nos paramos un rato para ver un mirlo acuático que revoloteaba por allí.
Después de caminar por las calles del pueblo, con los niños fascinados por los gatos que salían a su encuentro y, tras pasar por la Plaza, llegamos al Centro de Interpretación Somiedo y el Oso. Antes de comenzar la ruta, hicimos una visita a este centro de interpretación en el que, mediante paneles y juegos, conocimos la importancia del oso en el ecosistema de la Cordillera Cantábrica y el hecho de que Somiedo es uno de los pocos hábitats de esta cordillera en los que vive el oso. A las puertas del museo hay un hórreo que les llamó mucho la atención a nuestros hijos.
Junto al centro de interpretación se encuentra la iglesia de San Pedro y frente a ella encontramos un cartel indicador del comienzo de la senda.
Inicio de la ruta de la senda accesible
La senda se ha habilitado utilizando un antiguo camino que comunicaba Pola de Somiedo con la vecina localidad de Veigas.
Al poco de comenzar la ruta atravesamos un puente de madera que cruza el río Sousas, que poco más tarde desemboca en el río Somiedo. Prácticamente todo el recorrido de la senda discurre por la margen izquierda del río Somiedo.
Esta primera parte está asfaltada y señalizada en el suelo. Aquí hay que tener un poco de cuidado con los niños, porque durante unos pocos metros, la primera parte del recorrido discurre en paralelo a la carretera, aunque está separado de esta por una valla.
Pasamos junto a un supermercado, que resultó estupendo para comprar agua y algo de comer para la merienda.
Más adelante, encontramos una bonita casona que fue la casa del intelectual, humanista y abogado liberal, Álvaro Flórez-Estrada, y que ahora es un establecimiento hotelero.
Hasta este punto, el camino sigue asfaltado para facilitar la entrada a este hotel. A partir de aquí, la senda pasa a ser un camino de zahorra, que también es muy cómodo ya que el firme se conserva en muy buen estado.
Durante el recorrido, la senda se encuentra vallada en el lado que queda ladera abajo y que puede presentar algo de peligro, lo cual hace que la ruta sea totalmente segura.
El Bosque
La senda se interna en un precioso bosque de hayas, robles, fresnos, tilos, arces, avellanos e, incluso quejigos, que dentro de Asturias sólo se encuentran aquí y en el Cares.
Es un entorno precioso y de un verde intenso, repleto de vegetación a ambos lados.
Durante el recorrido encontramos bancos y también conjuntos de mesas con bancos, para así poder comer durante la ruta. La verdad es que nos vinieron genial para la merienda de los peques.
De vez en cuando íbamos viendo paneles con información sobre la fauna y flora de este entorno. Los carteles muestran un dibujo del animal o la planta, un texto con información y también el mismo texto escrito en braille.
La bifurcación
Poco después de la señal que indica que estamos en el primer punto kilométrico, vimos que el camino se bifurcaba en dos. La senda accesible continúa hacia abajo, mientras que el antiguo camino sigue ascendiendo un poco, para más adelante volverse a unir.
Aunque este segundo camino no está tan acondicionado, se puede caminar bien por él. Así que te aconsejo que vayas por el accesible y vuelvas por el otro.
Los Miradores
Continuamos por el sendero accesible, disfrutando del paisaje, hasta que llegamos al primer mirador: el Mirador del Río Aguino. Allí pudimos disfrutar de unas vistas preciosas del valle del río Somiedo, que se encontraba a nuestros pies, y de la collada y el río Aguino, en la ladera de enfrente. Por medio de un panel que hay allí, nos enteramos de cuáles son las montañas que estábamos viendo.
A partir de aquí el camino se convierte en una senda de tierra y en este punto es donde encontramos la mayor subida, aunque el peque pudo con ella como un campeón.
Tras el ascenso llegamos al segundo mirador: el Mirador del Desfiladero de la Malva. Se llama así porque desde él se puede ver este bonito desfiladero, en el que también hicimos otra ruta muy recomendable con niños, viendo el jardín botánico que se encuentra allí.
El regreso
Desde el mirador sale una senda más estrecha que se interna en el bosque y que es la que lleva a Veigas. A partir de este punto está prohibido el acceso a esta senda, excepto a ganaderos y autoridades, porque es una zona protegida.
Tras una parada en el mirador para recuperar fuerzas en uno de sus bancos y, después de haber visto a algunos buitres leonados sobrevolar nuestras cabezas, regresamos por el mismo camino, hasta llegar a la bifurcación.
En esta ocasión, elegimos volver por el camino de arriba, que no supuso ninguna dificultad. Este es un camino con más árboles y más flores que el de la ida, por lo que aprovechamos para hacer unas cuantas fotos.
Más adelante encontramos el punto donde se unían el camino y la senda accesible y desde ella regresamos a Pola de Somiedo, después de un paseo muy agradable.
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