Descubre las 5 mejores Sendas y Vías Verdes en Gijón

Gijón/Xixón enamora a primera vista. Es una ciudad fascinante y llena de vida, mezcla de tradición y modernidad, fotogénica y que se reinventa constantemente. Su gente, gastronomía y ambiente nocturno complementan una experiencia que se enriquece con la visita a los puntos más emblemáticos de la ciudad, de sobra conocidos, como la playa de San Lorenzo, el icónico Elogio del Horizonte, la monumental Laboral Ciudad de la Cultura o el cautivador barrio de Cimadevilla, entre otros muchos.

La capital de la Costa Verde tiene mucho que ofrecer. Entre otras cosas, presume de contar con varias rutas de senderismo, que se inician en la ciudad o en los alrededores. Esta es una recopilación de sus cinco sendas y vías verdes más populares, que se suman a la variedad de planes que hacer en Gijón/Xixón.

Inicio y fin: desde el Campo de Golf la Llorea hasta la playa de La Ñora.

Distancia: 10 kilómetros, ida y vuelta. 

La senda del río Ñora es un agradable paseo fluvial que discurre a la orilla del arroyo Llorea y del río Ñora. Se inicia en ligero descenso desde el campo de golf La Llorea, desde donde se disfrutan panorámicas a las elevaciones del L’Altu L’Infanzón y el monte Deva. 

Tras un corto tramo, se cruza el primero de los 5 coquetos puentes de madera que encontraremos a lo largo de la senda. Es aquí donde comienza la zona de arboleda y la ruta confluye con el arroyo de la Ñora, que con su relajante murmullo será el compañero ideal prácticamente hasta el final de la ruta.

Es una senda sorprendente, y es que la arboleda y la abundante vegetación a la vera del río parecen más propios de una zona remota de Asturias que de los alrededores de la mayor urbe de Asturias. A lo largo del paseo se despliegan varios carteles informativos con información sobre la fauna que habita la zona.

El camino continúa hasta encontrar los vestigios de la presa y el canal que abastecía a lo que actualmente son los restos del Molín de Pilo. Un poco más adelante, se deja atrás el bosque para dar la bienvenida, casi cinco kilómetros después, a la bonita playa de la Ñora. Rodeada de vegetación y acantilados, es un lugar perfecto para disfrutar del mar Cantábrico y hacer un descanso antes de iniciar la vuelta.
 

La senda del río Ñora, está bien señalizada y resulta fácil de seguir, ya que solo hay que continuar siguiendo el curso del río hasta la playa. Se puede realizar en cualquier época del año, aunque seguramente el verano sea la mejor: el bosque protege del sol y es la estación perfecta para combinar el senderismo con un baño en la playa. Por su corta longitud y poco desnivel, la senda es perfecta para hacer en familia, con calma, disfrutando del paisaje y del entorno.

Inicio y fin: desde el cerro de Santa Catalina hasta la playa de La Ñora.

Distancia: 18 kilómetros ida y vuelta.

La senda del Cervigón es una hermosa y completa ruta que trascurre junto a la costa, entre acantilados, playas y paisajes espectaculares. Además, durante el recorrido, se pueden apreciar varias esculturas.

Comienza en la playa del Cervigón más conocida como la playa del Rinconín, aunque también es muy habitual empezar esta senda en el cerro de Santa Catalina (24 kilómetros ida y vuelta), en la misma ciudad de Gijón/Xixón, donde se ubica uno de los iconos más conocidos de la ciudad, la monumental escultura de Eduardo Chillida, el Elogio del Horizonte. A escasos metros se descubre la primera de las fantásticas panorámicas del día: la vista a la bahía de Gijón/Xixón y la playa de San Lorenzo con la ciudad detrás. 

En pocos minutos se llega a la Iglesia de San Pedro, otro de los lugares emblemáticos de la ciudad. Aquí comienza la playa de San Lorenzo y el paseo marítimo, muy animados en cualquier época del año. 

Tras recorrer el kilómetro y medio de la playa y pasado el río Piles se continúa por el paseo, que tiene una longitud total de 3 kilómetros. Aquí el paisaje urbano cambia, quedando atrás los edificios altos que son sustituidos por casas unifamiliares. En seguida aparece otra de las esculturas de la senda: ”Sombras de Luz”, del escultor asturiano Fernando Alba, popularmente conocida como las Chaponas.

