Indietro 10 lugares menos conocidos para visitar en Asturias
10 lugares menos conocidos para visitar en Asturias
Asturias está repleta de pueblos con encanto, siendo varios de ellos habituales en cualquier lista de los más bonitos de España.
La región cuenta con una larga lista de poblaciones desconocidas, interesantes joyas rurales mimetizadas en parajes naturales intensamente verdes, perfectos lugares para perderse, y también encontrarse.
Este es un viaje por 10 lugares y sus alrededores, fuera de las rutas turísticas más obvias, donde descubrir la verdadera Asturias.
San Esteban de Cuñaba (Peñamellera Baja)
Encaramada entre montañas, en una zona de extraordinaria belleza, esta idílica aldea de hermosas casas, es uno de los accesos menos transitados al Parque Nacional de los Picos de Europa.
San Esteban de Cuñaba está en Peñamellera Baja, en la zona más oriental de Asturias y es un lugar apartado, tranquilo y sosegado, donde el tiempo se detiene y la vida pasa relajada y en armonía. La carretera que te lleva allí ya va dando pistas de por qué es uno de los pueblos más recónditos del Principado.
Un pueblo que en 1983 fue arrasado por unas inundaciones, reconstruido con el esfuerzo de los vecinos y recompensado poco tiempo después, siendo el primer distinguido como Pueblo Ejemplar, en 1990.
Desde el mismo pueblo podemos seguir las indicaciones del PR-PNPE-29 que conduce a Tresviso y acercarnos hasta un mirador que nos ofrece una magnifica vista de San Esteban. Un poco más adelante, siguiendo esa misma ruta, el camino nos lleva hasta un área recreativa (a poco más de 1 km del pueblo) rodeada de un entorno mágico, aunque en una zona sombría, por lo que es más recomendable su uso en verano.
Además de la variedad de rutas en los alrededores, a media hora en coche de San Esteban de Cuñaba puedes visitar la Cueva de la Loja, la primera cueva con arte paleolítico descubierta en Asturias.
Colombres y Bustio (Ribadedeva)
En el extremo más oriental de Asturias, rodeados de verdes paisajes, encontramos dos preciosos pueblos que sobresalen por su herencia cultural e histórica: Colombres y Bustio.
Su historia habla de indianos, que son aquellos que emigraron a América, retornaron enriquecidos y construyeron singulares edificaciones para, generosamente, transformar su población de origen, dejando un importante legado en ambos pueblos.
Colombres recibió el galardón de Pueblo Ejemplar en 2015 y fue catalogado como bien de interés cultural en 2013. La ruta señalizada de la Huella Indiana, permite descubrir más de 10 de estas casas-palacio en un agradable paseo.
Destaca la Quinta Guadalupe, una de las casas indianas más notables de Asturias que actualmente alberga la Fundación Archivo de Indianos-Museo de la Emigración. Edificada en 1906, esta impresionante casona indiana recibe su nombre en honor de Guadalupe Castro, esposa de Iñigo Noriega. Iñigo emigró muy joven a América, donde fue capaz de hacer una descomunal fortuna en México. Todo un personaje rodeado de leyenda, que llegó incluso a disponer de un ejército particular para cuidar de sus posesiones y que perdió su fortuna con la llegada de la revolución.
A tan solo dos kilómetros de Colombres encontramos Bustio, un bonito y tranquilo pueblo marinero a la vera de la Ría de Tinamayor, donde disfrutar de su arquitectura indiana, su coqueto puerto pesquero y la naturaleza que le rodea.
A escasos kilómetros está la cueva de El Pindal, un tesoro visitable que guarda pinturas rupestres del Paleolítico. La playa de La Franca, con sus mil recovecos en marea baja, está también muy cercana. Por aquí pasa el del Camino de Santiago del Norte y tanto Bustio como Colombres son parada habitual de muchos peregrinos para pasar la noche.
