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Que ver y hacer en el Parque Natural de Redes: 10 experiencias únicas
El Parque Natural de Redes, que abarca los concejos de Sobrescobio y Caso es una de las más singulares reservas naturales, culturales, etnográficas, históricas y humanas de toda Asturias.
Es el puro sur de Asturias, y su mirada hacia el oriente le confiere ser uno de los grandes miradores de los mismísimos Picos de Europa. Y es que el Parque Natural de Redes - que toma su nombre de un hayedo de Caso – es una de las más singulares reservas naturales, culturales, etnográficas, históricas y humanas del Principado de Asturias.
En cada esquina, un prodigio; en cada hórreo, un museo; en cada rincón, el arte de vivir que salta a borbotones. Un mundo de agua, en forma de fuentes, de arroyos, de ríos, y de embalses. Un mundo de madreñeros y artesanos de la madera que nos transporta a un pasado de inventos rurales únicos, generados desde el enorme tesón de la superviviencia. Y si de verde hablamos, senderos y bosques, montañas y valles, y siempre las cumbres, descendiendo hasta el corazón de la tierra, como si fuera una madre. Y mientras tanto el concierto constante de las vacas casinas con sus cencerros sobre las laderas, en los pueblos, en las carreteras, en las caleyas o en las majadas.
Caso y Sobrescobio, Sobrescobio y Caso son las dos partes de un todo indivisible, donde el río Nalón es la arteria que da vida, y sin cuyas aguas brotando cristalinas y humildes en el puerto de Tarna, nada en estas tierras de eterno paso hacia la Meseta y viceversa, sería lo mismo…
El Parque Natural de Redes como tal nació en 1996, y pocos años después, en 2001 alcanzó su declaración de Reserva de la Biosfera por la UNESCO, así que este año cumple su mayoría de edad con esta distinción internacional.
Redes es tan inspirador que son muchos los viajeros, montañeros, exploradores, escritores, etc. que caen rendidos ante la potente seducción de una naturaleza indómita, y al mismo tiempo humanizada y humanizable.
Precisamente para que hagas aflorar el afán de exploración que llevas dentro, en este viaje te sugerimos...
Las 10 mejores cosas que ver y hacer en el Parque Natural de Redes
¡Comenzamos ya!
LA NALONA, MUCHO MÁS QUE UNA FUENTE
Ascender o descender el puerto de Tarna es uno de los espectáculos paisajísticos más auténticos y agradables que puedas imaginar. Allí no solo tendrás la oportunidad de contemplar una increíble panorámica del Alto Nalón, sino que cuando estés a punto de coronar el puerto, justo a un lado de la carretera, un cartel te indicará Fuente La Nalona.
Haz un alto en el camino, merece la pena. Estarás ante una fuente que no es una más de las que te topes en tu vida viajera y senderista. Es ni más ni menos que el lugar donde nace el río más largo y caudaloso de toda Asturias: el Nalón, que además tiene unas connotaciones históricas tan intensas, como el propio devenir de las vidas de los asturianos.
La pequeña fuente, con el rumor constante de su agua pura, fría y cristalina, te parecerá un milagro, sobre todo cuando pocos kilómetros más abajo la veas convertida en un gran río, ese que ya no te abandonará en toda tu estancia en el Parque Natural de Redes.
El entorno de La Nalona es envolvente. Es el puerto de Tarna, hito del Camín Real que cruza hacia Castilla procedente de Villaviciosa. Lugar del que parten numerosas rutas de senderismo. Refugio de ganado y ganaderos. Y además, por encima de este paraje único contemplarás el encrespado pico Remelende, primer jalón de la Sierra del Mongallu, que delimita el Parque Natural de Redes, y que da origen a una de las más bellas y emblamáticas rutas de este espacio natural.
Por eso no es de extrañar que el puerto de Tarna encandile a tantos: ciclistas, moteros, senderistas… Y por supuesto también es ideal para ir en coche, y hacer pequeñas paradas en algunos de los miradores que te brinda la sinuosa carretera.
TRES HITOS NATURALES: EL TABAYÓN DEL MONGALLU, EL LAGO UBALES Y BRAÑAGALLONES
Entre las muchas bellezas que atesora Redes, hay tres que resultan extraordinarias e inesperadas: el Tabayón del Mongallu, el lago Ubales y la vega de Brañagallones
Existen varias opciones para alcanzar el famoso Tabayón del Mongallu, una cascada de más de 60 metros de altura, de escaso caudal y gran atractivo. Se puede llegar por el puerto de Las Señales, y también desde el pueblo de Tarna, realizando desde aquí una asequible y agradable ruta circular, apta para todos los públicos.
