La gastronomía asturiana es muy rica y combina equilibradamente tradición e innovación en todo tipo de platos y creaciones:  sopas, guisos y legumbres, pescados y mariscos, carnes y aves, ensaladas y verduras, tapas y pinchos,  arroces, pastas y postres.

/documents/39908/1670098/fabes-con-almejas.jpg/79e3e656-3c9a-c444-595b-38437005ee98?t=1687331590948

Foto de un bodegón con un plato de fabas con almejas en primer plano.

Las recetas de cocina asturianas son saludables, sabrosas y muy variadas. En realidad, son parte esencial del universo gastronómico astur, caracterizado por una intensa historia, una fuerte identidad, una arraigada tradición, una inmensa riqueza y calidad de las materias primas, y una destacada presencia de los paisajes geográficos y humanos.

La historia y la tradición son, sin duda, dos notas características de esa personalidad inconfundible y única de la gastronomía asturiana, que cobra mil formas y sabores a través de cientos de recetas de cocina de todo tipo.

En este cosmos culinario, hay recetas de siempre, de esas que se transmiten de generación en generación, y otras de nuevo cuño, basadas en la creatividad y experiencia de sus autores, que siempre tienen en cuenta las señas de identidad que definen la cocina de paisaje en Asturias.

/documents/39908/1670098/postre.jpg/4a966005-ebda-32db-cb38-b2859f6b1dc1?t=1687331593151

Foto artística de un postre.

El resultado de la interacción de las distintas fuentes que alimentan la gastronomía asturiana es brillante y diferente, y ello hace que la cocina en Asturias sea uno de los principales atractivos turísticos para propios y foráneos.

Saborear el Paraíso Natural a través de sus múltiples y excelentes recetas de cocina es siempre una experiencia única que te hace viajar a momentos y emociones irrepetibles.

Recetas de cocina
Ir a Imagen Pitu de caleya guisado

Dónde

  • Un pollo de corral de unos 4 kilos
  • 3 cebollas
  • 1 pimiento verde grande
  • Una cabeza de ajos y otros 4 dientes de ajo para el adobo
  • 1/2 litro de aceite de oliva
  • 1 copita de coñac
  • 1 vaso y 1/2 de vino blanco
  • Caldo de pollo
  • 1/2 kilo de patatas
  • Pimientos rojos
  • Sal

Cortamos el pollo en trozos, lo sazonamos y lo adobamos con los 4 dientes de ajo machacados en un mortero con 3 cucharadas de vino blanco durante 2 horas.


En una cazuela, con 4 cucharadas de aceite de oliva, sofreímos las cebollas, la cabeza de ajos (previamente pelados) y el pimiento verde picados. Mientras, freímos el pollo en una sartén con el restante aceite de oliva hasta que los trozos se doren, sacamos y reservamos. Cuando la cebolla del refrito adquiera un tono dorado, añadimos el pollo a la cazuela y la tapamos. A continuación, añadimos una copita de coñac y flambeamos, añadimos una copa de vino blanco y dejamos cocer hasta que se evapore el alcohol.

Cubrimos la preparación con caldo de pollo, sazonamos y dejamos cocer hasta que el pollo esté tierno, unas dos horas y media. A continuación, sacamos los trozos de pollo de la cazuela y pasamos la verdura con el caldo resultante por un pasapuré, volvemos a introducir el pollo con su salsa en la cazuela y dejamos cocer unos minutos.


Acompañamos de patatas fritas y pimientos rojos.