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La Senda del Cervigón en Gijón
Uno de los principales atractivos que tiene Gijón es la posibilidad de recorrer su litoral combinando paseos marítimos, playas y sendas costeras.
Uno de los principales atractivos que tiene Gijón -y no son pocos- es la posibilidad de recorrer su litoral combinando los paseos marítimos de sus playas y las sendas costeras. Un itinerario accesible en el que, además de disfrutar del Mar Cantábrico, también podrás observar multitud de obras de arte, así como visitar alguno de los yacimientos más importantes de la ciudad. Aunque podemos recorrer la totalidad de la costa comprendida entre sus concejos limítrofes, Carreño y Villaviciosa, en este post me voy a centrar en el tramo que parte del Cerro de Santa Catalina y finaliza en la Playa de La Ñora, ruta inaugurada en 1988 y conocida como La Senda del Cervigón. La senda tiene una longitud de 8,5 km y se tarda 3 h. aproximadamente (a paso normal y tomando fotos). En bicicleta se hace en unos 50 minutos. A este tiempo/longitud hay que sumarle la vuelta.
Iniciamos la ruta en el barrio de Cimavilla/Cimadevilla, concretamente, junto a una de las esculturas icónicas de Gijón/Xixón, el Elogio del Horizonte (obra realizada en 1990 por Eduardo Chillida). El promontorio en el que nos encontramos es el Cerro de Santa Catalina, lugar donde se asentaron los romanos y fundaron Gigia, actual ciudad de Gijón/Xixón. Algunos vestigios cercanos de aquella época que te recomiendo visitar son las Termas Romanas de Campo Valdés y la Torre del Reloj, esta última levantada sobre las ruinas de la antigua muralla.
Si estás más interesado en la historia contemporánea estás de suerte, en Santa Catalina encontramos varios búnkeres y túneles subterráneos de las antiguas baterías militares. Mientras paseamos por el parque observando la bahía de Gijón/Xixón, tratamos de imaginar cómo era Gigia en la antigüedad, cuando dejaba de ser península y se transformaba en isla con cada pleamar.
Continuamos la ruta por el paseo marítimo de la Playa de San Lorenzo. Es una de las mejores playas urbanas de España y cuenta con todos los servicios. En invierno es parcialmente dog friendly y durante todo el año es frecuentada por surferos y por un grupo de bañistas muy simpáticos, protagonistas recientemente de la nueva campaña turística de la ciudad, "Gijonomía". San Lorenzo es una maravilla en cualquier época del año, pero es especialmente bonita con las casetas de coloridas rayas que se colocan en la arena, ¡son la imagen del verano gijonés!
Cruzamos el río Piles y por arte de magia dejamos atrás a los tamarindos y los bloques de pisos acristalados del paseo y le damos la bienvenida a las palmeras y las casitas unifamiliares. Pronto aparece una escultura que los gijoneses llamamos "Las Chaponas de Gijón" pero en realidad su título es Sombras de Luz y es obra de Fernando Alba. Por esta zona hay varias terrazas al aire libre y estilo ibicenco donde siempre apetece tomar un refrigerio.
Este sector de litoral gijonés atesora pequeñas calas de cantos rodados y otras playas como la del Cervigón, la preferida de los bañistas que quieren disfrutar de un día de playa con sus perrinos, pues está permitido su acceso todo el año.
Llegamos al Parque del Rinconín, presidido por el Monumento a la Madre del Emigrante, una representación desgarradora del sufrimiento que vivieron la mayoría de las madres asturianas del siglo XVIII cuando sus hijos y maridos se echaban a la mar para "hacer las Américas". Esta escultura de mirada triste, apodada "La Lloca´l Rinconín", fue una obra polémica que llegó a contar con numerosos detractores por aparecer representada sin lucir el traje regional asturiano.
En lo alto del parque, próximo al aparcamiento - que, por cierto, permite la pernocta de Autocaravanas - encontramos otra escultura muy fotografiada, Solidaridad, de Pepe Noja. Allí mismo, si vas con niños, posiblemente les agrade jugar un ratito en el Parque del Agua. El sistema de levas que mueve y canaliza el agua suele gustarles bastante.
Seguidamente llega la primera cuesta de la ruta -nada importante-. Además, en este tramo encontramos un mirador natural con otra obra escultórica creada por Adolfo Manzano y titulada Cantu de los Díes Fuxíos -Borde de los días pasados-. La subida nos lleva a la cima de los acantilados, los cuales nos acompañarán hasta el final de la ruta.
Pronto aparece la playa nudista de Peñarrubia. Aunque la senda no baja a la playa te aconsejo que te desvíes brevemente porque es espectacular y muy diferente al resto de playas del concejo, de hecho, es especialmente bonita al atardecer.
A unos pasos nos encontramos con el Parque de La Providencia, repleto de senderos que nos guían al famoso mirador con forma de proa de barco, obra de Ángel Noriega.
Saliendo del parque por la carretera nos encontramos la Ermita de la Virgen de La Providencia y, a pocos pasos, el merendero de El Hórreo -todo un clásico para comer choricinos a la sidra-.
Retomamos la ruta en dirección a la Colina del Cuervo, lugar muy concurrido por los aficionados al parapente que gozan a vista de pájaro de los acantilados más altos de este extremo de la ciudad.
A partir de este punto el camino se torna más rural y perdemos de vista la panorámica de la urbe de Gijón. El sendero transcurre a la sombra de los árboles por una pista cubierta con losas de piedra.
Hay un par de áreas de descanso con pequeños aparcamientos, perfectos para descansar o incluso, para dividir la ruta en dos tramos si fuera preciso.
Casi sin darnos cuenta llegamos a los accesos de las pequeñas playas de Serín y La Cagonera, espacios poco concurridos incluso en verano por no contar con ningún servicio, ni siquiera salvamento. Le sigue la Playa de Estaño, mucho más frecuentada gracias a un famoso chiringuito y al sencillo acceso por carretera.
Tras descender bruscamente nos encontramos con el mirador de la Playa de la Ñora, un lugar que te cautivará por el color azul turquesa de sus aguas. Si queremos llegar a la playa nos toca bajar por una escalinata de 200 peldaños. Una vez abajo podemos reponer fuerzas en alguno de los chiringuitos y valorar cómo vamos a regresar. Ten en cuenta que esta playa, debido a su orientación, deja de ser soleada a media tarde.
¿Cómo regresamos a Cimavilla/Cimadevilla? Si estás en forma, la mejor opción es regresar deshaciendo el camino andado o salir a la GI-2 Carretera de La Providencia al Infanzón. Esta opción alarga un par de kilómetros más la ruta, pero recorre un camino totalmente diferente.
Si es demasiado esfuerzo y no dispones de dos vehículos (uno al inicio y otro al final), siempre puedes llamar a un taxi de Gijón/Xixón o utilizar el transporte público. La línea que hace un recorrido circular por Quintueles para a 2 kilómetros de la Playa de La Ñora y frente al Jardín Botánico Atlántico, punto en el que podrás subir a un autobús urbano que te lleve al centro de Gijón en pocos minutos – no sin antes visitar la Universidad Laboral, el edificio más grande España.
Y para hacer realizar cualquier ruta con seguridad no te olvides de seguir estos consejos
Texto y fotos: Ángela Delgado @viajerosconfesos
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