La ruta comienza en Bezanes, lugar de partida habitual para visitar la vega de Brañagallones, si bien en este caso el recorrido se hace en sentido contrario, por lo que habrá que dirigirse por la carretera AS-117 hacia Belerda, a un par de kilómetros, y desde allí por una pista forestal iniciar el ascenso a la Collaína.

Este primer tramo tiene una pendiente media del 15% por lo que resulta bastante duro, aunque según se gana en altura las vistas compensan el esfuerzo realizado ya que van apareciendo las grandes cumbres del entorno.

Se continúa descendiendo hasta el pueblo de La Felguerina para comenzar el ascenso hasta la Collá Vallegu y de allí a la Collá de La Canalina que, con sus 1564 metros, será el techo del recorrido. De nuevo el tramo de subida resulta de una gran dureza ya que la pendiente media es de casi el 17% y, una vez más, las espléndidas vistas serán las que compensen el esfuerzo.

Llegados a este punto el paisaje cambia, los bosques de haya dejan paso a un monte bajo que tapiza en parte los murallones rocosos del entorno y se observa ya la vega de Brañagallones, así como el crestón rocoso que marca el acceso a la misma. Se continúa en suave descenso hasta la majada de Mericueria y, desde aquí, hasta alcanzar la pista forestal descendiendo por un sendero serpenteante entre hayas que requiere cierta atención por la presencia de árboles y ramas caídas, así como algún tramo de piedras lavado por la escorrentía del agua de lluvia.

Siguiendo por la pista y en suave descenso por el hayedo, se alcanza al cabo de varios kilómetros la majada de Brañagallones, un lugar de una belleza única tanto por su emplazamiento como por la imagen que dan sus cabañas repartidas a lo largo de la vega. Sin duda, el lugar merece una pequeña parada para disfrutarlo. Desde aquí ya solo queda descender algo más de 10 kilómetros hasta Bezanes, aunque la pista guarda alguna sorpresa como el paso del Crestón y algunos puntos a modo de miradores para disfrutar de unas magníficas vistas. 

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