Los Monumentos Naturales son todos aquellos elementos de la naturaleza que, por su notoria singularidad, rareza o belleza, merecen ser objeto de una protección especial. Asturias proporciona en sus paisajes formas y ecosistemas únicos, donde los bosques, los árboles o el agua en sus múltiples formas (playas y cascadas, sobre todo), ostentan un notable protagonismo.
Y es que el agua, en sus múltiples manifestaciones es clave para mantener y modelar los paisajes asturianos, esos que destacan por su verdor, por su frondosidad y por su pureza, con una flora y una fauna sin parangón.
No cabe duda que, desde un punto de vista estrictamente natural, no hay monumento más auténtico y llamativo que un bosque, los árboles centenarios y hasta milenarios que los pueblan, o algunas playas y cascadas que, por el ecosistema en el que se encuentran inmersas, se convierten en verdaderos Monumentos Naturales.