Gijón is a true melting pot of trends. A stroll through the city will reveal why. Don't miss it! Gijón is definitely worth a visit!
Es totalmente atípica, y no por ello menos castiza. Gijón es la ciudad inesperada, siempre entre la sorpresa y la autenticidad, entre la pasión y el relax. Entre las eternas siestas de verano y el insomnio de una vida social interminable. La historia la ha convertido en una especie de heroína que no se lo tiene creído. Gijón es la sencillez y la campechanía. Es “friendly” para los extranjeros y amigable para los de casa, y nadie es un extraño en sus calles. Sufrida pero sin darlo a entender, Gijón es “playa” y esportinguista, es marinera y pescadora, industrial y posmoderna, cosmopolita y muy asturiana.
Semejante cuadro sería ideal para un boceto de El Bosco o Kandisky, y es perfecto para visualizar el crisol de tendencias en las que navega Gijón, donde la cultura en sus múltiples expresiones ha sido y es su proa y su norte.
Su alma libre la define y construye como una ciudad policéntrica que la llena de vida en sus barrios, y le confiere una singular fisonomía en su casco histórico, que en puridad no llega a ser tal, pero que tiene el rango de corazón de la ciudad…
Y es que, queridos amigos, Gijón es muy antigua y es fascinante ir descubriendo las pistas que nos da con sus variados e intensos episodios históricos.
Su gran corazón tiene de prerromano, romano, medieval, dieciochesco, romántico, contemporáneo y vanguardista… Exactamente lo idóneo para hacer de la ciudad un crisol de tendencias, una especie de “trendy city centers”.
Y lo más fácil para gozar de esta singular exposición de tendencias es perderse por sus calles y sus barrios con el tiempo suficiente para “degustar” las diferencias y el sentido de la exclusividad en un marco de sencillez…
¡Ay Gijón! Una poética “skyline” donde te asaltan la retina al mismo tiempo las grúas de los astilleros y las cúpulas de las iglesias, los ateneos, las casas del pueblo y las bibliotecas, la mar y las dulces laderas de las montañas, donde las vacas se empapan de vida y de cultura como si fueran urbanitas de eterna vocación… ¡Ay Gijón, qué asturiana y qué cosmopolita!.
Un baño de asturianía
Asturiana es, y por los cuatros costados, pero si quieres zambullirte en este sentimiento en medio de la ciudad solo tienes que darte una vuelta por la Plaza Mayor y aledaños, donde encontrarás las típicas tiendinas con todo tipo de productos decorativos, de vestir e incluso para dar gusto a tu paladar, y siempre con el telón de fondo de los efluvios de la tierrina.
El paseo de Begoña y alrededores – carretera de la costa incluida – son también zona de “baño” astur y gijonés. En pleno paseo está el eterno café Dindurra, remozado recientemente, pero conservando su espíritu fundacional de café-teatro, y a escasos metros un establecimiento como La Puerta del Sol, que lleva desde 1903 ofreciendo a los clientes delicias gastronómicas, pone la nota de solera.
“Esti Gijón del alma…”
El alma gijonesa es especialmente emotiva, y alcanza alguno de sus cénits más sonados de la mano de su afición futbolística, famosa en el mundo entero por su perseverancia y lealtad. Por ello no es casualidad que Gijón tenga el estadio de fútbol más antiguo de España, y que además ahora acabe de estrenar un interesante museo con la historia del Sporting de Gijón dentro del propio estadio.
Cierto es que la ciudad se vuelca con su equipo, pero no es menos cierto que la afición al deporte va mucho más allá del fútbol… Así que el entorno de El Molinón - que así se llama el estadio de fútbol - es idóneo para la vida al aire libre. El kilometrín, el Piles, Las Mestas, el barrio de Viesques, o los bajos del propio Molinón componen un área de ocio en la que puedes disfrutar de casi todo: tiendas, gastronomía, copas… y que además está “a la última”.
No en vano el famoso cancio dice “Esti Gijón del alma…”.
