Oriente de Asturias

El Oriente de Asturias es una región donde las cumbres majestuosas descienden hasta encontrarse con el océano, dando lugar a impresionantes acantilados, extensas playas de arena, pedreros y calas. Junto al mítico ascenso a Lagos de Covadonga, diversas rutas descubren al ciclista la costa del Cantábrico, los Picos de Europa y los valles verdes que conectan todo este paisaje único.
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  • Dirección Amieva, Cabrales, Cangas de Onís, Caravia, Llanes, Onís, Parres, Peñamellera Alta, Peñamellera Baja, Piloña, Ponga, Ribadedeva, Ribadesella Oriente de Asturias
  • Imagen Oriente de Asturias

El litoral del Oriente asturiano, a poco más de una hora en coche desde Oviedo/Uviéu, es un espectáculo para los sentidos. Nada mejor que seguir el gran recorrido de la costa en alguno de sus tramos para disfrutar del mar y el cicloturismo en el Oriente de Asturias. 
Rutas como la que une Bustio, en Ribadedeva, con Ribadesella/Ribeseya, de baja dificultad, o el tramo de Ribadesella/Ribeseya a Villaviciosa, -en la comarca de la Sidra-, algo más exigente, permiten descubrir parajes de gran belleza como los bufones de Pría, espectaculares en días de mareas vivas, cuando el mar se cuela por las cavidades rocosas y provoca un efecto de surtidor o géiser de agua salada; los acantilados de Tereñes, en Ribadesella/Ribeseya, con sus huellas de dinosaurio; las preciosas playas de Vega, La Espasa o La Griega y el centro histórico de encantadores pueblos como Colombres o Llanes.

Acantilados de Tereñes

Una ruta muy especial, con principio y fin en Ribadesella/Ribeseya, discurre por el itinerario del Norte del Camino de Santiago, calificado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Se trata de un tramo asequible que invita a detenerse continuamente a admirar los paisajes de la rasa costera. 
Sin duda, la playa de Gulpiyuri y el mirador de los Acantilados del Infierno, dejarán una profunda impresión en los ciclistas. La posibilidad de saborear la cocina marinera de la zona, con buenos maricos y pescado fresco, hará de este recorrido una experiencia completa para los sentidos. 

Ciclistas en la ruta de la costa, cerca de Llanes

Para los más experimentados, la ruta de Ribadesella/Ribeseya hasta Villaviciosa (Comarca de la Sidra) cuenta con una variante de mayor dificultad. También la variante de Colombres a Ribadesella/Ribeseya ofrece un desafío para los que prefieren las pistas de grava. Se recomienda hacer un alto para dosificar la energía y disfrutar de las panorámicas sobrecogedoras a los acantilados desde el mirador de Andrín.
 

Adentrándose en la montaña del Oriente asturiano

Los encantos del interior del Oriente asturiano pueden explorarse en varias rutas de cicloturismo. Una opción de dificultad moderada es el tramo que une Nueva, en Llanes, con Cangues d’Onís/Cangas de Onís, con dos ascensos en su recorrido, al Alto del Torno y al Collado de Igena. Para los más atrevidos, se recomienda seguir la ruta de Colunga (en Comarca de la Sidra) hasta Arriondas/Les Arriondes bordeando la Sierra del Sueve y coronando un duro ascenso al Alto del Fito para disfrutar, desde su mirador, de las magníficas vistas a los Picos de Europa.
Ya en el interior, los ciclistas encontrarán itinerarios muy atractivos como el que une Oviedo/Uviéu con Cangues d’Onís/Cangas de Onís, una excelente opción que serpentea entre prados y pequeñas aldeas antes de adentrarse en los Picos de Europa. 

Puente romano, Cangas de Onís

Los trayectos que van desde Cangues d’Onís/Cangas de Onís hacia la villa indiana de Colombres ofrecen unas vistas majestuosas de la Sierra del Cuera y la ocasión de visitar lugares reconocidos como Patrimonio de la Humanidad, como la Cueva del Pindal; en la ruta que parte desde Rusecu/Rioseco, en el Valle del Nalón, hasta Cangues d’Onís/Cangas de Onís se puede optar por discurrir paralelos al valle del río Piloña o bien dirigirse hacia Tarna para afrontar la subida al puerto del Pontón. Con un desnivel acumulado de más de 2000m, este tramo exige una excelente condición física y técnica.  
Al llegar a Cangues d’Onís/Cangas de Onís, habrá que reservar tiempo para, después de un merecido descanso, acercarse a admirar el puente sobre el río Sella, de cuyo arco central pende la Cruz de la Victoria, la iglesia de Santa María de Cangas, el túmulo funerario de la ermita de Santa Cruz, del año 4.000 a.c., o Casa Dago, emblemático ejemplo de la arquitectura señorial montañesa.
 

Lagos de Covadonga y otros desafíos

El Oriente de Asturias guarda tesoros para los ciclistas más intrépidos como la subida a los Lagos de Covadonga, ascenso mítico y, junto con el Angliru, referente del ciclismo internacional. Quienes se atrevan a emular a los campeones de la Vuelta a España, tendrán que hacer frente a una durísima ascensión de 14 km y más de 1000 m de desnivel acumulado. Al alcanzar la cumbre se verán recompensados por las impresionantes vistas de dos joyas naturales enclavadas en el corazón de los Picos de Europa: el lago Enol y el lago Ercina. De origen glaciar, ofrecen un paisaje alpino único, con aguas cristalinas que reflejan las cumbres nevadas y una tranquilidad que invita a la desconexión. 

Vista panorámica del acceso a Casielles, Ponga

El ascenso a Casielles, con veintitrés curvas de herradura, hará las delicias de los amantes del zigzag en pleno Parque Natural de Ponga, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO. Otra manera de disfrutar del cicloturismo en el Oriente de Asturias es a través de la ruta que une Cangues d’Onís/Cangas de Onís con Sobrefoz y que se divide en dos etapas, una de ellas con más de 1500 m de desnivel acumulado. Y los amantes de la bici gravel o la mountain bike, podrán sumergirse en lo más profundo del Parque Natural de Ponga en un reto desafiante que parte de Santiyán, en Amieva, y asciende hasta el mirador de Les Bedules. Desde este punto se disfrutará de una vista excepcional de los Picos de Europa, que alberga las montañas de más altitud de la cordillera cantábrica, y de todo el cordal montañoso de Ponga.
En rutas tan duras como estas, la alimentación es esencial y también la excusa perfecta para probar la rica gastronomía del interior de esta comarca con sus quesos artesanales, como el Cabrales, Los Beyos y el Gamonéu y sus guisos, ideales para entrar en calor en los días fríos.
El cicloturismo en el Oriente de Asturias ofrece un sinfín de posibilidades para disfrutar de las dos ruedas en un entorno natural privilegiado, con altitudes de vértigo muy cerca del profundo azul del Cantábrico. Una aventura completa e inolvidable para quienes disfrutan de combinar el deporte con la naturaleza, la historia y la cultura.
 

Rutas cicloturistas por el Oriente de Asturias

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