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Las espectaculares vistas de la ruta al pico Paradiella
El Pico Paradiella, en la sierra de Las Palancas, se yergue vigilante a 716 metros sobre los concejos de Cudillero y Valdés, sirviendo su cima de límite geográfico entre ambos.
El Pico Paradiella, en la sierra de Las Palancas, se yergue vigilante a 716 metros sobre los concejos de Cudillero y Valdés, sirviendo su cima de límite geográfico entre ambos.
A sus pies, la brava costa cantábrica y la abrupta montaña suroccidental de Asturias, acompañan en todo momento al caminante que se aventura a recorrer la ruta que conduce hacia esta cumbre.
Hablamos de una montaña que se podría considerar, orgullosa, la hermana pequeña del Pico Pienzu ya que, pese a no alcanzar su altura, la belleza de las vistas que se pueden contemplar desde allí es indudablemente equiparable.
Y es que, ¡es una atalaya perfecta para divisar buena parte del occidente asturiano!
Todo lo que necesitas saber antes de calzarte las botas
La ruta al Pico Paradiella (también llamado Pico Palancas), aunque ésta es en realidad la cima que se puede ver junto a él hacia el oeste) es lineal. Tiene un recorrido de 6,5 kilómetros, una duración aproximada de 2 horas 30 minutos y un desnivel de alrededor de 360 metros.
No tiene ninguna dificultad técnica, a excepción de la piedra suelta que hay durante buena parte del recorrido, y con la que hay que tener especial cuidado para no resbalar.
Sin embargo, sí que hay tres subidas en forma de cortafuegos que son un poco exigentes, por lo que es primordial considerar nuestro estado físico antes de animarnos a hacerla.
Es importante tener en cuenta también (especialmente si sufres de dolores articulares en las piernas) que esas subidas a la vuelta serán bajadas, lo que supondrá un esfuerzo añadido.
Por todo ello, lo mejor es que te calces unas buenas botas de montaña que sujeten bien tus tobillos, y que no te olvides de llevar tus bastones para que te sirvan de apoyo, tanto en las subidas como en las bajadas. ¡Así disfrutarás mucho más del camino!
Es fundamental, además, como en todas las salidas a la montaña, que consultes la previsión del tiempo con anterioridad, para prepararte adecuadamente. De hecho, es una ruta un tanto delicada en cuanto al clima, debido a su ubicación frente a la costa.
Debes tener mucha precaución con el viento, ya que en días nublados suele soplar con fuerza, y hacer bastante frío. Incluso es altamente probable que aparezca la niebla, y complique la ascensión.
Como dice un refrán popular de la zona: “Niebla en Paradiella, agua en la escudiella”. Así que, si no quieres que esa niebla que se transforma en lluvia en la rasa costera, te pille por sorpresa, sé previsor, y dedica un tiempo en casa a preparar la ruta.
Igualmente, al transcurrir por la cresta de la montaña, no hay muchos árboles que aporten sombra en los tramos más duros, aunque sí que hay alguna zona de pinos a la que acudir en caso de necesitar resguardarnos. Por eso debes tener especial cuidado si haces la ruta al Pico Paradiella en verano, o en días de mucho sol y calor.
Ya sabes, como para casi todo en Asturias, vístete por capas (más abrigado o menos según la época del año), mete un chubasquero y agua en la mochila, deja una muda de todo en el coche... ¡y a disfrutar del paseo!
Tras los pasos de vaqueiros y peregrinos hacia el Pico Paradiella
Para llegar al punto donde comienza la ruta al Pico Paradiella tendremos que tomar la salida 455 (Ballota-Tablizo) de la autovía del Cantábrico (A-8). A continuación, en la rotonda, seguiremos las indicaciones hacia la ermita de San Roque, ascendiendo por una carretera serpenteante durante 1,5 kilómetros.
Una vez arriba habremos llegado a la ermita de San Roque, a la que acompaña un hórreo, y en cuyo espacio se celebra en agosto la tradicional romería en honor a este santo.
Podemos parar para disfrutar de la belleza del entorno y de las vistas durante un rato, o quizás mejor dejarlo para la vuelta, porque es un espacio inmejorable para comer o merendar, especialmente si vamos con niños o perros.
Para comenzar la ruta debemos continuar por la carretera 1,5 kilómetros más (aproximadamente), hasta llegar a La Cruciada, el cruce en el que podemos dejar nuestro vehículo, para emprender la marcha a pie.
Aunque no hay aparcamiento como tal, sí que hay bastante sitio para estacionar. De todas formas debemos ser cuidadosos, y hacerlo de la mejor forma posible, sin estorbar el paso, y dejando espacio para quienes puedan llegar más tarde.