Clásicos muy populares
Si algo tiene Gijón es que lo clásico se funde con lo innovador con total naturalidad, y también que hay clásicos absolutamente populares. Y cuando te hablamos de clásicos muy populares aludimos directamente a calles y zonas comerciales de toda la vida donde te encontrarás con locales y referencias muy a mano. Moros, Corrida, Menéndez Valdés, el Parchís, Jovellanos, Seis de Agosto son nombres archiconocidos de calles, boulevares o plazas donde tomarás el pulso de la ciudad. Donde de pronto te sentirás como en una calle de París, de Londres o de Nueva York, por la dimensión cosmopolita y viajera, o te sentirás como en casa por la hospitalidad gijonesa…
Una ciudad con mucho arte
Como diría un andaluz, Gijón es una ciudad con mucho arte… El arte que se hace y se respira en cada calle, en cada plaza, en cada esquina. Es una ciudad de músicos, de pintores, de escultores, de creativos… que muestran su arte sin tapujos y orgullosos, y que están siempre en vanguardia, convirtiendo la ciudad en una novedad constante. Galerías y espacios alternativos exhiben el alma indómita y artística de una ciudad en la que vibrar con el arte es tan natural como bañarte en el mar… La zona de Capua, Cabrales, Plazuela de San Miguel y alrededores es representativa de una parte del arte que se expone y se hace en Gijón.
Libre e innovadora
¿Qué hay más representativo de la libertad que el afán por innovar? Gijón es punta de lanza de la innovación, y el comercio de la ciudad es una claro exponente de esas ganas de libertad creativa, de esas ganas de agradar y sorprender. Así que si te pierdes, que te encuentren o te busquen en calles como Instituto, Jovellanos, La Merced, San Bernardo o Cabrales, donde seguro estarás estupendamente viendo la moda más “in”, la decoración de última generación o dando un tranquilo paseo palpando el animado ritmo de la ciudad.
Y si de paso rematas la jugada en una bonita y ambientada terraza como las de la Plaza del Parchís, coqueteando con la historia, y con la actualidad a un tiempo, pues mejor que mejor…
Un bajón de azúcar no es un problema en Gijón
Y si en medio de tanta actividad, sientes que te da un bajón de azúcar, eso jamás va a significar un problema en Gijón, sino todo lo contrario. La ciudad tiene una tradición confitera impresionante, y cualquier hora del día es buena para tomarse un respiro y degustar un chocolate casero con churros, un buen bizcocho, unos hojaldres un pastel de diseño o uno para alérgicos, que también los obradores y sus confiteros están muy concienciados en este aspecto… ¡Y qué decir de los bombones! ¡Son de lo mejor que puedas encontrar!
Confiterías como La Fe - con más de cien años -, o La Playa, o más recientemente Pomme Sucré o Aliter Dulcia, por citar algunos ejemplos, hacen del centro de Gijón un corazón goloso siempre a punto para que te lo comas…
¡Siéntete como una ñocla!
¿A qué no sabes lo que es una "ñocla"? Pues es lo que también llamamos buey de mar... Ya verás como en el paseo del Muro, en Cimadevilla, en el barrio de la Arena, en La Calzada, en Jove, en Poniente y en tantos y tantos sitios de la ciudad te encontrarás bares, sidrerías, o restaurantes donde todo el sabor y el olor del Cantábrico te invade en forma de plato o tapa, y siempre regado con sidra, como un ritual que se repite una y otra vez, porque Gijón es devota de Neptuno y del dios de la sidra, que como no existe en la mitología clásica, nos lo hemos inventado en Gijón, con récord Guinnes incluido en lo que al escanciado simultáneo se refiere…
¡Toma un culín y siéntete como una ñocla feliz!
Cosmopolita donde las haya
Gijón es una ciudad que su fisonomía y hábitos se asemaja a las grandes y cosmopolitas urbes del mundo: tiene río aunque no se llame Hudson, Támesis, Sena, Tiber...; tiene pomaradas y manzanas y “praos”, aunque no sean tan grandes como Manhatan, y un montón de calles comerciales y cosmopolitas caracterizadas por la variedad, calidad, y novedad de sus productos y diseños, que van desde lo más exclusivo a lo popular, sin por ello dejar de ser originales y atractivos…
Si no has visitado Gijón, ¿A qué esperas? ¡Y no se te olvide compartirlo en Facebook con tus amigos!
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