Gijón/Xixón es una ciudad moderna y plural, forjada entre campamentos romanos y astilleros, que se asoma cada día al Muro de San Lorenzo con vocación marinera y la misma necesidad de abrirse al mundo que tenía Jovellanos cuando escribía en latín. Tiene alma marinera, obrera y balnearia, combina la sidra y el “pescau” con el legado industrial, el espíritu náutico y las pomaradas; pasea entre pabellones feriales, instalaciones portuarias, campus universitarios y grandes espacios culturales. Despliega un callejero lleno de sorpresas y se abre a hermosas sendas costeras, parroquias rurales y vías verdes donde la naturaleza se respira muy hondo.
Historia y cultura de Gijón
Su pasado es uno de los capítulos más intensos de ese gran relato que es Asturias. Ostenta el título de ciudad más antigua del Principado, con dos mil años documentados y raíces que se hunden hasta el Neolítico, como atestigua la necrópolis del Monte Deva. El Parque Arqueológico de la Campa Torres conserva un castro que marca el tránsito de la cultura indígena a la romanización. Y no muy lejos, la Villa Romana de Veranes nos muestra cómo vivía una élite rural en los últimos siglos del Imperio.
Ciudad romana, ciudad obrera, ciudad cosmopolita
La crónica estrictamente urbana de Gijón/Xixón arranca en el Cerro de Santa Catalina, promontorio que penetra el Cantábrico y donde los romanos fijaron los cimientos de la antigua Gigia. Este istmo estratégico, rodeado por una muralla defensiva de más de 900 metros, fue el germen de la ciudad y más tarde del barrio de Cimadevilla/Cimavilla. Testimonio de la época son sus baños públicos, hoy Museo de las Termas Romanas de Campo Valdés, con salas bien conservadas del frigidarium al caldarium, y paneles y recreaciones que nos acercan la visión romana del baño como higiene, placer e ingeniería.
Este museo se encuentra al pie de la Iglesia de San Pedro, faro espiritual en el extremo occidental del Muro de San Lorenzo. El templo actual se levanta sobre otro del siglo XV, siglo en el que los Reyes Católicos autorizaron la construcción del primer puerto gijonés. Por aquel entonces, Cimavilla era ya un barrio de pescadores, comerciantes y nobles con escudo, que fue creciendo al compás de los siglos, dejando tras de sí una arquitectura señera: el Palacio de Valdés (siglo XVI), la Torre del Reloj (siglo XVI, reconstruida en el XX), la Casa de Nava (XVIII) o el Palacio de Revillagigedo (XVIII). Se conserva también la capilla de La Soledad, que acogía al gremio de mareantes, y Nuestra Señora de los Remedios, donde reposa Gaspar Melchor de Jovellanos, figura clave de la Ilustración española, cuyo legado se conserva en el Museo Casa Natal de Jovellanos.
Desde mediados del siglo XIX, Gijón/Xixón se fue consolidando como centro industrial de Asturias. En Cimavilla, la Fábrica de Tabacos marcó un hito en el empleo femenino: las célebres cigarreras fueron pioneras del trabajo fabril y la lucha obrera. Pero el gran cambio llegó con el carbón. El ferrocarril unió la ciudad con las cuencas mineras y, en 1907, se inauguró el puerto de El Musel(se abre en una pestaña nueva), clave para la exportación. A su alrededor crecieron fábricas, astilleros y ciudadelas como la de Celestino Solar, hoy museo al aire libre con 24 viviendas alineadas y patios comunes. La expansión empujó la ciudad hacia el oeste, dando lugar a barrios como La Calzada, El Natahoyo o Jove, habitados por una clase trabajadora diversa (estibadores, cargadores, metalúrgicos), que fue germen del movimiento obrero asturiano - buena parte de este episodio histórico puede conocerse en el Museo del Ferrocarril de Asturias -. En la década de los años 50 del siglo XX, la construcción de la Universidad Laboral simbolizó la unión entre trabajo, disciplina y formación técnica al servicio del Estado. Hoy, este edificio (el mayor de España con 270.000 m²) es un ejemplo de cómo la identidad industrial puede reciclarse en energía creativa y actitud cosmopolita.
Gijón cultural
La Universidad Laboral es, sin lugar a dudas, el coloso del paisaje cultural gijonés. Reconvertida en “Laboral Ciudad de la Cultura”, su monumentalidad acoge un bullicio creativo con grandes salas para las artes escénicas y conciertos de toda índole. Con aulas, platós y residencias para artistas, pensadores y aprendices de todo signo. Anexo al conjunto, Laboral Centro de Arte y Creación Industrial actúa como antena sensible del arte, la tecnología y la sociedad actual, con exposiciones que interpelan, provocan y, a menudo, descolocan. Aquí la cultura no se exhibe, más bien se experimenta.
