Atrás 6 rutas por Asturias para desconectar del mundanal ruido

6 rutas por Asturias para desconectar del mundanal ruido
Todo un mundo de sensaciones te espera cuando te pongas en ruta por Asturias. ¡Aquí te sugerimos 6 rutas para desconectar del estrés y del mundanal ruido!
El senderismo es una actividad ideal para exprimir a tope, y de forma muy saludable tu tiempo libre. Dicen que quien mueve las piernas, mueve el corazón, y para cumplir esa máxima Asturias es tu destino. Porque tu corazón se moverá por el ejercicio físico, y también por las muchas emociones que suscitan sus paisajes, sus mágicos rincones, su ambiente rural, sus gentes…
Cientos de senderos surcan el mapa de Asturias, y las opciones se multiplican hasta el infinito. Pasearás mirando al mar, entre bosques, por praderas, entre montañas, contemplando ríos, cascadas y arroyos…
Todo un mundo de sensaciones te espera cuando te pongas en ruta por Asturias.
¡Aquí tienes 6 rutas para desconectar del estrés y del mundanal ruido!
Ruta del río Ñora, para descubrir un recóndito arenal
La sencilla y bella ruta del río Ñora da comienzo en las inmediaciones del Campo Municipal de Golf de La Lloreda, a las afueras de la ciudad de Gijón/Xixón. El sendero baja serpenteando a través de un bosque de ribera, hasta llegar a la playa de la Ñora.
Y así, entre bosque, puentes y con el constante rumor del arroyo Llorada, llegarás a la playa de la Ñora, donde podrás contemplar dunas y curiosas formaciones geológicas.
Este arenal, semiurbano y con buena ola para la práctica del surf, es ideal también para ir con niños porque se forman pequeños charcos donde los benjamines de la casa disfrutan de lo lindo. Así que la Ñora es perfecta para reponer fuerzas y darse un baño tras la ruta.
Casi 5 kilómetros para disfrutar de lo lindo de una ruta con vocación costera, que te permitirá un intenso contacto con la naturaleza y una inmersión en una vegetación tan espesa, que hasta en algún momento puede darte la sensación que no estás en Asturias sino en latitudes más cálidas y húmedas…
Ruta playa de Arnao (Castropol) – A Veiga/Vegadeo, puro occidente
Esta ruta empieza en la playa más occidental de Asturias: la de Arnao, en Castropol. Una playa tranquila e idílica desde la que podrás disfrutar del precioso paisaje de la costa asturiana que se baña en la ría del Eo, con las tierras gallegas al fondo.
Esta playa forma parte de la Reserva de la Biosfera Oscos-Eo y Terras de Burón. La ruta pasa por el bello pueblo marinero de Figueras, y en ella encontrarás un molino de mareas y verás el palacio de las Torres de Donlebún.
Barres, Becharro Salías, Cal, Cornayo y Vilavedelle son algunos de los pueblos por los que transcurre la ruta, hasta llegar a su punto final: A Veiga/Vegadeo.
Una ruta para disfrutar de la flora, de la fauna, de la ría del Eo y de la brisa marina, y de paso de la vida rural y la arquitectura del occidente asturiano.
Las cascadas del Nonaya, para refrescarte en el Camino de Santiago
La ruta de las cascadas del río Nonaya es sin duda muy jacobea, por varias razones.
La primera de ellas porque parte de la villa de Salas, uno de los enclaves más notables del Camino Primitivo de Santiago.
La Colegiata de Salas y el Palacio de Valdés Salas o la torre de Salas, contemplan el comienzo de la senda a la Cascada del Nonaya y el paso de miles de peregrinos que cada año recorren esta parte del Camino de Santiago.
Un paseo pleno de Historia, de antiguas minas, de paso de peregrinos, de puentes de piedra que representan la ingeniería del pasado, de vegetación que lo inunda todo y que va siguiendo el curso del río Nonaya, repleto de truchas y anguilas, desde el momento en que sales de la villa de Salas.