San Esteban (Muros de Nalón)
La villa de San Esteban, a pesar de que hoy día es un puerto tranquilo y silencioso, fue el primer y único puerto carbonero de España. Vivió su auge de actividad a principios del s. XX, cuando se construyó la línea férrea Fuso de la Reina – San Esteban de Pravia, en la que se transportaba el mineral de carbón al puerto para su traslado a las industrias siderúrgicas del País Vasco. De esta época se conservan, perfectamente restauradas, las grúas y los cargaderos que servían para la descarga del mineral. No en vano ha sido declarada de interés Histórico-Industrial.
Este pasado industrial y su legado en forma de patrimonio industrial convive en esta bonita villa marinera con varias casas de indianos, una excelente gastronomía, además de una icónica piscina de agua salada con vistas a la vecina playa de los Quebrantos.
San Esteban es también el punto de inicio de una de las rutas costeras más célebres en Asturias: la ruta de los Miradores. Una ruta fácil, de unos 6 km (ida), con inicio en la playa de San Esteban, y que se extiende hasta la surfera playa de Aguilar, con varios miradores a la costa asturiana y playas entre medias, que la hacen un imprescindible si decides conocer San Esteban.
Malleza (Salas)
Adéntrate en la naturaleza y serenidad de Malleza, en Salas, explorando sus paisajes tranquilos y descubriendo la autenticidad de esta pintoresca localidad, que algunos conocen como la Pequeña Habana.
Y es que, aunque Malleza cuenta con un respetable número de edificaciones tan autóctonas como son los hórreos y paneras, es conocida por el número de construcciones indianas, con edificaciones hermosas y señoriales, muy vinculadas con la emigración a Cuba.
Se aprecian además las clásicas palmeras en las casas más grandes, con cuidados jardines. Estas palmeras son un símbolo de las casas indianas, es el distintivo del emigrante que retorna con éxito y que se rodea de exóticos jardines, que recuerdan a ultramar.
Una buena manera de conocer Malleza y alrededores es realizando el bonito paseo que va hasta La Granja. Apenas 5,5 kilómetros ida y vuelta, en un entorno con bosque, fuentes, casas de Indianos y hasta un Palacio, el del Conde de Toreno. Ruta ideal para disfrutar de la arquitectura y del legado de aquellos indianos que regresaron a su tierra natal y engrandecieron su lugar de origen con orgullo.
No estaría completa la visita por esta zona de Asturias si no te dejas caer por la vecina y preciosa villa de Salas, capital del concejo homónimo y declarada Bien de Interés Cultural, a tan solo 14 km en coche.
Vixidel y la braña de La Revechada (Teverga)
Explora la conexión con la naturaleza en Vixidel y la braña de La Revechada, en Teverga, donde la belleza del entorno te transportará a un lugar lleno de paz y serenidad.
Descansando sobre un mar verde encontramos Vixidel, un pequeño y tradicional pueblo en el que podemos disfrutar de varios hórreos, una peculiar capilla y, sobre todo, de la vida tranquila y pura del medio rural.
Uno de los mejores planes que puedes hacer en Vixidel es visitar la hermosa braña de la Revechada, en buen estado de conservación y con unas panorámicas fabulosas. Puedes llegar haciendo una ruta, por camino fácil y de unos 8 km (ida y vuelta) y 500 m de desnivel. Esta caminata es un delicioso baño de bosque, que en otoño regala su versión más sobresaliente. Naturaleza en mayúsculas en el centro de Asturias.
Sobrefoz y Ventaniella (Ponga)
Descubre la belleza de Sobrefoz y Ventaniella, en Ponga, sumergiéndote en un entorno natural impresionante y explorando sus encantadoras tradiciones locales.
El concejo de Ponga, y el Parque Natural que ocupa su extensión, es célebre por sus paisajes superlativos, con representantes tan convincentes como el desfiladero de los Beyos, el bosque de Peloño o el Tiatordos, la montaña perfecta.
