La Asociación Cultural Llacín de Porrúa, que destaca por sus novedosos planteamientos culturales, celebra su ya clásico mercado tradicional siempre el cuarto fin de semana de agosto, en la plaza circular llamada El Parque, que posee dos anillos de árboles y un singular quiosco, y fue inaugurada en 1934. El Mercáu de Porrúa, con dos décadas de historia, fue el primero de este tipo de eventos, que ahora proliferan, que se organizó en Asturias. Es quizá ésa una de las claves para entender por qué es una de las fiestas llaniscas que más público congrega, pese a ser de nuevo cuño. El marco en que se desarrolla hace que sea un acontecimiento singular y de gran aceptación para todo tipo de visitantes. Una de sus características más destacadas es la gran implicación del pueblo de Porrúa, cuyos vecinos colaboran de manera desinteresada y se hacen cargo de una importante proporción de los puestos que la organización prepara, como la taberna, una plancha, una parrilla, puestos de pinchos, frixuelos, churros, tortos, sardinas, dulces, café y licores. Pero además es un escaparte de artesanía y de espectáculos entrelazados a lo largo de dos días completos, en donde la vestimenta juega un papel singular, exigible para poder participar en las acciones y trabajos que se llevan a cabo. Solamente del pueblo de Porrúa se visten unas ciento cicuenta personas. En el apartado de artesanía, participan unos noventa y cinco puestos (limitados por el espacio disponible) de los cuales veinte son talleres que trabajan en vivo, que permitirán recorrer y echar un vistazo a personas trabajando en directo en oficios como cunqueiros, herreros, plateros, azabacheros, zapateros, ceramistas, ‘lloquereros', artesanos de la madera, del cuero, entre otros… En el resto podremos contemplar puestos de exposición y venta de otros artesanos….