Turismo Rural. De las Fuentes del Narcea al territorio vaqueiro.
De las Fuentes del Narcea al territorio vaqueiro
Cangas del Narcea, Ibias y Degaña son tierras con una gran riqueza paisajística y etnográfica. Cangas del Narcea, además del Parque Natural que comparte con Degaña e Ibias, es también historia de la minería y de la viticultura en Asturias, contando para ello el vino con la Denominación de Origen Protegida Cangas, además de un complejo museístico dedicado al vino. La villa tiene rincones encantadores, como la calle Mayor, y barrios tan antiguos como Entrambasaguas y El Cascarín.
Los tres concejos forman el Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias.
Edificios de interés son, sin duda, el parador, antiguo monasterio de San Juan Bautista de Corias, y el santuario de la Virgen del Acebo. Algunos pueblos guapos son Bisuyu, donde nació el dramaturgo Alejandro Casona; la subida a El Puertu; Xedré, Mual, Xinestosu y L.lamas del Mouru, donde están los artesanos de la cerámica negra. Una de las citas obligadas para los amantes de la naturaleza es la del bosque de Muniellos.
Viñedos.
Bosque de Muniellos.
Más inexplorados, pero no por ello menos hermosos, son Degaña e Ibias. En el primero, Trabáu, El Corralín y Fonduveigas son pueblos con mucho interés etnográfico. En cuanto a Ibias, los hórreos con tejado de palloza llaman la atención del viajero. Otros, sin embargo, los tienen de pizarra. Pueblos preciosos, muchos de ellos emparrados y sorprendentes, son Uría, Alguerdo, Valvaler, Seroiro y Pradías, además de Riodeporcos, al que se accede por un puente colgante.
Riodeporcos (Ibias).
Tierras llenas de historia también, de tradiciones singulares, de cultura propia y de amor por las raíces son las de los concejos de la Comarca Vaqueira: Valdés, Salas, Tineo, Cudillero y Allande, aunque también hay vaqueiros y raíces vaqueiras en Somiedo, Teverga y Cangas del Narcea. El nombre se debe a que a todos estos sitios, puertos y brañas, llevaban sus ganados los vaqueiros de alzada.
VAQUEIROS DE ALZADA
Los vaqueiros de alzada surgieron como un grupo social concreto en el siglo XV en la zona centro-occidental de Asturias. Se les conoce por ser ganaderos de vacuno y por realizar la "alzada"; es decir, que, tras vivir en el invierno en los pueblos del valle, llegado el buen tiempo "alzaban" literalmente su casa y, con todos sus enseres y lo necesario para vivir, se iban a pasar primavera y verano con los animales a los puertos, viviendo en las cabañas mientras atendían y cuidaban de sus animales. Su aislamiento geográfico, una cultura propia y un modo de vivir más independiente y libre hizo que durante siglos estuvieran mal vistos entre el resto de la población, que los llamaba a su vez xaldos y marnuetos. Actualmente, sus tradiciones, su cultura y su preocupación por transmitirla ocupan el lugar que se merece en cuanto a su importancia en la historia del pueblo asturiano, habiendo superado con el tiempo cuantas trabas se les impusieron, que significaron muchos años de marginación social.
Boda Vaqueira.
Montefurado (Allande).
Allande es un concejo para disfrutar. En él se puede visitar Montefurado, en el puerto del Palo, o pueblos tan únicos como Bustantigo, Berducedo, Mon e Is. Imprescindible conocer el pueblo medieval de San Emiliano. Entre sus brañas más hermosas está la de Campel. Los que buscan tejos con historia deben ver los de la iglesia de Santa Coloma. Su castro más relevante es el de San Chuis. Valdés tiene en L.luarca, su capital, uno de los puertos más bonitos del Occidente. Además de playas, hacia el interior merecen una visita pueblos como Trevías o Brieves, sin olvidar el valle de Paredes, su ruta de las foces del Esva o brañas vaqueiras como las de Arcayana, Argumosu, Enverniegu y Aristébanu. En esta última, que linda con el concejo de Tineo, cada año se celebran la boda y el festival vaqueiros.
L.luarca (Valdés).
En Salas impresiona su casco antiguo, con edificios como la iglesia de San Martín, la colegiata de Santa María la Mayor y la torre palacio de los Valdés-Salas. También el tejo milenario que crece en medio del cementerio, la subida al santuario de la Virgen del Viso y los hermosos pueblos indianos de Malleza, Mallecina y La Granja. En Cornellana, visita obligada por el exterior al monasterio de San Juan Bautista, donde se detienen los peregrinos. Como en el caso anterior, también por Tineo pasan los que van hacia Santiago. Aunque sea sólo por el exterior, es preciso visitar los monasterios románicos de Oubona y San Miguel de Bárzana; el precioso e impresionante carbayu (roble) de Valentín; Navelgas, con una gran historia de minería romana y donde se sigue bateando oro, y Naraval, donde está el museo vaqueiro.
Salas.
Poderío, asombro y enamoramiento provoca en el viajero el descubrimiento del puerto de Cudillero, sin duda impresionante con su anfiteatro colgando sobre el mar.
No dejan de ser menos bellas sus playas. Guapísimos el Cabo Vidío, su faro y el pueblo de Oviñana, además de los que conforman el valle de las Luiñas, como Soto de Luiña y San Martín de Luiña. Desde él se pueden subir a las brañas de Brañaseca, Gallinero y Cipiello, desde donde con buen tiempo hay unas vistas espectaculares.