A pesar de ello, Ponga es un lugar casi inalterado con pueblos encantadores como Sobrefoz, en el corazón del Parque Natural, donde disfrutar de sus hórreos y su reconocida gastronomía. Desde Sobrefoz es posible hacer varias rutas en un escenario natural fabuloso, como la ruta del valle de Ponga, subir al pico Recuencu, o caminar hasta nuestra siguiente parada, Ventaniella.
Al sur de la parroquia de Sobrefoz encontramos Ventaniella, un lugar recóndito y especial, donde descubrirás una pradera tan bonita que parece sacada de una película, con una ermita de origen medieval y una casería.
Ventaniella es un hermoso lugar, en completa tranquilidad, que también ofrece su estampa más bonita en otoño.
Boal
Con poco más de 800 habitantes, es una de las 6 parroquias del concejo que comparte nombre. Un pueblo de interior donde se respira tranquilidad y desconexión, pero con un gran abanico de actividades, y a tan solo 20 minutos de la costa. Por lo que es una excelente opción para una estancia de varios días.
Boal cuenta con un importante patrimonio indiano, que ya de por si justifica la visita. Pero tiene mucho más que ofrecer, con la naturaleza en el ojo del huracán.
Explora Boal, no solo por su encanto, sino también por la emoción de la práctica de deportes de aventura que ofrece, haciendo de esta localidad un destino vibrante y lleno de energía del occidente asturiano.
Boal constituye un campo de juego perfecto para las experiencias de turismo activo, donde disfrutar de rutas en kayak en un entorno deslumbrante y también de actividades más picantes, como el descenso de cañones.
Hay variedad de rutas de senderismo, como la ruta de los Miradores del Navia (PR-AS299), de 11,3 km, muy variada y que ofrece un paseo por monte bajo, núcleos rurales con historia y vistas a los serpenteantes meandros del Navia.
El concejo está íntimamente relacionado con la producción de miel así que, si prefieres las experiencias más relajadas, puedes hacer la interesante y didáctica visita al Museo de la Apicultura, a tan sólo 2 kilómetros de Boal.
Santalla (Santa Eulalia de Oscos)
Déjate cautivar por Santalla (foto de cabecera), la capital de Santa Eulalia de Oscos, uno de los tres concejos, junto con Villanueva y San Martín, que conforman la zona de Los Oscos. Explora su historia, tradiciones y paisajes, que te transportarán a un tiempo pasado lleno de autenticidad en la parte más occidental de Asturias, cerca de Taramundi.
Te proponemos comenzar la visita en Santalla. Este pueblo te hace viajar en el tiempo, ya que allí encontrarás curiosidades tan atractivas como el Telar de Irene, una artesana que sigue tejiendo como se hacía en el siglo XVIII, con materiales puramente naturales como la lana, la seda, el algodón o el lino. Otro hito artesanal son sus navajas, siendo uno de sus más reconocidos ejemplos las famosas navajas Hyottoko. Y por supuesto, si algo llama la atención en Santalla, porque forma parte de su cultura del hierro, son las esculturas de los ferreiros - las hay por todo el pueblo -, y algunas están pensadas para que interactúes y te hagas tus fotos con ellas y en ellas.
Ahora bien, antes de dejar el pueblo para ir al conjunto etnográfico de Mazonovo, tienes que visitar el Museo Casa Natal del Marqués de Sargadelos, un destacado industrial de Santalla inventor de la prestigiosa cerámica de Sargadelos.
Tendrás que recorrer tan solo cinco kilómetros, para llegar a Mazonovo, donde está la única herrería que aún conserva su actividad desde su construcción en el s. XVIII.
