Después de lo vivido durante el confinamiento, necesitamos más que nunca volver a respirar. Conectar con la naturaleza exterior, y también con nuestra propia naturaleza. Porque somos animales que "vivimos vidas domesticadas, confortables... pero somos seres naturales". Y no llevamos bien la cautividad.
La filósofa y divulgadora Elsa Punset comparte con nosotros esta y otras reflexiones en una entrevista realizada para el primer capítulo de Asturias: En_clave de Bienestar, en el que nos invita a buscar y promover entornos naturales para mejorar nuestra calidad de vida.
Un equipo de investigadores de las universidades de Exeter (Reino Unido) y Uppsala (Suecia) dio en 2019 con la dosis mínima necesaria: necesitamos al menos dos horas semanales de contacto directo con la naturaleza para que ello impacte en nuestra salud y nivel de bienestar personal.
Asturias cuenta con 7 Reservas de la Biosfera y un 40% del territorio protegido, plagado de bosques donde abundan las "barbas de capuchino", esos singulares líquenes que abrazan las ramas y que son un bioindicador de la pureza del aire.
Ver también: "Aire libre para reequlibrar el cerebro tras el confinamiento" (publicado en El País el 24/06/2020).
Aquí algunos enclaves donde volver a respirar aire puro: