La naturaleza en Asturias es una sucesión de espacios protegidos – entre otros un parque nacional y varios parques naturales -, lo que ha permitido conservar en magnífico estado más de un tercio del territorio y poseer la costa mejor preservada de España.

Entre Reservas de la Biosfera, Parques Naturales y Parques Nacionales, Paisajes Protegidos y Monumentos Naturales, Asturias suma más de 50 espacios que se distinguen por su paisaje, su geología o su botánica.

Las 7 Reservas de la Biosfera con que cuenta Asturias pueden ser el comienzo de una intensa exploración de la naturaleza en Asturias, porque cada una de ellas tiene personalidad propia.

Imagen de un oso cantábrico en primer plano

El Parque Nacional de los Picos de Europa fue el primer Parque Nacional de España, protegido desde 1918. En su corazón emerge el Picu Urriellu, un auténtico imán para los escaladores, y se abren los Lagos de Covadonga.

El Parque Natural de Las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias es un parque natural con una fauna totémica, en la que destaca el oso pardo cantábrico y donde es posible conocer la Reserva Natural Integral del Bosque de Munieḷḷos y la Reserva Natural Parcial de Cueto de Arbas.

El Parque Natural de Somiedo, además de Reserva de la Biosfera, se convirtió en el primer Parque Natural de Asturias (1988). Su lago de El Valle es el de mayor tamaño de la región y sus brañas (zonas de pastoreo en alta montaña) están salpicadas de teitos (cabañas de techumbre vegetal).

Foto panorámica del pueblo de Cazu y el paisaje de su entorno en el concejo de Ponga

El Parque Natural Las Ubiñas-La Mesa contiene el segundo sistema montañoso más grande de la región, el macizo de Peña Ubiña, y está repleto de monumentos naturales, como Cueva Huerta, o los puertos de Marabio, con su peculiar complejo kárstico.

El Parque Natural de Redes es refugio de todas las especies propias del norte, del oso al urogallo o el lobo. Su orografía compleja, también reconocida como Parque Natural, combina con una espectacular belleza montañas, valles y desfiladeros calizos, que se pueden descubrir en la senda del Alba o en Los Arrudos.

La Reserva de la Biosfera Oscos-Eo es la mayor en extensión de todas las Reservas que existen en Asturias. Marca este territorio, de principio a fin, el eje fluvial del río Eo, espacio privilegiado para realizar actividades como la observación de aves.

El Parque Natural de Ponga se estructura en desfiladeros como los de Ponga o los Beyos e integra la Reserva Natural Parcial de Peloño.

Imagen de un tramo de la ruta Tabayón del Mongallu. Un grupo de personas realizando la ruta en medio de un bosque

El senderismo en Asturias es posiblemente el mejor medio para admirar esos exuberantes rincones.

Asturias dispone de rutas al alcance de todas las formas físicas y todos los gustos. Tampoco es necesario aparcar el coche. La red de carreteras regionales permite combinar visitas y programar excursiones inolvidables.

Foto de dos personas realizando ecoturismo observando la fauna con prismáticos en un valle

Otra opción es pedalear a través de las vías verdes señalizadas o recorrer alguno de los caminos que seguían los gigantescos dinosaurios, usando como pista sus icnitas labradas sobre la piedra.

También existen experiencias temáticas al gusto del viajero, según la época del año. El turismo de avistamiento ha abierto una nueva puerta a estas experiencias: integrarse en una ruta ornitológica, seguir el rastro del oso, catar la naturaleza en excursiones de recogida de plantas que se usan en talleres de cocina, o recorrer las majadas de pastores con la vista puesta en el cielo para atisbar el vuelo de los quebrantahuesos reintroducidos en Picos de Europa. Así se vive en primera persona la pasión por la naturaleza.