La ruta sale de Avilés hacia el oeste por la carretera próxima a la costa, atravesando pequeños núcleos rurales como Salinas, una villa balnearia con aire señorial reconquistada por el espíritu hippie de surferos llegados de medio mundo. A continuación bordeamos la fábrica de Asturiana de Zinc, hasta alcanzar la preciosa plana de Arnao. Aquí nos encontramos con la antigua mina de Arnao, donde podrás visitar su museo, y su peculiar castillete. En esta zona también hay un merendero donde poder reponer fuerzas. Retomamos hasta alcanzar la CT-1 que nos lleva a otra villa, Santa María del Mar/El Puertu, en la que en la playa de su mismo nombre también hay una antigua mina de interés histórico.

Continuamos por el track, que nos llevará por carreteras inmersas en un paisaje variopinto, rústico, costero y de montaña, hasta llegar a la desembocadura del Nalón, donde podremos acercarnos a disfrutar del paisaje desde el mirador de la Playa de Los Quebrantos, y volver a la ruta para rodear la totalidad de la ría de San Esteban. La carretera nos conduce hasta el mirador del Espíritu Santo, que ofrece unas vistas majestuosas desde el Cabo Peñas hasta Cabo Vidio. A partir de aquí, la ruta sigue por carreteras locales atravesando varios puntos interesantes, como el mirador sobre la playa de Aguilar, o el Palacio de La Quinta, sede de la Fundación Selgas Fagalde, hasta llegar a Cudillero, donde tras disfrutar del encanto de este pueblo marinero seguiremos por la carretera que rodea el puerto pesquero.

Proseguimos por la carretera antigua N-632 y 632a, rodeando la playa de la Concha de Artedo, hasta alcanzar la bella playa de San Pedro de la Ribera, y seguimos hasta Soto de Luiña, donde se puede hacer una parada para ver la iglesia de Santa María, antiguo hospital de peregrinos vinculado al camino de Santiago. Seguimos por la carretera N-632a hasta Oviñana, donde se puede continuar, o bien, hacer el pequeño desvío (unos 3 km de ida) hasta el Faro del cabo Vidio y sus magníficos acantilados. Continuamos hacia Cadavéu atravesando pequeñas lomas y valles y un paisaje bastante bien conservado. En este punto, es muy recomendable desviarse (apenas 1,5 km ida) para llegar a la pequeña ermita de la Regalina, pues merece la pena las vistas que ofrecen los acantilados. 

Si se dispone de tiempo y fuerzas suficientes, podemos desviarnos a contemplar las vistas desde el Paisaje Protegido del cabo Busto (desvío de unos 4 km ida). Finaliza la ruta en Luarca/Ḷḷuarca, villa marinera con un bonito puerto pesquero y con todo tipo de servicios.

Respetar el sentido de circulación en tramos urbanos.

Precaución con el tráfico hacia las playas en verano.

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