Ruta Clariniana
- Distancia: 15 kms
- Dificultad: Fácil
- Ascenso acumulado: 172 m
- Altitud máxima: 164 m
- Altitud mínima: 52 m
- IBP index: 15
El inicio del recorrido comienza en el barrio de Albandi, al que se puede acceder desde el apeadero de Xibares en un corto trayecto de dos kilómetros. La ruta discurre paralela al valle a través de carreteras locales en buen estado y su trazado, sin complicaciones y con pocos obstáculos que salvar, la convierten en un itinerario ideal para hacer en familia.
En su primera parte se atraviesan las parroquias de Albandi y Priendes, discurriendo en el límite de los pastizales y el bosque, y con el amplio panorama del valle en dirección Sur-Oeste siguiendo el recorrido de “Boroña”, pasando al lado de la Capilla del Santo Ángel de La Guarda. Próxima a la ruta, desviándose unos trescientos metros, se encuentra la Quinta Chor (no visitable), casona de indianos donde pasó largas temporadas el pintor Nicanor Piñole.
Continuando por el trazado nos adentramos en “Viaje Redondo”, atravesando pastizales, en muchos casos con variedad de frutales, hasta alcanzar la Quinta Clarín, donde el escritor concibió buena parte de su obra. La finca solariega consta de varias edificaciones, capilla y hórreo, así como la Fuente del Cellero, organizada como fuente, lavadero, abrevadero y lugar de encuentro social.
Prosiguiendo con la ruta, alcanzamos el Palacio de Los Carreño, perteneciente a la que fue la familia más importante del concejo, imponente edificio que mantiene su fábrica original y uno de sus escudos de armas. Desde aquí y a poco más de quinientos metros, se encuentra la iglesia románica de Santa María La Real de Logrezana, que aún mantiene algunos elementos originales, si bien su última reconstrucción entre la década de los 40 y posteriormente en los 70 puede calificarse, como poco, de “singular”.
La ruta continúa paralela al valle hasta que a la altura de El Lloral se toma un desvío que asciende en fuerte pendiente, siendo el único obstáculo relevante del recorrido, para llegar hasta las escuelas de Logrezana. El bonito edificio, en uso en la actualidad después de más de cien años, fue fundado con donaciones procedentes de la inmigración. Desde aquí el regreso al inicio se hace en suave descenso siguiendo la carretera local que discurre por la parte alta del valle.
