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San Tirso de Abres

Vista panorámica de San Tiso, capital de San Tirso de Abres, un pequeño pueblo que se extiende a los pies de una colina verde, salpicada de árboles y casas dispersas. En la cima, se erigen varios molinos de viento, que contrastan con la tranquilidad del entorno. El cielo, con nubes blancas y grises completa la escena.
San Tirso de Abres
Territorio del río Eo, refugio para pescadores de truchas, reos y salmones. Dispone de un paseo fluvial de más de dos kilómetros con parque biosaludable y un área recreativa con piscina estival en un entorno de abedules, fresnos, alisos, arces y castaños. San Tirso fue y seguirá siendo tierra de peregrinos de la Ruta Jacobea Norte interior más primitiva. Así es San Tirso de Abres.
Vista de la cascada Pena do Encanto en San Tirso de Abres, una cascada que se precipita entre rocas cubiertas de musgo, creando una cortina de agua que se desvanece en una poza. La exuberante vegetación, con helechos, un tronco caído cruzando la cascada y árboles cubiertos de musgo, envuelve el entorno en un manto de verde intenso.
Vista panorámica de Salcido, en San Tirso de Abres, un valle verde, salpicado de pequeñas aldeas y bosques que se extiende hacia un horizonte de colinas onduladas. La luz del sol crea contrastes entre las sombras de los árboles y la luminosidad de los prados, mientras el cielo, con nubes blancas y azules, añade belleza a la imagen.
Un grupo de ciclistas disfruta de un paseo tranquilo por un tramo de la Vía Verde del Eo en San Tirso de Abres, un antiguo trazado ferroviario, ahora reconvertido en un sendero para amantes de la naturaleza y el deporte. El paisaje, caracterizado por su exuberante vegetación y suaves pendientes, invita al contacto con el entorno rural.
Vista de la Ruta del Ferrocarril en San Tirso de Abres. Un camino de tierra serpentea a través de un bosque otoñal, donde los árboles exhiben una paleta de colores cálidos, mientras que al fondo se ve un pequeño túnel. La luz del sol se filtra entre las hojas e invita a disfrutar de la naturaleza.
Información

Pueblo Ejemplar de Asturias 2011, ribereño del Eo y etapa en el Primitivo Camino de Santiago. El paisaje natural y la morfología de San Tirso de Abres están marcados por el río Eo, que les da forma y belleza, convirtiéndolos en frondosos bosques de galería y dando forma a un espléndido valle fluvial con sus vegas fértiles y el discurrir del anhelado Eo. Río afamado por las capturas de salmones, de truchas y reos con sus aguas cristalinas sobre fondos pizarrosos donde suenan los cantos al rodar y las ranas al croar, ésos que se pueden ver desde el antiguo refugio de pescadores de Xesteira, al que se accede por un puente colgante…

El Eo transcurre modelando el paisaje de este enclave ribereño que recibe el sobrenombre de "la perla del Eo", quedando accesible en el paseo fluvial de O Chao y su área recreativa, lugares simbólicos de la apacible vida de este pueblo siempre acogedor que ofrece al visitante un recuperado y bien conservado patrimonio histórico- artístico visible en las capillas de San Juan, San Isidro y Santa Apolonia y en la Iglesia de San Salvador.

San Tirso de Abres ha visto y vivido a lo largo de los siglos el paso de peregrinos hacia Santiago de Compostela y el transcurrir del tren minero que transportaba limonita de hierro hacia destinos europeos en la pasada centuria, hoy se convierten en rutas para disfrutar.

Población: 522 habitantes
Superficie: 31,41 km2

San Tirso de Abres
GPS: 43.4100173,-7.1413822