Una vez nos hayamos puesto la mochila, tomaremos la pista central, amplia, entre pinos y en muy buen estado, marcada con la señalización propia del Camino de Santiago (mojón y concha).
Y es que la ruta al Pico Paradiella es una pequeña parte de la etapa 26 del Camino de la costa, que transcurre entre las localidades de Soto de Luiña en Cudillero, y Villademoros en Valdés (19,8 km).
Aunque para nosotros será simplemente un paseo con cierto nivel de exigencia, para el peregrino es una etapa dura, ya que deben salvar bastante desnivel, y no cuenta con agua, fuentes o tiendas.
El trayecto que conduce hasta la cima del Paradiella no tiene ninguna pérdida, ya que una vez en el collado de Outar de Mujeres (485 m), habiendo dejado el Pico Carbonín a la derecha, iremos en todo momento por la cresta de la montaña, siguiendo las balizas del gasoducto.
Desde este collado, así como desde el alto de las Cogruzas (577 m) y desde el alto de las Peñas del Bolado (634 m), podremos divisar algunas de las brañas vaqueiras (Busmarzo, Resellinas…) que dan nombre a esta zona: la Comarca Vaqueira, mancomunidad de la que forman parte los concejos de Cudillero, Valdés, Salas, Tineo y Allande.
De hecho, esta senda forma parte del camino que antiguamente utilizaban los vaqueiros de alzada, para llevar el ganado de los pastos de invierno a los de verano y viceversa.
Si miramos más allá también podremos observar, durante toda la travesía, una de las vistas más espectaculares de la costa asturiana, con las poblaciones de Ballota y Tablizo en primer plano, y una panorámica casi perfecta del Paisaje Protegido de la Costa Occidental de Asturias.
Pero también se divisan muy bien otros lugares interesantes como el cabo Peñas, la isla de La Deva y el cabo Vidrias, el cabo Vidío, las paredes de la playa del Silencio (o Gavieiro), el viaducto pintor Dionisio Fierros, la ermita de la Regalina en Cadavedo, el cabo Busto e incluso varios salientes de la costa gallega.
Aunque nos costará no detenernos a cada paso a contemplar el paisaje, hemos de luchar contra la tentación, y proseguir la marcha si queremos llegar a la cima.
Justo antes del segundo cortafuegos, existe la posibilidad de coger una bifurcación a mano izquierda que bordea la montaña evitando la subida, siguiendo las indicaciones del Camino de Santiago.
Este camino se vuelve a unir a la pista que recorre la cresta de la montaña al comienzo del tercer cortafuegos, así que es una buena opción si estamos muy cansados y necesitamos un respiro. Si vamos bien de fuerzas, lo mejor para continuar disfrutando del increíble paisaje es que subamos la cuesta.
Vayamos por donde vayamos, llegaremos a la intersección entre ambos, donde el Camino de Santiago se desvía a la derecha, cruzando el portillo de una finca con ganado.
La ruta al Pico Paradiella deja en este punto de compartir trazado, para seguir cuesta arriba en dirección a nuestro destino, que ya podemos ver muy cerca. Un último esfuerzo, y lo habremos logrado.
Nos reciben en la cima varias antenas de gran tamaño y dos casetas, una de televisión y otra del “Servicio de Defensa de los montes contra incendios” (como podemos leer en su fachada).
Justo al lado, se encuentra el vértice geodésico que señala la cúspide de la montaña, y un poco más al norte, su característico buzón de cumbres con forma de espada, que inevitablemente nos recuerda a la legendaria Excálibur del Rey Arturo.
Y así, como reyes y reinas, nos sentiremos cuando levantemos la mirada, y veamos hasta dónde nos han llevado nuestros pasos.
La belleza que nos rodea llegados a este punto es abrumadora, con vistas hacia las montañas de los concejos colindantes (Cudillero, Valdés, Salas, Tineo, Villayón, Allande…), e incluso algunas más lejanas como la sierra del Aramo, la de los Vientos o incluso los Picos de Europa en el horizonte.
El paisaje está salpicado además de numerosos parques eólicos, como el de Baos y Pumar Fase II, Cordel-Vidural, Capiechamartín, Panondres, Curiscao y Pico Gallo.
Nos tomaremos el tiempo necesario para respirar profundo, contemplar el panorama y despedirnos de esa maravillosa vista de la costa asturiana. Después, solo tendremos que desandar el camino de vuelta, paso a paso, dejando el Pico Paradiella a nuestras espaldas.
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