A los pocos metros de tomar rumbo hacia el Tabayón del Mongallu desde Tarna, podrás desviarte a tu izquierda hacia el Llanu’l Toru, y allí disfrutar contemplando un conjunto de antiquísimos robles, algunos de ellos de imponente envergadura. Tras esta visión impresionante, puedes coger de nuevo el camino hacia el Tabayón. La senda te regala muchos momentos de sombra, en medio de hayedos, donde algunos árboles toman formas sorprendentes, como si estuvieras en el mismísimo escenario de un cuento mitológico. A tu paso, vas dejando puentes de madera, cascadas, fuentes, o apacibles rincones donde reposar la fatiga de la senda.
El agua siempre está presente en esta maravillosa ruta, y a medida que acortas distancias con la cascada, el rumor líquido se intensifica. Y de pronto el bosque se diluye y ante tus ojos aparece una majada inmensa, donde pace el ganado. Por fin, al fondo de la escena, se vislumbra el Tabayón del Mongallu.
Poco a poco, te acercas, la subida final, y he ahí la gran cascada, pulverizando el agua, y bañando un paisaje inmenso de bosque y roca. El retorno puedes hacerlo por el mismo camino, o tomar otro sendero en la majada que te meterá en el Valle del río Mongallu, bajo las laderas del Cuetu Negru, y por allí regresarás de nuevo al tranquilo pueblo de Tarna.
El lago Ubales es, sin duda, otra de las maravillas naturales de Redes. La ruta para llegar a él, subiendo desde La Felguerina, pasando por La Infiesta y ascendiendo por la Canalina, te regala paisajes inolvidables. La belleza de la ascensión es sencillamente indescriptible.
Una vez en el entorno del Ubales, el lago impresiona no solo por su imponente dimensión, sino porque las vistas que proporciona de todas las montañas de Piloña, Caso, Laviana, Ponga, Amieva o los Picos de Europa son absolutamente increíbles, así como de la vega de Brañagallones, que aparece como un claro en color verde en medio de la intensa foresta que la rodea.
¡La ruta del lago Ubales es uno de los imperdibles del Parque Natural de Redes!
Asimismo, si hay una vega famosa en toda Asturias, por guapa, tranquila y natural, esa es la de Brañagallones, que precisamente toma su nombre de los gallones - gallos o urogallos -, que tiempo atrás tuvieron allí algunos cantaderos (lugares de exhibición de los machos en su época de reproducción).
Brañagallones será la vega de tus sueños, y un sitio de privilegio para disfrutar de la fauna y de la flora autóctona, rodeado de grandes bosques de hayas. Si echas la vista atrás en el tiempo y cierras los ojos, podrás ver el glaciar que la ocupó y la transformó en lo que es hoy, y podrás aún escuchar las voces de las familias que vivían del ganado que allí pastaba.
Brañagallones es también la meta de una ruta que parte de Bezanes, a orilllas del Nalón, y que tras un camino sinuoso y ascendente te sitúa en la vega de tus ojos. Una ruta con vistas espectaculares, en la que puedes alojarte en uno de los mejores refugios de España, y desde allí practicar montañismo por los alrededores. O sencillamente puedes subir y bajar en el día, pasando una jornada inolvidable.
SOBRESCOBIO O LA OMNIPRESENCIA DEL AGUA
De Sobrescobio es llamativo hasta su nombre, derivado del sonoro término latino “super-escopolum”, referencia directa a la escarpada orografía de este territorio de desfiladeros y pronunciados desniveles, engendrado y moldeado al gusto de las formas geofísicas del río Nalón.
Como también son llamativos sus pueblos, que parecen diseñados para ser el escenario de cuentos mitológicos, donde seres imaginarios se funden con los de verdad.
La propia capital de Sobrescobio, Rusecu/Rioseco, es profundamente inspiradora, especialmente por estar a la orilla de un pantano donde anidan diferentes especies de aves acuáticas, y donde, según las distintas luces del día, sus aguas muestran reflejos mágicos, como pintados por un minucioso artista.
