Atrás 15 escenas para enamorarte del otoño en Asturias

El otoño en Asturias en 15 escenas que te robarán el corazón
El otoño es la estación de las sensaciones en Asturias. Una naturaleza en constante ebullición te dará los mejores momentos antes de culminar el año. Aquí tienes 15 escenas para enamorarte del otoño asturiano.
El otoño es la estación de las sensaciones en Asturias. Lo tiene todo: luz, sonido, colores, sabores, sol, lluvia, viento… Y una naturaleza en constante ebullición y transformación para dar los mejores frutos de la tierra y para darte los mejores momentos antes de culminar el año. El otoño asturiano tiene un desbordante colorido, como puedes comprobar en la foto de Brañagallones (Caso) que es portada de nuestro post.
El otoño es tiempo de calor a la vera de una chimenea o del llar. Tiempo de yantar a fuego lento. Tiempo de castañas, de sidra dulce, de cebollas y pimientos rellenos, de nabos, de pote… De platos de cuchara que tonifican cuerpo y alma. De fiesta en torno a la buena mesa, al esfoyón, al amagüestu, y a los dulces y licores de casa.
El otoño asturiano es cálido, acogedor, amoroso, artesanal. Es una pura exaltación de la amistad, de las reuniones en familia, de las escapadas placenteras, de la comunión con la naturaleza.
Por todo ello, te reservamos 15 escenas de otoño para que vuelvas a Asturias, o sencillamente para que no te vayas, y disfrutes de lo lindo de esta estación sensacional.
Una familia de cuento en el bosque de la mitología
El bosque y la mitología asturiana están intrínsecamente unidos. Y el bosque astur en otoño, por sus colores, su luz, los árboles con sus hojas caídas, y el viento que las empuja y las hace volar en círculos, teñirá tu retina de momentos para soñar con el trasgu, el busgosu, el cuélebre o el nuberu.
Los bosques son perfectos para un tranquilo paseo o para una ruta, para disfrutar del silencio, de un picnic, o de una entretenida conversación. Para disfrutar en soledad o en compañía, y como no, para gozar de un momento familiar, componiendo una escena de cuento en un bosque mitológico…
A darse una baño de naturaleza en la pomarada
Con la llegada del otoño, las pomaradas están a rebosar, y las manzanas que cuelgan de los árboles, con sus vivos colores y olores, están prestas para iniciar el viaje que las llevará a convertirse en rico zumo, ya sea en forma de sidra dulce o del duernu, o de sidra natural.
Una vuelta por los pomares, y si es guiada, mejor, será toda una inmersión en una de las esencias otoñales por excelencia de Asturias: la manzana, los llagares y la sidra.
El Prerrománico: Amor al arte en otoño
En Asturias el amor al arte te invadirá todo el año, pero la luz otoñal es perfecta para contemplar (y fotografiar) la arquitectura, tanto civil como religiosa, que te encuentras por esta tierra.
Y la arquitectura suprema del arte asturiano es el Prerrománico que, con sus iglesias y palacios, pone una nota única de distinción paisajística, patrimonial e histórica. Un brillante ejemplo para gozar de esta contemplación artística es la iglesia de San Miguel de Lillo, en el Monte Naranco, en el entorno de Oviedo/Uviéu.
Puro romanticismo en el acantilado
Los acantilados de la costa asturiana son llamativos, tanto por sus variadas formas como por su envergadura y sus paredes verticales, que parecen auténticas catedrales flotantes sobre las aguas del mar.
El litoral atesora auténticos monumentos naturales que te dejarán impresionado a cualquier hora del día. Si bien, los atardeceres y los amaneceres, con su especial luminosidad, le confieren a la costa un atmósfera de infinito romanticismo.
Y como muestra, un botón: los acantilados de Tomasón, entre Ribadesella y Llanes.
Beyu Pen: Por la escondida senda otoñal
Los senderos y caleyas, las sendas y canales se multiplican por miles, en Asturias. Todos son diferentes. Todos tienen su encanto. Todos te conducirán a lugares idílicos, insospechados.
El otoño asturiano, tanto por las condiciones climáticas, como por lo apacible del momento, es perfecto para pasear y descubrir nuevos senderos, que sentirás como llenos de magia.
Un ejemplo ideal de todo ello, es la senda de Beyu Pen, donde están representados diferentes seres mitológicos, y que te lleva hasta uno de los pueblos más guapos y singulares del concejo de Amieva, en el oriente de Asturias. Por cierto, si vas con niños, disfrutarán de lo lindo.
Diviértete como un niño a la “gueta”
Las castañas son uno de los frutos y majares emblemáticos del otoño astur, cuyos bosques engendran infinidad de variedades. Verás con agrado que los asturianos comen castañas de mil maneras: asadas, cocidas, en un plato de pote, en forma de mermelada, en almibar, etc.
Y es que el amor por las castañas es muy propio y definitorio de estos habitantes cantábricos (incluidos los osos pardos). Así que una de las actividades más típicas y agradecidas del otoño es ir a la “gueta” (recolección) de castañas.
En este caso la imagen vale más que mil palabras, y te servirá como muestra de que yendo a la “gueta”, podrás disfrutar como un niño…
El otoño y los dinosaurios
Pocos museos hay tan imaginativos y con entorno tan bello y singular como el Museo del Jurásico de Asturias (MUJA), en Colunga. Una espectacular zona verde con réplicas de dinosaurios a tamaño natural, que son tan reales que parecen moverse entre los jardines y el bosque, como si tuvieran vida, y que te reciben con gran hospitalidad…
Además, hay una zona lúdica al aire libre, un área de hostelería con unas vistas panorámicas a la costa increíbles, y por supuesto, un museo dotado de unos contenidos amenos, didácticos y expuestos con todo rigor científico.