Desde Salas a la cascada del río Nonaya – afluente del Narcea – tardarás una hora aproximadamente, pero merece la pena el esfuerzo: un entorno muy verde y frondoso, y el rumor de los chorros de la cascada en medio del bosque, crean una atmósfera sencillamente mágica…
Ruta de los acantilados de Pimiango, con la Prehistoria como telón de fondo
En el extremo más oriental de Asturias, en Ribadedeva, esta ruta de los acantilados de Pimiango reúne arte parietal, restos románicos, miradores de mar y montaña, y en definitiva una naturaleza y paisajes de ensueño.
La Cueva del Pindal, frente al mar, y al mismo tiempo, resguardada de él por un buen encinar atlántico, es Patrimonio de la Humanidad desde el año 2008. Caminarás, pues, al lado de pinturas rupestres de miles de antigüedad, y la senda, a pie de acantilado, te llevarás a los restos del monasterio románico de Santa María de Tina.
Y así entre bosques, aparecerá la punta de Tina, y estarás ya en la frontera entre Asturias y Cantabria. Aparece entonces la bella ría de Tinamayor, límite natural entre ambas comunidades.
De ahí continuarás al bello pueblo de Pimiango, y podrás deleitar la vista en el mirador del Picu, donde, si el día está despejado, verás muy bien los Picos de Europa. Y ahí de nuevo a la ermita de San Emeterio (próxima a la Cueva del Pindal).
¡Habrás hecho una maravillosa ruta circular!
Ruta del puente colgante de Illano o el encanto del progreso
La conjunción progreso humano-naturaleza ha generado en Asturias espectaculares paisajes, y un magnífico ejemplo es el de la presa del Doiras, en Illano.
La ruta del puente colgante de Illano es circular, y en ella recorrerás 14 kilómetros, empezando en el área recreativa de Folgueiróu. Atravesarás bosques de carbayos, plantaciones de pinos y eucaliptos, y verás viñas aterrazadas en el pueblo de Lantero.
Su punto más llamativo es el puente colgante sobre el embalse, donde a menudo se posan los cormoranes, y desde el que tendrás una visión idílica de los bosques reflejados en la quietud del agua, que solo se rompe con los saltos de los peces para “cazar” los insectos que sobrevuelan a ras de la lámina de agua…
Además, la ruta te ofrecerá impresionantes vistas una vez rebasado Illano.
¡Será toda una experiencia fluvial en el occidente de Asturias!
Senda costera de San Esteban-playa de Aguilar, el binomio ría y mar
Esta ruta combina como ninguna el doble encanto de comenzar justo al lado de la desembocadura al mar del río Nalón, es decir, en el mismo puerto de San Esteban, para continuar en paralelo al mar Cantábrico.
Caminados los primeros dos kilómetros, te encontrarás el punto más difícil de la ruta: nadan más y nada menos que 420 escalones para poder acceder al mirador y la ermita, pero el esfuerzo habrá merecido la pena.
Llegados a la parte alta, encontramos un área recreativa y, próxima a ella, la blanca ermita del Espíritu Santo, además del primero de los miradores, con el mismo nombre que la ermita.
Desde este lugar, tendrás unas preciosas vistas de los acantilados, con la playa de los Quebrantos y la isla de Deva a la derecha y, a la izquierda, el Cabo Vidio, y unos metros más adelante, el sendero transcurrirá rodeado de bosques de castaños y eucaliptos, y poco a poco irás accediendo a los distintos miradores.
Cuando llevas aproximadamente tres kilómetros recorridos (de los 6 y pico que tiene la ruta), el sendero bordea la playa del Focarón y llega al mirador de L'Atalaya. Caminados un kilómetro y medio más, se bordea la playa de Cazonera y se llega al mirador de Los Glayos. Cerca ya de la playa de Las Llanas.
Casi al final de la ruta, en el alto de Las Llanas, contemplarás unas maravillosas vistas costeras. Y enseguida llegarás a la playa de Xilo o Veneiro, y justo al lado está la Playa de Aguilar, un espléndido final de ruta.

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