Cuadonga/Covadonga, Inspiradora y pionera en la protección del paisaje

Cuadonga/Covadonga es un verdadero tesoro natural. Reúne las excelencias de la naturaleza atlántica, en un conjunto paisajístico de gran belleza que sorprende aún hoy por su pureza. Así que no es de extrañar que fuera inspiradora de una figura pionera en la protección de la naturaleza. Hace ahora cien años, Cuadonga/Covadonga y su montaña fueron el mejor ejemplo para preservar los valores y atractivos de un entorno natural único, de los excesos humanos.

El espíritu que motivó este hito pionero en nuestro país, que fue la declaración del Parque Nacional de la Montaña de Covadonga, la resume a las mil maravillas su principal mentor Pedro Pidal: "El título de Parque Nacional es la expresión de la hermosura, de la belleza, de los encantos naturales de la patria…". Pidal pensaba, con buen criterio, que la mejor manera de aunar las tres Covadongas - histórica, espiritual y natural – era el título de Parque Nacional.

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Picos de Europa desde Llueves

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Cascada del Río Covadonga

Cuadonga/Covadonga un tesoro de la naturaleza

Muchos rincones del Real Sitio son un espectáculo natural

Salta a la vista que Cuadonga/Covadonga y su entorno son un verdadero espectáculo natural, donde cada rincón tiene su singular encanto y mucha historia e historias tras de sí.

Una primera aproximación a Cuadonga/Covadonga desde Cangues d' Onís/Cangas de Onís, nos lleva hasta el Repelao, y allí da comienzo el recinto del Real Sitio de Covadonga y del Parque Nacional de los Picos de Europa (heredero del Parque Nacional primigenio a partir de su ampliación en 1995). Es la regia puerta de un espacio lleno de prodigios naturales. El Parque del Príncipe, la cascada del Río Covadonga, el Mirador de los Canónigos, o la Cruz de Priena, en la cima del pico del mismo nombre, son ineludibles referencias en un recorrido para disfrutar las maravillas de este tesoro de la naturaleza llamado Cuadonga/Covadonga.

Obelisco del Repelao
El Repelao

Puerta de entrada al Real Sitio de Covadonga y al Parque Nacional de los Picos de Europa, el campo del Repelao, con sus monumentales columnas de acceso, su obelisco regio, su antigua estación de tren, su puente y su ambiente nos indica que estamos ante un significado lugar histórico que se abre además a una naturaleza desbordante por su belleza.

A tan solo un kilómetro y medio de la Basílica de Covadonga, El Repelao debe su nombre a Pelayo, por ser el lugar donde cuentan que fue proclamado rey, y precisamente como símbolo de este acontecimiento allí está un obelisco con la imagen de la Cruz de la Victoria (la Cruz que, según la tradición, enarboló Pelayo en la Batalla de Covadonga, que forma el cuerpo de la Cruz de la Victoria, bellamente recubierta de joyas, hoy en día conservada en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo).

Parque del Príncipe en Cuadonga/Covadonga
Un parque y una cascada

El Parque del Príncipe es un auténtico remanso de paz a los mismos pies de la Santa Cueva y de la Basílica. Este jardín del Edén tiene la frondosidad propia del bosque atlántico. Y además, como si de un lugar de cuento se tratara, está surcado por el Río Covadonga y en un tranquilo paseo te encuentras preciosos puentes, fuentes, cascadas de espectacular belleza – como la que existe justo debajo del risco de la Basílica -, y algunos edificios de alto valor arquitectónico como el antiguo Mesón de Peregrinos.

El Parque del Príncipe es un exquisito pulmón en el corazón de Cuadonga/Covadonga para caminar, relajarse, o tomar fotografías.

Mirador de los Canónigos
Un mirador con vistas

Por la carretera que sube a los Lagos, y a escasos metros del inicio de esta famosa subida de montaña, a mano izquierda, se ubica el conocido como Mirador de los Canónigos. El Mirador de los Canónigos recibe ese nombre porque antaño era una de las atalayas preferidas por los canónigos de Cuadonga/Covadonga para contemplar con tranquilidad el Santuario, y entregarse al reposo y la conversación en medio de tan verdes y bellos paisajes.

En la actualidad el mirador es también uno de los lugares preferidos por los turistas y peregrinos para tener una visión diferente del Real Sitio, apreciando las bondades de la naturaleza, y de paso tomándose un respiro en la ascensión a los Lagos de Covadonga.