Otro buque insignia de la vida cultural de Gijón es el Teatro Jovellanos(se abre en una pestaña nueva). Su elegante fachada, y su interior de inspiración italiana, lo hacen inconfundible, pero lo que realmente lo define es la variedad y calidad de su programación: teatro, danza, ópera, músicas del mundo y propuestas para todos los públicos. Es además la sede principal del Festival Internacional de Cine de Gijón(se abre en una pestaña nueva) (FICX), que tiene lugar la segunda quincena de noviembre. Un festival que desde 1963 ha ido evolucionando hasta convertirse en una plataforma clave del cine independiente internacional, sin perder nunca su espíritu libre y provocador.
La Semana Negra(se abre en una pestaña nueva), que tiene lugar en julio en los antiguos terrenos de Naval Gijón, es uno de los eventos veraniegos más consolidados de Asturias, y una referencia nacional en literatura negra. Pero va mucho más allá del género: escritores, feriantes, conciertos, debates y pulperías conviven en armonía, como piezas de un rompecabezas ideado por Paco Ignacio Taibo II, quien definió así el evento: “un artefacto revolucionario disfrazado de feria”.
Gijón/Xixón acoge a lo largo del año otras muchas propuestas para todos los gustos y públicos. En febrero, FETEN(se abre en una pestaña nueva), la Feria Europea de Artes Escénicas para Niños y Niñas, llena la ciudad de teatro, títeres, danza y circo. Mayo trae el L.E.V.(se abre en una pestaña nueva), epicentro de la electrónica y la vanguardia audiovisual. También en primavera, el Gijón Sound Festival(se abre en una pestaña nueva) ocupa calles y salas con conciertos de bandas destacadas del panorama nacional e internacional. Metrópoli(se abre en una pestaña nueva) inaugura el verano con una propuesta multidisciplinar: música, cómic, videojuegos, exposiciones y ocio familiar. En julio, el Tsunami Xixón reúne lo mejor del rock alternativo, y a finales de este mes, el Festival Ye-Yé(se abre en una pestaña nueva) mantiene vivo el espíritu sesentero con lambrettas, patillas y camisas impecablemente abotonadas.
A esta agenda se suma la oferta de pinacotecas y otros centros culturales de la ciudad. El Museu del Pueblu d’Asturies es todo un referente de la conservación etnográfica asturiana - acoge además el Museo de la Gaita -. El Museo Nicanor Piñole, nos regala obra íntima y costumbrista de este gran pincel gijonés. El Museo Barjola se enfoca al arte contemporáneo, y en el Museo Evaristo Valle(se abre en una pestaña nueva), arte, jardín y arquitectura conviven con suma elegancia. Todo esto se completa con exposiciones temporales en el Antiguo Instituto(se abre en una pestaña nueva) y el Palacio de Revillagigedo, dos espacios clave de la vida cultural gijonesa.
Playas y actividades al aire libre
Quizás sean las playas las que más contribuyan al carácter de sus ciudadanos, pero, aunque todos los gijoneses presuman de ser “playos”, es este un gentilicio que alude a los nacidos en Cimavilla: barrio marinero sin par, con muchos personajes célebres por metro cuadrado, y habla propia y socarrona.
Las playas urbanas de Gijón
Las playas urbanas son el escenario lúdico de la ciudad. San Lorenzo, con su perfil de concha y su extenso Muro de más de kilómetro y medio, es un movimiento perpetuo que va del popular punto de encuentro del Naútico o la Escalerona, hasta el extremo de los Mayanes, donde los surfistas más expertos buscan El Mongol - ola esquiva y legendaria -. Bañistas (algunos en pleno enero), paseantes sin prisa, ciclistas, patinadores clásicos y skaters se entremezclan con turistas en una coreografía diaria que nunca cesa. Además, proliferan las escuelas y servicios de alquiler para practicar surf, bodyboard o paddle surf, con actividades organizadas para principiantes o mejorar el nivel.