A escasos metros, en un saliente que divide la playa del Cervigón, donde comienza la ruta oficial, y aparece otra escultura que no deja indiferente a nadie. Se trata de “La Madre del Emigrante”, del escultor Ramón Muriedas, una conmovedora obra que representa el dolor de las madres asturianas que despedían a los hijos que partían a América. A sus espaldas está el parque del Rinconín, muy concurrido en verano, donde encontramos la escultura “Solidaridad”, del escultor Pepe Noja.

A partir de aquí, dejando la ciudad de Gijón/Xixón atrás, comienza un continuo sube y baja en el camino, que se supera sin gran dificultad, para llegar a un área recreativa con hermosas vistas al Cantábrico. Encontramos una obra realizada por Joaquín Rubio Camín a partir de una pieza del buque Castillo de Salas, en recuerdo al naufragio de 1986. 
 

El camino desciende ahora hasta la salvaje playa de Peñarrubia, punto en el que toca volver a ganar altura para llegar al parque de La Providencia y asomarnos a su famoso mirador en forma de proa, obra de Ángel Noriega. Con unas dimensiones abrumadoras, las panorámicas a Gijón/Xixón y su bahía desde lo alto son espectaculares.

El sendero continúa hacia la Colina del Cuervo para ir descendiendo progresivamente y pasar por los accesos a pie a las playas de Serín, La Cagonera y Estaño.

En poco tiempo se llega al mirador a la playa de la Ñora. Desde el acantilado la vista a la playa es espectacular, y si el día es soleado y el mar está en calma el agua se ve transparente con el característico tono verde esmeralda asturiano. Del mirador a la playa solo distan unos 200 escalones entre eucaliptos.

Es posible acortar la ruta iniciándola en otros puntos, como la playa de Estaño, la playa de Serín o el mirador de la Providencia.
 

Inicio y fin: desde el Poblao de Santa Bárbara, en Tremañes, hasta los castilletes del viejo Pozu La Camocha, en la parroquia de Samartín de Güerces.

Distancia: 14 km ida y vuelta
 

En 1993 se puso en marcha un proyecto para reacondicionar líneas ferroviarias en desuso para darles una nueva vida como rutas senderistas y cicloturistas. La Vía Verde de la Camocha pertenece a este programa y recupera el recorrido de un tren minero, que comunicaba los pozos de La Camocha con Veriña para comercializar el carbón asturiano en otros mercados a través del Puerto del Musel. En esta vía verde, se aprecia el cambio del paisaje urbano e industrial al rural, siendo en la actualidad una de las rutas más concurridas de la ciudad.

Comienza en ligero descenso pasando por la finca Quinta La Torre (antiguo palacio de los marqueses de Casa Tremañes) para llegar a la fuente el Morteru donde la vía vuelve a llanear. Sigue por una zona de arboleda y abundante vegetación por donde aparece el arroyo Pilón, que se cruza por un puente de madera para llegar a la localidad de La Fana.

La vía pasa bajo la carretera que comunica con Oviedo/Uviéu y llega a un polígono industrial, que queda atrás en breves minutos para continuar entre arboleda. Tras abandonar la parroquia de La Pedrera hay que atravesar un túnel iluminado, de unos 400 metros, construido bajo la carretera Carbonera, donde aún se puede apreciar en las paredes la carbonilla de las máquinas de vapor. La salida es a Leorio/Llorio, para llegar al Puentón (antiguo puente del ferrocarril), donde hay un área de descanso.

Finalmente, al pasar bajo el viaducto de la autovía minera se visualiza el Pico el Sol/ Picu’l Sol (439 m) y aparecen los castilletes de los pozos de la mina La Camocha, punto final de esta vía verde. La Camocha fue una mina de carbón que estuvo activa desde 1935 hasta 2008, hoy preservado como un valioso elemento del patrimonio industrial de la región.

Inicio y fin: desde el puente sobre el rio Piles, en la playa de San Lorenzo, hasta el pueblo de La Camocha, en la parroquia de Vega.