La Cruz de Priena
La Cruz de Priena

La Cruz de Priena, también llamada la Cruz de Pelayo, es otro de los símbolos íntimamente ligados a Cuadonga/Covadonga. Situada en lo alto del Picu Priena, un monte en las estribaciones de los Picos de Europa, es muy visible desde Cuadonga/Covadonga.

Asimismo, la ascensión hasta la cruz es una maravillosa excursión que muestra espléndidas e inusuales vistas de todo el conjunto de Cuadonga/Covadonga, así como de los Picos de Europa y de otras montañas emblemáticas como el Sueve, y hasta del propio mar Cantábrico. Sin duda es una de las más completas y bellas atalayas para disfrutar de ese templo natural que son Cuadonga/Covadonga y los Picos de Europa.

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Picos de Europa

La "Montaña de Covadonga", un lugar único a preservar

El 8 de setiembre de 1918 fue inaugurado este espacio protegido

1918 fue testigo del éxito de un proyecto político empezado décadas atrás y que había tenido su plasmación legal dos años antes. Será en la tarde del 8 de septiembre de este año cuando el rey Alfonso XIII —que por la mañana había asistido a la Coronación Canónica de la Virgen de Covadonga— inaugura el primer espacio protegido por su carácter de tesoro de la naturaleza.

Culminaba así un largo camino que en España está íntimamente ligado a un nombre y un lugar asturianos: Pedro Pidal y la Montaña de Covadonga. El Marqués de Villaviciosa era un experto montañero que conocía muy bien estas montañas. En realidad las había explorado en compañía de personajes como el aventurero Roberto Frassinelli, más conocido como "el alemán de Corao", que fue en parte el inspirador del establecimiento del Parque Nacional de la Montaña de Covadonga.

Pedro Pidal, un personaje clave

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Mirador de ordiales

Pedro Pidal nació en el seno de una familia de la aristocracia asturiana y gozó de las mayores comodidades y la mejor educación que podía brindarle su privilegiada posición social. Desde joven sus largos veranos en Asturias lo convirtieron en un gran deportista —medallista olímpico—, y un verdadero apasionado de la Naturaleza, que supo recorrer palmo a palmo la montaña asturiana —especialmente los Picos de Europa— hasta el punto de ser hoy considerado por muchos como el primer montañero español y uno de los mayores difusores del alpinismo en nuestro país.

Fue una persona capaz de trasladar sus inquietudes a la actividad política, donde ocupó puestos de gran responsabilidad a nivel nacional. Diputado desde los veintiséis años y luego senador vitalicio, su habilidad retórica y su heterodoxia en el espectáculo parlamentario le valió el sobrenombre del "Arniches" del Congreso.

Y sobremanera fue un enamorado de Asturias, hasta tal punto que la profunda querencia que sentía por la naturaleza asturiana lo llevó a pedir que, a su muerte, ocurrida en 1941, sus restos mortales descansaran en el Mirador de Ordiales, en plenos Picos de Europa.

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Picos de Europa desde Angón en Amieva

Pedro Pidal pudo desarrollar como senador vitalicio su más apasionado propósito: la protección de la naturaleza y la implementación de medidas legales que condujesen a la creación de Parques Nacionales en España, según el modelo norteamericano. Así se explica que su primera intervención en el Senado en 1915 ya marcase las líneas maestras de lo que sería su propuesta de ley.

Presentará esta propuesta para la creación de la figura jurídica de los Parques Nacionales en diciembre de ese año, y la defenderá en los meses siguientes: "Un castillo, una torre, un templo se declara Monumento Nacional para salvarlo de la destrucción. ¿Por qué no ha de haber santuarios para la Naturaleza?". Esfuerzos que ven su fruto al promulgarse a finales de 1916 la Ley de Parques Nacionales, que muchos entonces quisieron rebautizar como Ley Pidal.

Y, como primer lugar de aplicación de ella, el propio Pidal —asturiano, asturianista y covadonguista convencido— busca que el primer ejemplo de la nueva figura de protección natural sean los Picos de Europa. Así, el 22 de julio de 1918 se crea el Parque Nacional de la Montaña de Covadonga (primero de España y uno de los primeros de Europa), y que fue inaugurado por Alfonso XIII aprovechando su visita a Covadonga en septiembre de ese año, sobre el territorio del Macizo Occidental de los Picos de Europa, en su mayor parte en Asturias aunque con una parte de su extensión en la vecina provincia de León.