Así que no es casual, teniendo en cuenta la omnipresencia del líquido cauce del río Nalón, que Rusecu/Rioseco sea la sede de la Casa del Agua, un espacio distinto que aúna tradición y vanguardia, tanto en las formas como en los elementos constructivos y expositivos. Un espacio para conocer y profundizar los usos del agua, y su conexión e influencia en la naturaleza. Otra visita muy interesante es el Centro de recuperación de la fauna salvaje, ubicado en el monte Isorno. En este equipamiento se muestra cómo se realizan los trabajos de rescate y recuperación de los animales salvajes, disponen también de videocámaras que monitorizan en tiempo real los ejemplares acogidos en el centro y las salas de vuelo de rapaces, desde un área adaptada se pueden observar.
LAS ALDEAS DE SOBRESCOBIO, PURO LIRISMO RURAL
A pocos kilómetros de Rusecu/Rioseco, un puñado de aldeas se despliegan en valles o se descuelgan por laderas, confiriéndole un aire de autenticidad y hasta un tono de lirismo rural a este concejo icónico del Parque Natural de Redes.
Aldeas en el fondo del valle como Soto o Villamoréi, o encaramadas en lo alto como Llaiñes/Ladines o Campiellos. Aldeas donde se multiplican las escenas rurales, el ganado en las caleyas, los hórreos, y las casas muy antiguas. Aldeas donde aún se mantienen en pie molinos o lavaderos, o donde hay inmensos texos en las proximidades de sus iglesias.
Aldeas como Llaiñes/Ladines, donde las vistas de las montañas de Redes son espectaculares.
O como Campiellos, donde la panorámica de Rusecu/Rioseco y su pantano te deja sin respiración, y donde existen sendas adaptadas para gozar con la contemplación visual del paisaje, al mismo tiempo que se dan unas condiciones especiales para observar el firmamento en las noches despejadas…
Y por si fuera poco, para añadir unas gotas de misterio y leyenda, el pueblo de Villamoréi tiene en su entorno un torreón (al que te puedes acercar por una ruta de senderismo), que se mantiene en pie, pese al paso de los siglos y de las muchas vicisitudes. De pronto lo descubrirás como mimetizado en el acuoso paisaje, volcando su rostro sobre el pantano y contándonos que lleva una eternidad siendo el vigía del desfiladero del río Nalón, controlando así el paso de Tarna en su recorrido hacia el Valle de El Condao y La Pola Llaviana/Pola de Laviana.
SOTO, LA PUERTA DE LA RUTA DEL ALBA
Soto es un escenario propicio para vivir el ambiente del montañismo. Inicio y final de la popular ruta del Alba o de las foces del Llaímo, es un pueblo siempre animado con los miles de senderistas que, en cualquier época del año, se acercan para disfrutar de esta ruta bella y amena.
El pueblo conserva todo su genuino sabor, con casas de corte tradicional y calles empedradas. Capillas, lavaderos, plazas, hórreos, y en medio del pueblo, el río, uniendo armónicamente una ribera con otra.
Los baños fluviales, la pesca o la gastronomía son opciones que completan la perspectiva senderista de Soto.
La visión de este pueblo, desde la carretera que sube a Llaiñes/Ladines, con el ganado en primer plano, pastando con tranquilidad y al fondo, en el valle, el siempre amigable Soto, te regala una estampa idílica, que no querrás olvidar.
La Tercia de Bueres está integrada por este pueblo, junto a los de Gobezanes y Nieves. Son otras tres aldeas con carácter y marcada personalidad, donde también destaca la arquitectura tradicional casina, el ambiente artesano y el ganado autóctono. Además en Nieves, la capilla de los Dolores es un magnífico ejemplo del barroco rural y llama la atención por su planta cuadrada, su arco de medio punto en la entrada y sus pinturas murales.
Pero las aldeas interesantes y seductoras de Caso no se agotan en las Tercias. Orllé, Coballes, Belerda, La Felguerina, Soto de Caso o la propia capital del concejo, El Campu, entre otras, son lugares que merece la pena conocer.
LA CUEVA DEBOYU, UN REFUGIO MÁGICO EN EL RÍO NALÓN
Muy cerca de El Campu, encontrarás la Cueva Deboyu, casi al pie de la carretera y con una agradable área recreativa para disfrutar de la cercanía del río Nalón, que en esta parte de su cauce se sumerge en una gruta de formas y proporciones espectaculares.
El dulce y sereno fluir del río en este lugar te da una paz infinita. Es como una especie de lugar totémico, donde la naturaleza se vuelve afable para el ser humano.
¡La Cueva Deboyu es un refugio mágico en el curso del río Nalón!
