Comarca de la Sidra

- Title Boroughs it comprises Bimenes, Cabranes, Colunga, Nava, Sariego, Villaviciosa
- Site Site: https://www.lacomarcadelasidra.com
En esta tierra la Cultura Sidrera Asturiana (Patrimonio Inmaterial de la Humanidad para la UNESCO) se practica a diario como una gimnasia de identidad y resistencia. En cada llagar, en cada chigre, en cada vaso se reescribe el ancestral acuerdo entre el asturiano y su “poción mágica”. Pero decir que esta comarca es únicamente sidra sería como afirmar que un río puede correr sin cauce. La sidra necesita arraigo: un paisaje que la alimente, una historia que la cuente, una gastronomía que la acompañe, y una cultura campesina que le dé sentido.
Historia y patrimonio de la Comarca de la Sidra
Ubicada en el centro-oriente asturiano, la Comarca de la Sidra conserva un extraordinario patrimonio medieval en el que late su espíritu más profundo. Aquí se concentra la mayor densidad de iglesias prerrománicas y románicas de Asturias, con joyas como San Salvador de Valdediós, San Salvador de Priesca (Villaviciosa) o Santiago de Gobiendes (Colunga). Además, templos románicos como Santa María de Narzana (Sariego) o San Juan de Amandi (Villaviciosa) dan paso a un gótico incipiente en Santa María de la Oliva, en plena capital maliaya.
El legado continúa en villas y palacios: la Casa de los Hevia (Villaviciosa), donde durmió el joven Carlos I tras desembarcar en Tazones, el Palacio de La Ferrería (Nava), o la señorial Casa del Marquesado de Estrada (Bimenes). Todo ello enmarcado por la ruta jacobea del Camino de la Costa, Patrimonio de la Humanidad, que atraviesa paisajes de gran riqueza cultural y natural, antes de alcanzar el apacible valle de Sariego. Parroquias como Fuentes o Sietes, en Villaviciosa, conservan hórreos del estilo decorativo más antiguo de Asturias (“estilo Villaviciosa”, siglos XIV-XVI). También hay buenas casonas indianas en Torazu (Cabranes) o Ceceda (Nava). Asimismo, el Museo de la Escuela Rural de Cabranes es una emotiva ventana al pasado educativo de la comarca.
De mucho más atrás en el tiempo son los túmulos, castros y yacimientos paleolíticos, aunque el tesoro más remoto de esta zona es su costa jurásica. El Museo del Jurásico de Asturias de Colunga, el más visitado del Principado, nos hace muy pequeños ante los dinosaurios y las edades de la Tierra.
Villas marineras, playas, naturaleza, gastronomía
En este territorio, los campesinos entienden de mareas y los marineros saben de manzanos. La comarca se extiende entre el mar Cantábrico y tierras de vocación agraria. La villa de Villaviciosa es su principal núcleo de población, epicentro administrativo y sidrero junto con la villa de Nava, más al interior.
Villas marineras
Llastres, encaramado sobre el puerto como un equilibrista, es uno de los Pueblos más bonitos de España(se abre en una pestaña nueva) y fue nombrado Pueblo Ejemplar de Asturias en 2010 por su tradición solidaria, iniciada en el siglo XIII con la Cofradía de Mareantes. Desde el mirador de San Roque se contempla su perfil marinero y la caída de la Sierra del Sueve hacia el mar. El faro de Llastres, solitario y muy instagrameable, domina los acantilados rodeados de pastos llanos y cielo abierto.
No muy lejos, en el concejo de Villaviciosa, resulta visita obligada el pueblo de Tazones, una localidad también muy fotogénica, emplazada entre la ladera y el mar, con casas bajas de piedra y madera, fachadas coloridas y balcones llenos de flores que se asoman a callejuelas estrechas y empedradas.
La ría de Villaviciosa
En este litoral, la ría de Villaviciosa, con una extensión de 10 kilómetros cuadrados, es un estuario sereno y cambiante, donde el agua salada se mezcla con la dulce entre juncos, alisedas y marismas. Declarada Reserva Natural Parcial, es refugio para aves migratorias y un estuario de gran biodiversidad. Se abre al Cantábrico entre las playas de El Puntal y Rodiles, y se adentra hasta los “porreos”, tierras ganadas al mar que hoy albergan prados húmedos y fecundos ecosistemas. La ría y su costa permiten deportes náuticos como surf o vela, tranquilos paseos en barca, o bellos recorridos senderistas por las inmediaciones.