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Vegarredonda en Picos de Europa

El Parque Nacional de la Montaña de Covadonga que se crea en 1918 pervivirá sin apenas modificación durante casi ochenta años. Sin embargo, en 1995 desaparecerá para dejar paso a una nueva demarcación, ahora ampliada, pero con idéntica catalogación y que abarca los tres macizos de los Picos de Europa, así como importantes formaciones boscosas de la vertiente Norte de la Cordillera Cantábrica. Se trata del Parque Nacional de los Picos de Europa, denominación actual de este espacio declarado también Reserva de la Biosfera, y que incorpora a la tradicional figura de protección más superficie de Asturias y de León, y la nueva incorporación de territorio de Cantabria hasta llegar a las 67.455 ha. de su extensión actual.

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Picu Urriellu desde el Mirador del Pozo de la Oración

Hitos Naturales del parque Nacional de Los Picos de Europa

El actual Parque Nacional de los Picos de Europa integra los tres macizos principales de esta maravilla natural, limitados por profundos valles y gargantas aparecidas por la erosión de glaciares y ríos, que los dotan de sus bellos perfiles.
 

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Lago Enol

Los hitos naturales del Parque

En el Macizo Central encontramos las cumbres más elevadas de la Cordillera Cantábrica en los escarpados Urrieles, donde se eleva el emblemático Naranjo de Bulnes. Al este el Macizo Oriental —el de Andara— es más pequeño y presenta un perfil más suave. El más occidental de los tres macizos es el de los Picos del Cornión, donde se ubica el Santuario de Covadonga y los lagos Enol y La Ercina.

Entre ellos discurren sonoros y caudalosos ríos como el Cares, cuyas cristalinas aguas azotan con bravura todo su recorrido, o el río Dobra. Todo ello en un paisaje de imponentes contrastes y virginal belleza natural que permite perderse en el verdor de los bosques de robles, hayas y abedules o contemplar la pureza de sus blancas cumbres nevadas.

Mirador de la Reina
Rincones inedulibles con vistas divinas

La mejor manera de disfrutar del Parque Nacional de los Picos de Europa y su entorno es preparar la visita con antelación, tomándose para ello el tiempo necesario. Para que resulte inolvidable son muy útiles los Centros de Visitantes y Puntos de información habilitados por el Parque Nacional, entre otros el bautizado como Centro de Recepción de Visitantes "Pedro Pidal", ubicado al pie de las antiguas minas de Buferrera y a pocos metros de los lagos de La Ercina y Enol.

Además, es una sensación incomparable contemplar el espectacular paisaje de los Picos en miradores (más de veinte se desperdigan por el Parque Nacional y su entorno) que ofrecen vistas de ensueño como el mirador de Ordiales que se asoma al valle de Angón o el de Camarmeña sobre Poncebos con vistas al Urriellu, así como el mirador del Rey, que muestra el mágico hayedo de Pome o el de la Reina, que permite ver incontables valles y montañas que se asoman al Cantábrico, y también las muchas aves que surcan estos cielos.

Personajes en los Picos de Europa
Personajes en la historia de los Picos de Europa

Como todo espacio histórico, el Parque Nacional de los Picos de Europa cuenta en su memoria con los nombres propios de personas que marcaron su origen y evolución. Además de algunos muy conocidos como Pedro Pidal, Gregorio Pérez "El Cainejo" o Roberto Frassinelli podemos contar a alpinistas como el conde de Saint Saud o José Ramón Lueje; investigadores como los geólogos Casiano de Prado, Hugo Obermaier o Guillermo Schulz; e importantes autores y escritores que han sabido dar a conocer la belleza de este paraje como Guillermo Muñoz Goyanes, Joaquín Fernández Sánchez o Guillermo Mañana. Son una notable pero pequeña selección de los hombres y mujeres que tejieron la historia e intrahistoria de un espacio natural único en el mundo.

