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Cuando las olas chocan contra los acantilados, el agua penetra por las grietas y cavidades de la roca, acumulándose bajo tierra. La presión ejercida por el agua, al encontrar una salida, provoca unos impresionantes chorros que pueden alcanzar varios metros de altura, acompañados de un característico sonido siseante. Este fenómeno, que asemeja a un géiser marino, ha convertido a los bufones en uno de los mayores atractivos turísticos de Asturias.
Los bufones más conocidos se encuentran en los concejos de Llanes y Ribadesella. Su observación resulta una experiencia inolvidable, pero siempre debe hacerse desde un lugar seguro, respetando las indicaciones y señalizaciones. La fuerza de la naturaleza es impredecible y es esencial mantener una distancia prudencial de estos fenómenos.
Sin duda, una experiencia que dejará una huella imborrable en cualquier visitante. Es importante destacar que la actividad de los bufones no es constante y depende de diversos factores, como la fuerza del oleaje, la marea y las condiciones atmosféricas. El mejor momento para verlos en su esplendor es durante la marea alta coincidiendo con una mar agitada.
