El Cabo Torres, en Gijón/Xixón, nuestro punto de partida, ha jugado un papel estratégico por iluminar no sólo a los marineros, sino también a las naves de guerra, viajeros y mercancías desde tiempos inmemoriales. La construcción del puerto de El Musel y la demolición de la antigua vigía de Santa Catalina animaron a erigir esta construcción, inaugurada en 1924, en un enclave único. En su interior, encontraremos un espacio museográfico con la historia de la bahía gijonesa, y en su exterior, un mirador gráfico con las aves marinas de la zona. Esta península nos ofrece los restos del castro prerromano de origen astur de la Campa Torres, conocido como Noega. Visitaremos el Parque Arqueológico-Natural de la Campa Torres y conoceremos los orígenes de esta ciudad vinculada al mar.
Esta gran urbe bañada por el Cantábrico, una de las principales poblaciones de Asturias, nos ofrece un sinfín de posibilidades, por lo que merece la pena, si se puede, dedicarle más de una jornada turística. Recorreremos el barrio de pescadores de Cimavilla para sentir el sabor marinero de sus calles. Está enclavado en el Cerro de Santa Catalina, coronado por la escultura de "El Elogio del Horizonte", de Eduardo Chillida. A sus pies encontraremos la antigua rula, convertida en sala de exposiciones, oficinas y restaurante; el puerto deportivo y las playas de Poniente y L'Arbeyal.
Al otro lado, la imponente iglesia gótica de San Pedro, el museo con las termas romanas prácticamente en su subsuelo y la playa de San Lorenzo, con parada obligada en La Escalerona, uno de los accesos más emblemáticos del arenal. No dejes de visitar el Museo Casa Natal de uno de sus "hijos predilectos", el ilustrado Gaspar Melchor de Jovellanos, y el Lavadero, tradicionalmente punto de encuentro de pescadores y rederas y hoy convertido en uno de los lugares con más ambiente de la ciudad. Si la estancia te lo permite, visita el Acuario. Tampoco dejes pasar la oportunidad de tomarte una sidra y degustar la cocina tradicional asturiana y marinera.
La ruta continúa por la costa, en paralelo a las playas de La Ñora y de España, hasta llegar a Tazones, con uno de los faros mejor conservados de Asturias. Sobre la punta del Olivo, funciona desde 1864 en un amplio entorno ajardinado con unas bonitas vistas. Su forma es octogonal, con una escalera de caracol en su interior por la que el farero accede hasta la linterna que ilumina el Cantábrico.