Un poco más al oeste, la playa de Poniente, un arenal artificial, ofrece ambiente familiar, aguas tranquilas y parque infantil. Se conecta con el paseo del Muro de Poniente, ideal para caminar, patinar o ir en bici. Muy cerca, el Acuario de Gijón recorre ecosistemas marinos de todo el mundo, con más de 250 especies, incluyendo tiburones o pingüinos. En esta zona también es posible disfrutar de un complejo con uso terapéutico y de ocio del agua marina. Más al oeste, entre El Natahoyo y La Calzada está El Arbeyal, una playa de barrio con zonas verdes, que se disfruta como plaza pública junto al mar.
El puerto deportivo de Gijón(se abre en una pestaña nueva) nos ofrece otras opciones más allá del baño: desde el alquiler de lanchas, kayaks, o motos de agua, hasta aventuras de flyboard o banana acuática. También hay espacio para la pesca deportiva o el buceo, y la vela mantiene su tradición y sus cursos de verano en el histórico Real Club Astur de Regatas(se abre en una pestaña nueva), uno de los más antiguos del país.
Rutas, miradores y espacios naturales
Más allá del casco urbano, el litoral gijonés esconde muchos rincones agrestes. Hacia el este, playas como Peñarrubia, rodeada de acantilados y frecuentada por naturistas; Serín y La Cagonera(se abre en una pestaña nueva), calas propicias para la pesca submarina; O Estaño, con su arena oscura y su Pozo del Cura, una piscina natural de roca. Se puede llegar a estos enclaves siguiendo la Senda del Cervigón, un trazado costero de unos diez kilómetros que serpentea hasta la playa de La Ñora. El camino arranca en la parte oriental de San Lorenzo, en El Rinconín, junto a la escultura de La Madre del Emigrante - la entrañable “Lloca” -, que con sus brazos abiertos sigue esperando a quienes partieron. A media hora de caminata aparece el mirador del Parque de la Providencia: lanza apuntando al Cantábrico y uno de los balcones más impactantes de la costa gijonesa junto -claro está- al Elogio del Horizonte, símbolo turístico de la ciudad. Ubicado en lo alto del Cerro de Santa Catalina, donde el viento se arremolina y las gaviotas dictan cátedra, esta monumental obra de Eduardo Chillida es el símbolo más reconocible de Gijón/Xixón. Una estructura “elipsoide”, de diez metros de altura, que enmarca el paisaje marino y que, según dijo su autor, favorece el encuentro entre el ser humano y el cosmos.
Hacia el interior del concejo, la Senda del Piles recorre 19 kilómetros desde El Kilometrín - en las inmediaciones del estadio de fútbol de El Molinón - hasta la parroquia de Vega, combinando tramos urbanos con bosques de ribera. Enlaza con la Vía Verde de La Camocha, que aprovecha el viejo trazado minero entre el pozo de La Camocha y Veriña. Asimismo, desde Tremañes puede realizarse un recorrido circular de 25 kilómetros que atraviesa zonas industriales, vegas y paisajes naturales, con posibilidad de tomar un ramal y ascender al Pico el Sol. Desde este alto vemos Gijón/Xixón, Oviedo/Uviéu y la rasa de Avilés. Es una ruta ideal para cicloturistas, como tantas otras que atraviesan las 24 parroquias rurales (más información aquí). Y para quienes buscan historia al paso, la Ruta Arqueológica de Cenero - de apenas cuatro kilómetros - une la abadía de Cenero, conocida como la "catedral románica de Gijón" (1260), con la villa romana de Veranes. Un itinerario integrado en la antigua Ruta de la Plata que combina patrimonio y hermosos paisajes.
En la parroquia de Cabueñes, Gijón/Xixón se mezcla con el campo sin dejar de ser ciudad. Por aquí transcurre el Camino de la Costa a Santiago (que baja desde el Alto del Infanzón), y aquí se encuentran dos lugares muy especiales: el Jardín Botánico Atlántico, que reúne la flora del mundo atlántico con fines divulgativos y científicos; y la Carbayera de El Tragamón, un robledal centenario que supera las cuatro hectáreas de superficie. Muy cerca, el Campo Municipal de Golf La Llorea, hace disfrutar a aficionados de todos los niveles.