Playas de Colunga y Villaviciosa
En la comarca de la sidra, las playas se extienden bajo la impronta de una naturaleza intacta y una inalcanzable historia geológica. Rodiles, abierta al Cantábrico y abrazada por la ría de Villaviciosa, destaca como una de las playas más amplias y dinámicas del norte de España. Su sistema dunar protegido y su fuerte oleaje la convierten en un lugar predilecto para los surfistas. Arenales como España o La Ñora (Villaviciosa) conservan su esencia rural, entre acantilados y aguas limpias. La Playa de Merón es un enclave singular de la Costa Jurásica de Asturias, con un rastro de 20 icnitas de dinosaurios.
En las inmediaciones también existe una magnífica senda fluvial por bosques de ribera, la llamada Ruta de los Molinos del Río Merón, que nos permite descubrir ingenios hidráulicos de otro tiempo. En Colunga, la playa de La Griega añade a su encanto natural algunas de las huellas de dinosaurio más grandes del mundo. Un sencillo paseo, perfectamente señalizado, permite al visitante acercarse a esas colosales pisadas y colocarse literalmente sobre ellas. La playa de La Isla (Colunga) ofrece una experiencia singular: en bajamar, un tómbolo de arena permite llegar a pie hasta el islote que le da nombre. Su entorno tranquilo, junto a villas indianas y casas con galerías acristaladas, recuerda el esplendor estival de comienzos del siglo XX.
Rutas por la naturaleza
Pero no todo es costa en esta comarca. Hacia el interior, el senderismo se transforma en arqueología rural. Rutas como la del Ríu Profundu (Villaviciosa) o la Senda de los Molinos de Bimenes combinan senderismo y etnografía, recordando el papel del maíz y los antiguos molinos de agua en la vida campesina. Desde Gobiendes, la ruta a la Cascada de Obaya se adentra en la frondosa Sierra del Sueve, tierra de asturcones y paisajes únicos como el Picu Pienzu, el hayedo de La Biescona o la Tejeda del Sueve, la mayor concentración de tejos de Europa.
El otoño regala uno de los mayores espectáculos naturales: la berrea de los venados, tanto en el Sueve como en la sierra de Peñamayor, un macizo de cumbres suaves que nos permite caminar entre pastos, hayedos y panorámicas abiertas en los concejos de Nava y Bimenes. Las Foces del Río Pendón, en Nava, dibujan un desfiladero de gran belleza.
Cabranes, corazón discreto de la Comarca de la Sidra, se extiende entre valles y lomas cubiertas de bosques autóctonos. Es un lugar ideal para el cicloturismo, con rutas como La Vuelta a Cabranes, un recorrido circular de unos 30 kilómetros con inicio y final en Santolaya, su capital.
Otra buena idea es alcanzar el Alto de La Campa en bicicleta o en coche. Un collado situado entre los concejos asturianos de Sariego y Villaviciosa, ascendiendo suavemente entre praderías, pumaradas y caseríos dispersos. En definitiva, un paisaje que muestra a las claras la esencia rural de esta tierra.
Gastronomía
En la Comarca de la Sidra comer es una expresión de identidad y respeto por el producto local. La cocina se basa en lo que ofrece la tierra y el mar, sin artificios: fabes y potes, carnes de razas autóctonas como la vaca asturiana de los valles, la pita pinta (gallinas de corral), la oveya xalda o el gochu asturcelta (cerdo), junto a quesos artesanales como el de Ovín en Nava, Los Caserinos en Villaviciosa o los de la Saregana de Sariego, embutidos caseros de Bimenes, y pescados y mariscos de las lonjas marineras: merluza del pincho, lubina, pixín (rape), salmonetes, bugres (bogavantes), andaricas (nécoras) o centollos.
La gastronomía trasciende lo culinario y se convierte en acto cultural, con festivales y jornadas que rinden homenaje a cada producto emblemático. Como las Jornadas Gastronómicas del Gochu (Bimenes, primeros días de diciembre), el festival de los oricios en Huerres (Colunga, finales de marzo), o el de la boroña preñada en Torazu (Cabranes, primeros de junio) - rústica hogaza de maíz rellena de chorizo y panceta, ligada a la cocina campesina -. El Festival del Arroz con leche (Santolaya de Cabranes, segundo fin de semana de mayo), es la cita por excelencia de los llambiones (golosos). La Semana de les Fabes (Colunga, puente de diciembre), ofrece menús especiales en los restaurantes, y exposición y venta de fabes con denominación de origen y otras variedades.