Aunque en Asturias es un secreto a voces que los paisajes rurales de media montaña de los Oscos son una maravilla, la zona sigue siendo recóndita, tranquila y conserva la autenticidad de los lugares poco turísticos. Por ello incita a un viaje de varios días por carretera, disfrutando de la sosegada vida rural de los tres concejos de Oscos, que fueron galardonados con el premio al Pueblo Ejemplar en 2016.
Santalla es uno de los lugares más bonitos qué ver en Los Oscos, integrados en la Reserva de la Biosfera de Oscos-Eo y Terras de Burón, la única Reserva que tiene costa en Asturias. Aquí las rutas con alta recompensa paisajística están garantizadas, entre las más bonitas destacan la de A Seimeira, con una cascada de más de 30 metros, o la de Forcón de los Ríos, ambas ideales además para hacer en familia.
Grandas de Salime
Este vecino de Los Oscos es el último reducto asturiano haciendo frontera con Galicia. Grandas de Salime despide el Camino de Santiago Primitivo en Asturias, antes de entrar a Lugo por el puerto del Acebo, que ejerce de barrera a las influencias oceánicas y hace que la zona tenga un clima más continental, menos húmedo y más cálido.
El núcleo rural de Grandas de Salime guarda el mismo nombre que el del concejo y cuenta con un importante elemento patrimonial:
■ El Museo Etnográfico de Grandas de Salime, donde podrás ver trabajar a artesanos en vivo y aprender sobre la vida tradicional en la zona. Es un museo etnográfico con una de las colecciones más importantes del norte de España.
Además, aquí se ubica una Oficina de Turismo, el lugar idóneo para recabar información de la zona y donde seguro te recomendarán conocer lugares emblemáticos como:
■ El más conocido es el embalse de Salime, inaugurado en 1955, y construido sobre el río Navia. Su presa de 132 metros de altura es un gran exponente de patrimonio industrial y ofrece maravillosas panorámicas al mayor embalse de Asturias.
■ El castro y museo del Chao Samartín, interesante yacimiento de un asentamiento fortificado que se remonta a la Edad de Bronce.
La comunidad vecinal de Grandas de Salime ha sido Pueblo Ejemplar en 1993.
Pesoz
Pesoz es un apacible pueblo rural de la parte más occidental asturiana, con tejados de pizarra en armonía con el verde y escarpado entorno. Sin duda, aquí se ha detenido el tiempo.
Es capital del concejo del mismo nombre, uno de los más pequeños de Asturias, y que forma parte del Parque Histórico del Navia.
Además, Pesoz cuenta con un museo etnológico, donde podrás conocer todas las curiosidades de la cultura del vino en el occidente de Asturias, muy arraigada desde la Edad Media y que en la actualidad cuenta con una DOP, en la que están integrados varios concejos del occidente asturiano.
Desde Pesoz, hay dos rutas fáciles, idóneas para descubrir el patrimonio de este concejo asturiano. No es obligatorio caminar, también puedes ir en coche.
■ La ruta del Río Agüeira, PR AS-117, nos lleva en 5 kilómetros a la aldea medieval de Argul, cuyo conjunto histórico fue declarado Bien de Interés Cultural en 2004. Argul se asienta en un peñasco que condicionó y singularizó sus edificaciones, donde son muy característicos los túneles y corredores que comunican las estancias de la vivienda.
■ También desde Pesoz, podemos hacer la ruta PR AS-169 que nos acerca al cercano poblado abandonado de A Paiceiga. Construido a mediados de siglo para alojar a los obreros que construyeron el embalse de Salime, llegados de toda España. Hoy en ruinas, el poblado es un lugar particular que conmueve al recorrerlo y se ha convertido en uno de los rincones más buscados de Asturias, debido a la icónica panorámica desde su precioso mirador con vistas al embalse.
En esta lista de 10 pueblos no están todos los que son, pero todos los que están merecen mucho la pena, ya sea para visitarlos en una jornada o bien escaparte unos días y dejarte atrapar por la tranquilidad de la vida rural asturiana.
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