Distancia: 18 km ida y vuelta
 

Esta senda es un agradable y asequible paseo con el río Piles como protagonista, que desemboca en la playa de San Lorenzo. Una senda fluvial en la que, a pesar de discurrir cercana a edificios y carreteras, prácticamente no se escuchan ruidos y permite aislarse de la ciudad y sentirse en la naturaleza.

Desde el puente sobre el río Piles, la senda pasa por el popular parque Isabel la Católica, al lado del estadio de fútbol El Molinón, para llegar a la glorieta de la Guía, cerca de donde el río Piles recibe al río Peñafrancia. Es en este punto donde comienza a notarse el cambio de un paisaje urbano a uno más rural. 

Caminando a la vera del rio Piles, la senda sigue por las inmediaciones del complejo deportivo de Las Mestas, quizá la zona más concurrida de esta senda, pero también el lugar perfecto para una parada al disponer de varias áreas recreativas.

Pocos minutos después, la senda discurre bajo el entramado de puentes de las autovías del Cantábrico y Minera, pero pronto el paisaje se vuelve más apacible, llegando a una zona propia de un bosque de ribera.

Continuando por la senda, se atraviesa el parque fluvial de la Carbayera, alcanzando sin dificultad las casas de Vega d’Abaxo. Al acercarse al tramo final del recorrido, se cruza la carretera de La Pola Siero mediante un puente peatonal, y la senda sigue su curso hasta llegar a La Camocha.

A pesar de su longitud, la senda es fácil, con un desnivel mínimo, sencilla de seguir y sumamente interesante. En poco tiempo, brinda la oportunidad de cambiar el paisaje urbano por el rural.

Inicio y fin: comienza en la rotonda de La Guía hasta el Lavadero de Deva.

Distancia: 12 km ida y vuelta

Inaugurada el 5 de junio de 2005, es una de las sendas más transitadas de Gijón. Comienza en La Guía, donde encontramos la escultura Sentimientos de Manuel García Linares, muy cerca del estadio de fútbol del Molinón y del centro deportivo Las Mestas, donde el río Peñafrancia desemboca en el río Piles. Tras pasar bajo unos puentes, se llega a las inmediaciones del campus universitario.
 

La senda atraviesa una zona frondosa hasta el campo de golf El Tragamón y continúa plácidamente pasando junto a la Carbayera del Tragamón, un impresionante bosque de robles (carbayos en asturiano) centenarios. 

Dejado atrás este interesante museo natural, se continúa por el camino de los Maizales, donde las señales llevan hasta el barrio de Cabueñes. Aquí, el paisaje cambia por completo, adoptando un carácter eminentemente rural, mientras se divisa a lo lejos el imponente edificio de la Universidad Laboral.

Este tramo ofrece una excelente oportunidad para detenerse, descansar y recargar energías, ya que aquí se encuentra una zona recreativa con bancos para el disfrute de los visitantes.

Al dejar atrás Cabueñes, se alcanza la parroquia de Deva, donde se pasa frente a la fortificada entrada de la Quinta del Conde de Revillagigedo, un importante patrimonio arquitectónico protegido, donde destaca el escudo de armas de la familia claramente visible.

Después de pasar la Iglesia de San Salvador de Deva, la senda culmina en un lugar excepcional: el Güeyu Deva (Ojo de Deva en asturiano). El entorno es verdaderamente privilegiado y parece sacado de un cuento de hadas. Aquí encontrarás un lavadero, una fuente y un puente de piedra sobre las aguas de un precioso estanque. Del Güeyu Deva nace el río Peñafrancia y cuenta la leyenda que aquí puedes encontrar a las Xanas (ninfas de las aguas) en determinados amaneceres, como el de San Juan, momento en el que pueden ser desencantadas.

Las sendas y vías verdes de Gijón son un atractivo más de la ciudad, ofreciendo un escape urbano y dando la opción de disfrutar de la naturaleza y practicar un turismo activo a escasos minutos del centro. Estos senderos que serpentean por espacios verdes y costeros son, sin duda alguna, de los mejores planes que se pueden hacer en Gijón y el complemento perfecto para quien visita la ciudad.