Sidra asturiana en la Comarca de la Sidra
En la Comarca de la Sidra, la sidra es mucho más que una bebida: es fiesta y sociabilidad, pero sobre todo oficio. El clima húmedo y templado favorece el cultivo del manzano y permite obtener variedades de fruto que aportan más carácter a esta bebida. La comarca lidera la cantidad de hectáreas de manzanos y de cosecheros de todo el Principado, aunque aquí no sólo se cultivan manzanas, también se cultiva cultura. En diciembre de 2024, la Cultura Sidrera Asturiana fue reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, un legado vivo que esta zona encarna como ninguna otra.
Eventos y experiencias enoturísticas
Villaviciosa y Nava son dos grandes referentes de la sidra en Asturias. La primera destaca por su concentración de pumaradas y llagares, incluyendo marcas emblemáticas como El Gaitero, y por su variedad de sidras: natural, espumosa y de nueva expresión o de mesa (estas últimas no necesitan ser escanciadas). Nava, por su parte, acoge el Museo de la Sidra y celebra cada mes de julio el Festival de la Sidra Natural (Fiesta de Interés Turístico Nacional), una cita imprescindible donde se escancia a raudales en las plazas, se compite por ser el mejor escanciador o la mejor elaboración sidrera, y se brinda en todo momento con naturalidad y orgullo.
En julio, Sariego celebra su Concurso de Sidra Natural Casera, una cata en la que los vecinos presentan sidras elaboradas de forma artesanal, sin más ayuda que el tino, el tiempo y la sabiduría campesina. Certámenes similares se organizan en Villaviciosa en agosto y en Nava en septiembre. También en septiembre, Villaviciosa celebra su Fiesta de la Sidra, centrada en las elaboraciones profesionales de sus llagares. Pero el gran evento maliayo llega en octubre, con el multitudinario Festival de la Manzana (Fiesta de Interés Turístico del Principado) que, cada dos años, llena la villa de actividades: exposiciones de variedades, concursos de escanciadores, jornadas técnicas, mercadillos agroalimentarios y una intensa programación cultural.
Más allá de las celebraciones, varios llagares de la Comarca de la Sidra ofrecen experiencias enoturísticas que permiten conocer de cerca el proceso de elaboración de la sidra. A través de visitas guiadas, el visitante puede seguir el ciclo completo - del manzano al vaso -, y disfrutar de catas comentadas y maridajes con productos locales.
Consejos para disfrutar de la Comarca de la sidra
Si de sidra y manzanos se trata, este territorio tiene un calendario obligado. La primavera, entre abril y mayo, es puro goce visual. La floración del manzano transforma las pomaradas, que despiertan de pronto y se visten de gala con un manto efímero de blancos y rosados. La primera semana del mes de mayo existen numerosas actividades organizadas en toda la comarca en torno a la floración, como son las visitas in situ a las pomaradas en flor, y también a los llagares rurales que guardan los secretos de la sidra natural. En restaurantes, sidrerías y llagares se ofrecen menús sidreros y catas de sidra espichada.
El verano, con su luz larga y el buen tiempo, permite saborear al completo una comarca que lo tiene todo: mar y montaña, un envidiable patrimonio, villas marineras, bellas aldeas y una gastronomía generosa que quiere que nos convirtamos en “veraneantes” reincidentes.
El otoño marca el momento álgido del ciclo sidrero en Asturias. Septiembre y octubre son los meses clave para la recogida de la manzana. Es tiempo de “mayar”, de llenar los toneles. Se trabaja a pleno rendimiento y muchos llagares abren sus puertas para mostrar, sin trampa ni cartón, cómo se elabora la sidra. Además, numerosos alojamientos disponen de estancias con packs especiales diseñados para disfrutar al máximo de la experiencia sidrera.
Y quien piense que el invierno es tiempo inhóspito, se equivoca. En la Comarca de la Sidra la vida no se detiene: los bosques se cubren de musgo, el mar ruge con fuerza, la niebla se apodera de los valles y las cocinas bullen con potes y ollas humeantes.
Cada estación tiene su propio relato, su luz y su sabor. Por eso no basta una sola visita, hay que volver, una y otra vez.
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What to see
- Las 10 mejores cosas que ver y hacer en la Comarca de la Sidra.
- La ruta de los Molinos en Bimenes.
- El Museo de la Escuela Rural y el pueblo de Torazu en Cabranes.
- El Puerto pesquero de Llastres y el Museo del Jurásico en Colunga.
- El Museo de la Sidra y la Sierra de Peñamayor en Nava.
- La ruta de senderismo de Las Cercanías del Cielo y la Iglesia Románica de Santa María de Narzana en Sariego.
- El Puerto pesquero de Tazones y el conjunto monumental prerrománico y románico de Valdediós en Villaviciosa.