¡Y el otoño es un momento perfecto para acudir a un museo tan atractivo!
El jardín de las delicias
El Jardín Botánico Atlántico, en Gijón/Xixón, es un lugar donde podrás experimentar la sensación de estar en uno de los espacios más completos de toda Europa. Y que, además, “cambia de traje” y muda de aspecto en cada estación, lo que lo convierte en un lugar vivo, en constante evolución y con gran capacidad de sorprenderte.
En otoño, este jardín se transforma en alguna de sus zonas en un bosque espectacular, con todos los ingredientes propios de esta estación: la caída de la hoja caduca, los erizos de castaña “decorando” el suelo vegetal, las setas con su exótica apariencia saliendo a escena…
¡Un verdadero jardín de las delicias con un ecosistema inolvidable!
Una receta para tonificar cuerpo y alma
En la temporada de otoño, muchas son las recetas ricas y sabrosas que tonifican, tanto el cuerpo como el alma, de los rigores propios de la estación que avanza hacia el invierno.
Asturias es un verdadero paraíso de los platos de cuchara, donde podrás elegir según tus preferencias. Pero, sin duda, uno de los clásicos y más populares es el pote, que se prepara magníficamente por toda Asturias.
Como estamos en otoño, una variante más que adecuada del típico pote (habitualmente de berzas) es el de castañas (que está para chuparse los dedos).
Es otoño en el palacio…
La otoñal es una estación idónea para realizar agradables rutas y paseos, en los que te encontrarás una naturaleza amable, dibujada en agradables paisajes, y en los que de vez en cuando la historia y el pasado llegarán a ti en forma de etnografía, de leyenda, o de arquitectura.
A menudo en los pueblos y aldeas, verás las señas de identidad que los definen y entre ellas algún buen ejemplo del pasado señorial y nobiliario que se asoma en la Asturias rural. Es el caso, por ejemplo, del Palacio de Mon, en San Martín de Oscos, un exponente del barroco asturiano en su máximo esplendor, en cuya fachada principal podrás admirar el balcón y el escudo de armas (sencillamente espectacular).
Situado además en plena Ruta de Mon y rodeado de un mágico y frondoso bosque de castaños.
El mundo de los ingenios hidráulicos al alcance de tu mano
En el occidente asturiano, en un lugar llamado Mazonovo (en el concejo de Taramundi), existe un Museo de los Molinos, que es único en España, donde se exhiben y funcionan más de una veintena de artilugios hidráulicos, en un entorno de serena belleza, donde te acompañará el rumor del río, el sonido de los molinos y el canto de los pájaros.
¡En realidad es una opción ideal para vivir el otoño!
La magia del parque y sus pequeños habitantes
Los pequeños habitantes del bosque o del parque te darán muchas satisfacciones. En Asturias todos los pueblos y ciudades cuentan con abundantes zonas verdes, en las que también puedes disfrutar de la magia y romanticismo del otoño con tintes más urbanos.
Y en medio de tus momentos urbanitas, puede aparecer ante tu mirada una ardilla, con sus dulces y huidizos modales, que sin duda, hará las delicias de pequeños y grandes.
¡Es tiempo de playa!
Si crees que la playa es solo para la temporada primavera-verano, es que no conoces Asturias. Porque aquí la playa es un espacio que se vive todo el año, aunque de diferentes maneras. En la primavera y el verano, te darás baños de sol y océano, y en el otoño e invierno, podrás pasear a tu antojo, solo o en compañía, con o sin mascotas, a pie o en bici, con una sensación de exclusividad y libertad total.
Además, podrás encontrarse con escenas tan coloristas y llenas de vida como ésta de la Playa de Gueirúa (Cudillero).
Una luz especial en los paisajes
Uno de los grandes atractivos del otoño astur son los matices que cobra la luz a las distintas horas del día. Ya sea al amanecer, a mediodía o al caer la tarde, la luz va modelando el paisaje de una manera distinta, a veces misteriosa, a veces poética, y siempre agradable.
Las nubes, el sol, la neblina, la lluvia, el arcoíris, los mares de nubes… Todo hace de los paisajes un espectáculo natural increíble, donde los colores del campo, del bosque o de las aldeas adquieren un brillo y una luminosidad que los hace únicos, como en esta imagen tomada en Santa Eulalia de Oscos.
Para ponerse en ruta
Es tiempo de combatir los excesos veraniegos y recobrar la calma. Toca caminata por lindos paisajes, silencio compartido, o asistir a auténticos conciertos de naturaleza. Toca practicar deportes de temporada. Y también captar escenas para inmortalizar momentos únicos. Sin olvidar la buena mesa, por supuesto.
El otoño te da la oportunidad de descubrir o de regresar a aldeas de ensueño, llenas de encanto, que son punto de partida, y también punto y final de rutas emblemáticas. Un ejemplo: Soto de Agues (Sobrescobio) y la Ruta del Alba, en el Parque Natural de Redes.
¡Ven a vivir el otoño en Asturias y sus distintas escenas! ¡Y si te ha gustado este post, compártelo en tu facebook!

Suscríbete a nuestra newsletter y aprovéchate de ofertas, descuentos, y novedades
Suscribirse