Gestas deportivas e investigación científica en plena naturaleza

Los Picos son un espacio ideal para el deporte y la ciencia

El Parque Nacional de los Picos de Europa es un gran monumento destinado a mimar y proteger la naturaleza, donde cabe la huella de la historia, donde se serena la mente y donde los seres humanos encuentran un ecosistema adecuado para sumergirse en el paisaje y establecer metas de superación, ya sean deportivas o de mejora del conocimiento del medio, tal como soñó Pedro Pidal y muchos otros que, como él, estaban fascinados con este espacio y sus infinitas posibilidades.

No cabe duda que Picos de Europa es un lugar donde los deportes de montaña y el ocio al aire libre tienen uno de los mejores escenarios posibles. Por esta razón son muchos los que conocen este Parque a través de actividades deportivas como el senderismo, la escalada, las carreras de montaña, el ciclismo o la espeleología, cuyo desarrollo está regulado por normativa que garantiza la conservación del espacio. Además los Picos son un gran laboratorio al aire libre para las numerosas expediciones científicas que con frecuencia ponen su mirada en este espacio natural.

Ascensión Urriellu
La ascensión al Pico Urriellu, una histórica conquista

Pedro Pidal fue un experto y apasionado montañero, que recorrió muchas veces gran parte de los rincones de lo que hoy es el Parque Nacional de los Picos de Europa. Por eso no es de extrañar que ostente el logro de escribir la primera gran página del alpinismo español: la conquista en el verano de 1904 del Naranjo de Bulnes o Picu Urriellu por su cara norte, en compañía de un pastor de la zona llamado Gregorio Pérez, también conocido como "El Cainejo", al que más tarde el propio Pidal nombraría guarda mayor del Coto Real de los Picos de Europa. Entre los dos construyeron uno de los episodios más fascinantes de la superación humana, sobre todo teniendo en cuenta que el Picu Urriellu fue la última gran cumbre europea conquistada.

Vuelta ciclista en los Lagos de Covadonga
La vuelta ciclista a España y los Lagos de Covadonga

Los Picos de Europa resultan muy conocidos dentro del deporte mundial gracias a su inclusión como frecuente final de etapa en la Vuelta Ciclista a España desde su edición de 1983. Se trata de una esforzada ascensión rodeada de un incomparable marco natural que se ha convertido con el paso de los años en la subida más emblemática de la ronda española. Una etapa que, por su dureza y su belleza, nunca decepciona y ha hecho a los Lagos de Covadonga testigo de grandes hazañas del ciclismo nacional e internacional, y los ha convertido en un escenario realmente familiar para millones de aficionados al deporte y a la naturaleza.

Sistema del Trave
El horadado subsuelo de Picos: el Sistema del Trave

En el macizo central de los Picos de Europa, al pie de los Cuetos del Trave, en el concejo de Cabrales, se encuentra un sistema subterráneo formado por tres simas interconectadas que, con una profundidad de 1.661 metros, lo convierte en la segunda sima más profunda de España. Descubierto en 1982, cuenta con varios cursos de agua subterráneos, y constituye un escenario idóneo para la práctica de la espeleología, y para la investigación científica. Desde 2005 está declarado Monumento Natural. Y es que el horadado y calizo subsuelo de los Picos de Europa, con otras numerosísimas simas, hace de este espacio un campo de pruebas perfecto para el deporte, para el entrenamiento y para la investigación del medio natural. Los Picos de Europa, por la abundancia, profundidad y características de sus simas y sistemas subterráneos son el verdadero Himalaya de los "menosmiles" (el equivalente a un "ochomil" pero hacia las profundidades de la tierra).

Picos de Europa, un Paisaje con Figuras

El Parque Nacional es un espacio profundamente humanizado

Desde su más temprana conformación, el Parque Nacional se insertó en un ecosistema poblado y humanizado, pues entre sus principales pretensiones estaba la revalorización del quehacer callado, sufrido, sabio y diario de unos pobladores en comunión secular con la naturaleza, preservando este espacio del uso indiscriminado, la especulación y el deterioro, que ya empezaban a vislumbrarse como algo negativo para el enclave natural.

Tanto en la primera delimitación del Parque de la Montaña de Covadonga como en su ampliación en 1995, el espacio protegido contaba con un considerable conjunto de poblaciones dentro de los límites del parque y en su interior viven actualmente más de 1500 personas, siendo uno de los Parques Nacionales más habitados del mundo aún hoy, hasta el punto de que los Picos de Europa son un paisaje con figuras, con un paisanaje que es indisociable de su medio, y que aporta riqueza y diversidad a este entorno natural.