Consejos para disfrutar de Gijón
Gijón/Xixón, con unos 270.000 habitantes, es la ciudad más poblada de Asturias. Cuenta con buenas conexiones ferroviarias, autobuses urbanos y una red de carriles bici en expansión. A pie, es amable y accesible: nada queda demasiado lejos. Ahora bien, quien busque un centro urbano al uso pronto descubre que aquí no hay un centro, sino muchos. Es una ciudad-pulpo, que reparte su energía por diversos tentáculos urbanos. Es centro el ancho Paseo de Begoña y el Muro de San Lorenzo, con pleamares de viandantes. También lo son Cimavilla -barrio marinero y fiestero, repleto de chigres y terrazas- y el Puerto Deportivo, con sus populares Letronas. Son centro las calles modernistas del ensanche burgués (Marqués de San Esteban, Jovellanos, La Merced o Cabrales) y las comerciales de Corrida, Uría o Los Moros. También lo son la plaza del Parchís, la del Humedal y la plazuela de San Miguel. Incluso se está “centrado” en barrios como La Arena, El Llano, El Natahoyo o La Calzada, cargados de vida, comercios y equipamientos. Lo mismo en el Parque de Isabel la Católica, con más de 150.000 m² de jardines, y en el entorno de La Guía, con sus espacios feriales y deportivos. Incluso las parroquias rurales se sienten como centro, pues aquí también se organizan, como en el caso de La Laboral, funciones de teatro, conciertos o exposiciones audaces. En las “afueras” proliferan facultades, centros comerciales, circuitos deportivos o llagares a tope de espichas y de comensales, como sucede en Veriña, Bernueces, Somió o Cabueñes.
Gijón/Xixón ofrece razones de sobra en cualquier estación, incluso con la celebración del Antroxu (Fiesta de Interés turístico del Principado), carnaval a la gijonesa, donde la guasa va de luto riguroso acompañando a la sardina y la ciudad se transforma en un escenario de mascaradas, charangas y desfiles. Durante varios fines de semana al año podemos disfrutar también del El Mercado Artesano y Ecológico de Gijón, único en su especie y también declarado Fiesta de Interés Turístico de Asturias.
Cuando llega el verano, Gijón/Xixón se encuentra en su salsa. La playa de San Lorenzo cobra todo su significado y la brisa marina lo impregna todo. Durante la primera quincena de agosto, el recinto ferial Luis Adaro acoge la Feria Internacional de Muestras de Asturias, evento con un siglo de historia donde se dan cita comercio, empresa, ocio y gastronomía, en un ambiente bullicioso y festivo. A mediados de agosto, la Semana Grande regala conciertos gratuitos, folclore, gastronomía, exhibiciones aéreas, fuegos artificiales y sidra a raudales. Y a finales de agosto llega el Festival de la Sidra Natural (Fiesta de Interés Turístico del Principado), donde miles de personas escancian al unísono en la playa de Poniente para batir el récord Guinness. También durante esos días tiene lugar el Concurso de Saltos Internacional, una semana de altísima competición hípica en el Complejo Deportivo de las Mestas.
Para dormir: hoteles familiares, históricos, singulares, o de grandes cadenas; apartamentos céntricos y casas rurales con alma. Para no dormir: el espíritu “indi” del Xixón Sound de los 90 sigue vivo en los conciertos programados por salas como Acapulco, Albeniz, Savoy o Gijón Arena. Y para tomarse unas copas, el ambiente está en Fomento, el Puerto Deportivo y Cimavilla. Para comer: siempre hay una mesa, buenos menús del día, sidrerías bien puestas, restaurantes de postín, alta cocina. Material de primera de la lonja, víveros propios o cetáreas: chicharrinos, bocartinos, parrochines pulpín de pedreru con patatines, calamar de potera, oricios (erizos de mar), llámpares, chopa a la sidra… Y el postre: arroz con leche, casadielles, charlota o tarta gijonesa (bizcocho recubierto de crema de turrón).
El domingo por la mañana hay que dar una vuelta por el rastro, el mayor mercado ambulante de Asturias; un festín para madrugadores, curiosos y cazadores de gangas. Tiene lugar en las inmediaciones del El Molinón, el estadio de fútbol más antiguo de España, al que deberíamos entrar un domingo por la tarde para disfrutar de una de las aficiones más fieles del país.
En fin… Gijón/Xixón es ese buen libro que no queremos que se acabe nunca.
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À Voir et À Faire
- Las diez mejores cosas que ver y hacer en Gijón.
- La Ciudad de Gijón/Xixón.
- Gijón romano: Termas, Villa romana de Veranes y Campa Torres.
- Gijón natural: Jardín Botánico, Playa de San Lorenzo y sendas verdes.
- Gijón gastronómico: Gijón Goloso, Gijón Gourmet y Ruta de la Sidra.
- Gijón cultural: La Laboral, Museo Casa Natal de Jovellanos(se abre en una pestaña nueva) y Teatro Jovellanos.
- Gijón es mar: Acuario, Forus Gijón (Playa de Poniente) y actividades náuticas.