Puerto de Vega encarna el romanticismo en la costa occidental asturiana, y por eso ha sido y es una poderosa fuente de inspiración para los artistas. Sus alrededores son de una espectacular belleza natural y arquitectónica. Las grandes quintas indianas con sus jardines, las casas-palacio, las casonas típicas asturianas y todo un universo rural, colorido y auténtico, se diseminan en el entorno de Puerto de Vega.
La aproximación al puerto es toda una delicia. Los bares y restaurantes rezumen aromas cantábricos de pescados y mariscos. El ambiente es sosegado, y la flota luce humilde en las tranquilas aguas, al pie de la rula.
Puerto de Vega atesora una historia rica e intensa, que salta a la vista en cada parque, en cada monumento, en cada placa. Además el Museo Etnográfico Juan Pérez Villamil te permitirá profundizar en la vida, usos y costumbres de este lugar que tiene un destacado papel histórico por haber acogido al ilustrado Gaspar Melchor de Jovellanos en los últimos días de su vida.
Un paseo por el puerto te dará idea de la pericia de los pescadores del Cantábrico en sus labores, de su heroica existencia y de la plasticidad de un puerto recóndito y abierto a la mar al mismo tiempo. Sentirás que Puerto de Vega es tan especial que no es extraño que sea Pueblo Ejemplar de Asturias desde hace más de dos décadas.