Un estuario considerado de alto valor ecológico en el que destaca su vegetación halófila y subhalófila, su importancia faunística, especialmente ornitológica, y la gran variedad de unidades que se generan en su interior.
La ría se abre ampliamente cerca de Tazones, entre las playas de El Puntal y de Rodiles y se va estrechando paulatinamente hasta llegar al centro mismo de Villaviciosa alcanzando los "porreos", denominación que se da en la zona a los terrenos que se han ido ganando al mar y donde se pueden encontrar prados subhalófilos con canales y charcas de gran interés.
El territorio que ocupa se puede dividir en cuatro zonas; el complejo de su desembocadura, donde se encuentra la playa de Rodiles; la bahía arenosa, que se desarrolla en su mayor parte sobre la ensenada de Misiego; las llanuras fangosas, lugar de paso de innumerables especies de aves marinas de gran interés ecológico; y el canal superior, donde la influencia fluvial es más dominante.
La suavidad de los bosques que rodean los valles de la comarca, los convierten en inigualables parajes para el ejercicio del senderismo y al llegar a sus altos de impresionantes vistas se encuentra un espacio ideal para practicar el parapente o el ala delta.
Por la costa y las orillas de la ría es posible practicar gran número de actividades de carácter náutico: surf, windsurf, piragüismo y vela para los más atrevidos, y relajantes paseos en barca por la ría para los amantes del paisaje.
En cuanto al clima, la comarca en la que se encuentra la Ría de Villaviciosa es una zona de temperaturas suaves, donde las heladas son fenómenos raros, especialmente en las proximidades del mar.