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Sotres

Una vida entre el valle y el puerto

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Majada de Belbín en Onís

Hasta hace pocas décadas, la vida en la comarca de Picos de Europa estaba marcada mayormente por las actividades agrícolas y ganaderas, y por una trashumancia de corto radio en un flujo constante y estacional entre el valle y el puerto. Las familias vivían, según la época del año y las necesidades de la producción, entre el puerto en verano al cuidado del ganado, y las poblaciones guarecidas en el valle en invierno.

Era una vida que se desenvolvía entre lo bucólico y la necesaria supervivencia, entre la imaginación y el deber, entre el sosiego y el ajetreo del trabajo diario. Kilómetros recorridos por valles y montañas en busca del ganado, horas de elaboración de los quesos en las cabañas y majadas. Devoción y obligación se combinaron durante siglos y siglos, y aún, en los bellos parajes de Picos donde puede tomarse el pulso a la cada vez más escasa vida pastoril, y donde el tiempo parece haberse detenido, como si de un sueño eterno se tratara.

El sonido de los "lloqueros" (esquilas) del ganado resuena como un concierto en los valles abiertos y pone música a las cumbres de Picos de Europa. El saber de siglos está recogido en cada queso y en cada cabaña, y en cada gesto de gratitud hacia la naturaleza.

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Pastores de los Picos de Europa

El año 1994 la entonces Fundación Príncipe de Asturias - hoy Princesa de Asturias - reconoció la importancia de la comunidad humana asentada en este espacio natural, concediendo el Premio Pueblo Ejemplar de Asturias a la candidatura de los "Pastores de los Picos de Europa". El jurado los valoró entonces como un grupo humano heredero y transmisor de una tradición secular como es el pastoreo estacional en las majadas y los pastos de altura, con importantes valores e identidad propia, órganos de gobierno y formas de vida que destacan por su alto concepto de la solidaridad y por el mantenimiento voluntario de unas formas de vida tradicionales que han permitido una respetuosa simbiosis con el medio natural del que viven.

Los pastores de Picos de Europa continúan siendo hoy - aunque se trate de un colectivo numéricamente menor que en 1994 – un grupo humano que destaca por sus valores de convivencia y por su amor incondicional a un medio que ha visto sobrevivir en un medio natural a veces hostil a generaciones y generaciones de seres humanos, transmisores de una cultura y un estilo de vida único en el planeta.

La cultura pastoril de Picos de Europa supone también un patrimonio inmaterial de alto valor, a conservar.

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Queso Gamonéu del puerto

Las formas de vida tradicionales de esta comarca hacían que los pastores tuvieran que vivir largas temporadas en los puertos, por lo que el aprovechamiento de la leche del ganado sería una de sus principales actividades productivas y de supervivencia. Así, en el espacio de los Picos de Europa se concentra la mayor producción de quesos artesanales de Asturias como el Gamonéu del Puertu y del Valle, producido en las majadas de Cangas y de Onís, el Cabrales, o el de los Beyos, caracterizados por la excelencia tanto en la elaboración como en las posibilidades de aplicación en los fogones en decenas de recetas de base tradicional. Del mismo modo, en las vertientes cántabra y leonesa del Parque Nacional se elaboran quesos de singular variedad y calidad.

Los quesos artesanos de Picos de Europa tienen merecida y reconocida fama en medio mundo y forman parte del gran legado cultural, material e inmaterial transmitido desde tiempo inmemorial a través de este singular grupo humano. Creaciones como el Gamonéu o el Cabrales forman parte del patrimonio gastronómico de la Humanidad.

Otros sabrosos y saludables ejemplos de aprovechamiento de las posibilidades de este entorno natural son la recolección de miel o de materia prima para las infusiones, como el té de roca, la manzanilla o la tila silvestre. No hay que olvidarse del orujo o de la sidra, grandes y característicos productos de la cultura asturiana.

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Rutas y turismo activo

Rutas, turismo activo y cartografía

La Comarca Oriental de Asturias y especialmente el Parque Nacional de los Picos de Europa te ofrece la posibilidad de disfrutar de diversas actividades de turismo activo así como de rutas a pie o en coche.
Aquí encontrarás toda esta información, junto a mapas, folletos y todas las pautas necesarias para una feliz estancia en el Parque Nacional de los Picos de Europa.