El extremo más oriental de Asturias, personificado en Peñamellera Baja, nos sorprende con tesoros naturales y culturales. Muchos son los pueblos que llaman la atención por su ambiente de aldea asturiana y por las casas y palacios - medievales, renacentistas, o indianos - que nos podemos encontrar y buen ejemplo de ello son, entre otros, Cimiano, Suarías, Merodio, Alevia, Narganes, Cerébanes o Abándames – ésta última fue la capital de las dos Peñamelleras y todavía conserva el esplendor y señorío propio de su rango con el mayor número de palacios y casas blasonadas de todo el valle. Peñamellera Baja se asoma al Cares-Deva en todo su territorio, con cotos de pesca de singular belleza, como el Tilo, Monejo, El Coyú…, y a la Prehistoria con cuevas como La Loja. Puerta señera a los Picos de Europa, tiene su parte más agreste en Cuñaba o San Esteban, con bosque, mirador y título de Pueblo Ejemplar. El Cares-Deva, ese río sagrado, hace fértil a la Ribera - Para, Cerebánes y Cavandi -, nos regala la Sauceda de Buelles y convierte a Panes, capital del concejo, en referencia internacional de la pesca fluvial del salmón. Además Panes en su paseo de las escolleras ofrece al viajero una de las más bellas sendas fluviales de todo el oriente de Asturias.
Desde la mayoría de los pueblos de este municipio podemos disfrutar de diferentes y variadas rutas de montaña. Destacando las de los pueblos de San Esteban y Cuñaba por el Parque Nacional de los Picos de Europa.
Después de echar un vistazo al Museo de los Bolos, también en Panes, sabremos todo sobre ese deporte tan astur, y estaremos en condiciones de disfrutar contemplando San Juan de Ciliergo o el Puente Viejo de Robriguero, sin olvidarnos de degustar los magníficos quesos de Picos de Europa, cuyo certamen se celebra en Panes cada verano.