Entre el Cantábrico y la Sierre del Sueve, en una fructífera franja de tierra verde, ahí está Colunga. Hace millones y millones de años, los dinosaurios camparon a sus anchas por estas tierras y nos dejaron su recuerdo en forma de icnitas. Su descubrimiento convirtió la costa de Colunga en referencia internacional para investigadores y turistas y fue el germen del Museo del Jurásico, situado en la rasa de San Telmo y que hoy en día visitan miles de personas cada año.
Playas que son un clásico para el veraneo como las de La Griega, La Isla o La Espasa, entre otras, o villas marineras como Llastres, espectacular desde el mar y desde la tierra, con su arquitectura de casas ‘escalonadas' mirando al mar, son uno de los reclamos turísticos de la zona.
Importante no perderse el caso histórico de la capital del concejo con sus ejemplos de arquitectura indiana, entre otros, y sus referencias a ilustres como el bioquímico Grande Covián; el templo prerrománico de Santiago de Gobiendes; las vistas desde la capilla de San Roque en Llastres o la subida al mirador de El Fito, en el corazón de la Sierra del Sueve, son algunos de los lugares que ningún viajero se puede perder en su visita a Colunga.