CALIAO, LA ENTRADA A LA RUTA DE LOS ARRUDOS
Como otros pueblos del Parque Natural de Redes, Caliao es la puerta de entrada a una ruta clásica del senderismo en Asturias: la del desfiladero de los Arrudos, perfectamente señalizada y famosa por sus muchos escalones. En realidad, esta ruta es muy atractiva, es un sendero fascinante que atraviesa hermosos hayedos, majadas pastoriles y donde el agua, como no podía ser de otra manera, está muy presente, dado que este desfiladero es uno de los grandes cañones fluviales de Asturias.
Así que Caliao es otro de esos pueblos donde senderistas de medio mundo ‘se pierden’ para encontrarse a sí mismos, en medio de la inmensa y frondosa foresta de Redes.
También es un lugar perfecto para dar una vuelta, para comer o cenar tranquilamente, o pasar unos días de ocio.
¡Caliao es pura esencia de Redes!
VENEROS, UNA ODA A LA ARTESANÍA DE LA MADERA
Si algo llama la atención en Veneros es su devoción a la artesanía de la madera, y bueno prueba de ello es el coqueto y documentado Museo de la Madera, donde descubrirás en una apacible visita todos los secretos de la artesanía de la madera y del arte de hacer madreñas, teniendo en cuenta además que el concejo de Caso es una de las grandes referencias mundiales de la madreñería.
Los contenidos del museo son un recorrido por toda la historia de la madera y los inventos elaborados con ella en este territorio, que todavía hoy continúa siendo una de las primeras manchas etnográficas de España. En el exterior, una preciosa escultura en homenaje a uno de los últimos madreñeros de Veneros le da un aire especial y emotivo a este rincón, que te resultará muy agradable.
Cuando des una vuelta por Veneros, saborearás en vivo todo el encanto de la tradición, con sus calles empinadas, sus recovecos donde de pronto te aparece un hórreo, un gallinero o una mesa, ideal para hacer un alto en el camino y tomarte un pic nic, mirando a las montañas de alrededor.
TIERRA DE QUESOS Y CORDEROS A LA ESTACA
En un lugar como el Parque Natural de Redes, donde el ganado está omnipresente en la vida cotidiana, en la cultura y en la memoria tradicional, la gastronomía es otra de esas virtudes a destacar con creces.
Así que cuando estés allí te darás cuenta que para los naturales de la zona la cuestión culinaria es primordial, como también lo es compartir los momentos de disfrute gastronómico con la familia y los amigos, y también con los viajeros que están de paso, porque la hospitalidad y la calidez en el trato es uno de los encantos indiscutibles de este espacio de prodigios.
Y precisamente en Redes, tendrás la oportunidad de descubrir uno de los quesos artesanales de Asturias, el casín. Un queso de los más antiguos de España, de compleja elaboración y de inusual técnica, pues amasa la cuajada en una máquina de rabilar. De sabor fuerte y algo picante, el casín es tan rústico como ancestral, y desde luego no te dejará indiferente.
Además, otra de las esencias del Alto Nalón es el cordero a la estaca, cuya tradición fue importada por un emigrante retornado de Argentina hace poco más de cien años, que la popularizó poco a poco por toda Asturias. Dicen los entendidos de la zona que el secreto es una materia prima excelente – la carne de cordero del Alto Nalón -, leña de roble o ‘faya’ de los bosques de allí y mucha paciencia…
Así que ¡no te pierdas estas exquisiteces!
CASO Y SUS HISTÓRICAS TERCIAS
Hablar del Parque Natural de Redes es hablar de solera, de antigüedad, de ancestralidad y de tradiciones conservadas durante siglos y siglos, que llegarán intactas a tu regazo viajero, como un bebé recién nacido a sus padres.
Una de estas señas de identidad que hunden sus raíces en la memoria del tiempo vivido son las Tercias, organización de un entorno rural conformado por varios caseríos parroquiales, que terciaban en el pago de sus diezmos o tributos a la Iglesia.
En Caso existieron dos tercias que conservan todavía hábitos y recuerdos de otras épocas. Y entre las dos tercias reúnen seis pueblos, cuya singularidad, belleza y tipismo, te darán una idea fidedigna de lo que fue el estilo de vida y la cultura de siglos en esta parte de Redes.
Una de estas Tercias era la de Tañes, formada por tres pueblos: Tañes, Prieres y Abantru. Los tres componen una ruta absolutamente idílica.
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